La incorporación de los resultados en salud es cosa de todos
'Medir para mejorar' es el nuevo estudio de AMPHOS

La incorporación de los resultados en salud es cosa de todos

Pese a que llevamos años escuchando y hablando de la medición de resultados en salud, todavía hay mucho trabajo por hacer. Por eso, estudios como el de AMPHOS son más que bienvenidos para arrojar algo de luz a este camino del que ya no podemos, ni debemos, volver atrás.

 

 

La sexta edición del estudio AMPHOS (Análisis y Mejora de los Procesos Hospitalarios y de Salud), elaborado por AbbVie y por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), se ha centrado en esta ocasión en un tema de máxima actualidad e interés en el sistema sanitario: los resultados en salud. De aquí que, tal y como indica su título, Medir para mejorar, se desgranen los beneficios y la utilidad de los mismos para el sistema sanitario, la mejora de su uso en la práctica clínica diaria y el bene­ficio para el paciente.

Lo primero que hacen desde el estudio es intentar de­finir qué se entiende por resultados en salud, aunque reconocen que no hay una clara de­finición del concepto. Sin embargo, establecen esta de­finición: "Resultados en salud que de verdad importan al paciente son todas las consecuencias que la atención sanitaria tiene sobre un paciente, y no tan solo sobre los aspectos clínicos relacionados con la mortalidad, sino también en relación con las implicaciones que la enfermedad y su tratamiento tendrán sobre su calidad de vida, su capacidad de relación o el disfrute de su vida personal, social y profesional".

Dicho esto, lamentan que cuando se analiza el funcionamiento de los sistemas de salud, estos se centran en las medidas estructurales, en los procesos y en los costes. Pese a la utilidad de estos datos, AMPHOS resalta que los resultados obtenidos por los pacientes y la población como consecuencia de la atención sanitaria que reciben son los únicos que realmente cumplen con el objetivo primordial, que no es más que mejorar la salud de los mismos.

A pesar de que gran parte de los países están centrándose ya en medir resultados en salud, y comparten resultados como base de la mejora colectiva, existen una serie de desafíos a la hora de usar estas medidas de resultado. En AMPHOS hablan de: sistemas de información sanitaria eficientes (historias clínicas electrónicas y registros de pacientes); sólidos marcos de gestión de datos que permitan el uso de datos de atención de la salud confines de mejora, al tiempo que se protege la privacidad del paciente; capacitación y apoyo analítico para los profesionales médicos, en el uso de medidas de resultado para la mejora de la calidad.

PROMs

Uno de los grandes cambios que implica la medición de resultados en salud es que ahora, tras la palabra "resultado" no solo se habla del resultado clínico (aquel que habla de mortalidad, efecto adverso, infección de herida quirúrgica), sino que se da un paso más y se habla también de funcionalidad, síntomas, calidad de vida o complicaciones posoperatorias.

Introducir este cambio supone también tener que contar con la opinión de los pacientes. A partir de aquí, sumando el resultado clínico con los del paciente, son los resultados que deben tomarse en cuenta. Asimismo, en AMPHOS reseñan que los datos deben ser reportados por los mismos pacientes: "Existen múltiples estudios que demuestran que la percepción del paciente y del clínico sobre un mismo síntoma es muy diferente. En general, los profesionales sanitarios infravaloran la intensidad de algunos síntomas y, por tanto, la importancia que tienen para la calidad de vida del paciente. Por ello, si medimos resultados, todos los que dependen de la percepción deben ser reportados directamente por el paciente. Esto nos obliga a adaptar las historias clínicas para recoger estos datos".

Aquí es cuando entran en juego los Patient Reported Outcomes Measures (PROMs), que no son más que instrumentos estandarizados usados para determinar las perspectivas de los pacientes sobre su salud y la calidad de vida relacionada con esta. Pueden ser genéricos o especí­ficos para una determinada enfermedad, suelen evaluar la misma medida antes y después del tratamiento, y suelen incluir medidas como:

• Funcionamiento físico/movilidad (por ejemplo, caminar o andar en bicicleta)

• Síntomas (por ejemplo, dolor y/o fatiga)

• Bienestar psicológico (por ejemplo, ansiedad/depresión)

• Capacidad para realizar las actividades habituales (por ejemplo, ir de compras/limpieza)

• Bienestar social (por ejemplo, capacidad de sentirse parte

de una familia, capacidad para participar en actividades deportivas)

• Puntos ­finales de salud-económicos (por ejemplo, la reincorporación al trabajo).

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