La incertidumbre.
Recuerda ese momento antes de abrir un regalo. Ver las dimensiones, la forma en la que fue envuelto, el moño, la etiqueta. Todas esas características que te ayuden a intuir que hay ahi adentro.
Podría ser aquello que deseabas o algo totalmente inesperado. Llevarte al regocijo o sentarte en la desventura. Imagina que sea algo con lo que no puedas lidiar o algo que aun no comprendas. O tal vez algo tan simple, que termine siendo una experiencia efímera.
Lo cierto es que la incertidumbre se ha convertido en mi alimento emocional día a dia. Algunas veces generadora de ansiedad y otras mas de satisfacción. Por que la vida esta llena aventuras.
Hay momentos en los que, presuntuoso, creo ya saber el contenido del regalo, por que conozco ya la envoltura y me llevo tremendas sorpresas, que le dan sentido a todo aquello para lo que la vida se ha encargado de prepararme.
Hay regalos que nunca he olvidado y han impactado fuertemente mi vida. Hay regalos que han terminado por manchar mis ropas y he tenido que limpiar el desorden para que todo vuelva a quedar impecable.
No hay regalo que no quiera abrir. Imagina que todos los días sean como navidad o tu cumpleaños. Imagina que tu vocación se esa: Entusiasta Abre Regalos Profesional.
Inspiré esta analogia el día de ayer, en la sensación que provoca en mi, el atender un nuevo paciente. Ver un nuevo nombre en la agenda, abrir la puerta del consultorio y ver un rostro nuevo. Que mis compañeras enfermeras me presenten un nuevo caso clínico. Llegar a consultar a un lugar por primera vez.
Después de todo, abrir un regalo siempre sera algo reconfortante.