La importancia del Bilingüismo a temprana edad
Conocer otros idiomas y la cultura de donde provienen es una habilidad apreciada en nuestros tiempos y una ventaja cada vez más urgente en un mundo que exige el desarrollo de una mentalidad internacional en los jóvenes, que se desempeñarán en una sociedad aún más globalizada que la actual.
La mentalidad internacional, de acuerdo a lo que establece la Organización del Bachillerato Internacional, es una visión del mundo en la que las personas se consideran conectadas a la comunidad global y asumen un sentido de la responsabilidad hacia sus miembros. Es la conciencia del carácter interrelacionado de todos los pueblos y naciones, y el reconocimiento de la complejidad de esas relaciones. Los individuos con mentalidad internacional aprecian y valoran la diversidad de culturas presentes en el mundo y se esfuerzan por aprender más sobre ellas, demostrando preocupación personal por todos los habitantes del mundo.
No solo aprender una segunda lengua nos permitirá comunicarnos con extranjeros, aprender sobre su cultura y conocer acerca de sus costumbres, sino que también nos ayudará a fortalecer la reflexión y la capacidad de enfrentar situaciones complejas en la vida permitiendo en un futuro, obtener mayor cantidad de oportunidades para sus vidas profesionales.
Es por esto que la enseñanza de los idiomas extranjeros se hace indispensable en la sociedad actual, especialmente en las edades tempranas. Sin embargo, el aprendizaje de una lengua distinta a la materna o segunda lengua, es un proceso complicado ya que son muchos los factores que intervienen en él y de ellos dependerá el éxito de su resultado.
Nos preguntamos entonces cuál es la edad óptima para comenzar la enseñanza de una lengua extranjera. Muchos expertos dicen que la mejor edad oscila entre los 3 y 6 años, cuando los niños son capaces de absorber toda clase de aprendizajes con facilidad. Cabe recordar que los niños pequeños son como “esponjas”, lo que significa que, de manera natural, aprenden más rápido a imitar palabras y a practicar su pronunciación, teniendo como ventaja, el no sentir vergüenza como le sucede a los adultos al momento de aprender una segunda lengua. Principalmente, no sienten miedo a equivocarse, siendo esta la mayor ventaja para cultivar un segundo idioma.
Hay muchos estudios que demuestran que ser bilingüe hace trabajar partes del cerebro que no se consigue de ninguna otra forma. Los idiomas abren la mente y la forma en que se ve el mundo. Aprender inglés de niño, no sólo otorga más destrezas, sino mayores capacidades para desarrollar competencias lingüísticas, incluidas aquellas de la lengua materna. Utilizar diversas estrategias para el aprendizaje temprano de la segunda lengua, se basa en exponer a los niños al nuevo idioma, aprovechando las características de su desarrollo cerebral. Las lenguas maternas y extranjeras, se localizan en la misma zona cerebral, lo que hace posible la fusión para facilitar el desarrollo del lenguaje y pensamiento en ambas lenguas, por lo que una no va en desmedro de la otra. La importancia de crear un ambiente propicio lleno de oportunidades comunicativas, tanto en el entorno familiar como en el escolar, enriquecido por las tecnologías audiovisuales e informáticas que se pueda poner a disposición de los niños.
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Utilizar dos lenguas al mismo tiempo es un entrenamiento para la mente de los niños y los ayuda a programar los circuitos cerebrales para que les sea más fácil asimilar nuevos idiomas en un futuro.
Para muchos padres puede resultar complejo entender que se exponga a un niño a aprender inglés cuando aún no sabe escribir en español. Este tipo de aseveración resulta muy recurrente cuando se habla sobre el bilingüismo en edades tempranas y lleva a pensar que podría producir un retraso en el desarrollo del lenguaje en nuestros hijos. Este es un error muy común que lleva a muchos padres a esperar que el niño sea capaz de desenvolverse en un idioma antes de empezar con una segunda lengua. El bilingüismo se enfrenta, todavía hoy, a toda clase de mitos y de leyendas urbanas que persisten a pesar de que todos los datos y las investigaciones más recientes en adquisición de la segunda lengua, señalen múltiples ventajas.
Sin embargo, se deben aprovechar las primeras edades, incluso antes de que empiecen a escribir para aprender inglés, lo que les permitirá relacionar los sonidos con la escritura y asimilar de una forma más natural. Las estrategias que ayudan en el aprendizaje de una lengua extranjera son el tener la mayor cantidad de exposición al idioma posible. Idealmente, estar expuestos diariamente por medio de clases y de otras asignaturas dictadas en este mismo idioma, que el profesor no hable en español durante la mayor parte de la clase, y que los alumnos tengan lectura variada en esta lengua como parte del programa curricular.
Los niños deben ser los protagonistas de sus propios procesos de aprendizaje. Como padres y educadores, debemos conocer sus capacidades, intereses, miedos, sus conocimientos previos, nivel de madurez, etc. No todos los niños son iguales, cada uno seguirá su propio proceso de aprendizaje del idioma y a su propio ritmo. Es imposible que todos los niños aprendan igual y al mismo tiempo. Cada niño sigue su propio proceso y ritmo de aprendizaje, en donde el adulto debe respetar el tiempo particular de cada niño para que se complete su proceso adecuadamente.
En definitiva, el cerebro del niño bilingüe posee una organización totalmente diferente a la del cerebro de un niño monolingüe, preparado para tener que memorizar mucha más información, además de organizarla de una forma más eficiente y efectiva, para poder acceder a ella de una forma más rápida y sin mayores esfuerzos. A todas estas ventajas se le suma el gran privilegio de tener acceso a dos culturas diferentes, que evidentemente enriquecen la educación del niño en todas sus vertientes: la literatura, historia y las tradiciones.
Senior partner-founder at Galdamez & Riquelme, Attorneys and Marine Consultants
1 mesCongratulations Ev. Good reflection. Now, to reinforce this idea, it is worth highlighting that various studies in neuroscience have demonstrated that the bilingual brain develops greater cognitive plasticity, meaning a superior ability to adapt to new challenges and learn more quickly. This mental flexibility not only enhances memory and attention but also strengthens critical thinking and problem-solving skills. Furthermore, bilingualism fosters the creation of more complex neural networks, enabling children to handle tasks that require context-switching or the simultaneous management of multiple variables more efficiently. In cultural terms, access to two languages not only broadens a child’s global perspective but also allows them to interact with greater empathy and understanding in an increasingly interconnected world. Therefore, bilingualism becomes an invaluable tool for the holistic development of a child, both cognitively and culturally. Bravo Ev. 🤗