La integración de la Inteligencia Artificial en el Currículo: ¿opción o exigencia?

La integración de la Inteligencia Artificial en el Currículo: ¿opción o exigencia?

La inclusión de la inteligencia artificial  en los currículos está transformando el panorama de la educación en todo el mundo. Este fenómeno no solo responde a una tendencia tecnológica creciente, sino a una exigencia del mercado laboral y de las dinámicas sociales que demandan profesionales con conocimientos actualizados. Sin embargo, pese a las promesas de progreso y eficiencia, también existen preocupaciones respecto a cómo esta integración podría afectar aspectos éticos, sociales y pedagógicos de la educación, lo cual nos pone frente a una interrogante: ¿Integrar la IA en el currículo es una oportunidad o un desafío? responder a esta pregunta nos lleva a plantear otra: ¿Cómo averiguarlo si aún tenemos un castrante temor de usarlas, compartirlas e implementarlas? 

En nuestro país, desde el 2016 el Currículo Nacional de Educación Básica busca trabajar la competencia: Se desenvuelve en los entornos virtuales generados por las TIC, lo que se traduce en la adquisición de capacidades como: personalizar el aprendizaje (consiste en manifestar de manera organizada y coherente la individualidad en distintos entornos virtuales mediante la selección, modificación y optimización de éstos, de acuerdo con sus intereses, actividades, valores y cultura.),  gestionar información del entorno virtual (consiste en analizar, organizar y sistematizar diversa información disponible en los entornos virtuales, tomando en cuenta los diferentes procedimientos y formatos digitales, así como la relevancia para sus actividades de manera ética y pertinente.), interactuar en entornos virtuales (consiste en participar con otros en espacios virtuales colaborativos para comunicarse, construir y mantener vínculos según edad e intereses, respetando valores, así como el contexto sociocultural propiciando que sean seguros y coherentes.) y crear objetos virtuales en diversos formatos (consiste en construir materiales digitales con diversos propósitos, siguiendo un proceso de mejoras sucesivas y retroalimentación sobre utilidad, funcionalidad y contenido desde el contexto escolar y en su vida cotidiana.) 

Desde aquel entonces, hasta la llegada de pandemia en el 2020 se avanzó poco o nada respecto al logro de esta competencia, y fue esta misma coyuntura la que nos obligó a adoptar prácticas tecno-pedagógicas que se volvieron oportunidades en medio del caos que desnudó la farsa del “milagro económico peruano” y todo lo que ello traía consigo en el campo de la educación. Dicho esto, cabe preguntarse: ¿Cuál sería el diagnóstico actual frente a la adquisición de competencias digitales en el país? Desde el lanzamiento del ChatGPT en noviembre del 2022 en adelante, la adopción de tecnología educativa en el Perú, especialmente la Inteligencia artificial, han sido esfuerzos aislados de instituciones y personas. Esfuerzos que aún son insuficientes para hacernos caer en la cuenta de que el adjetivo noventero de país subdesarrollado, cada vez tiene más justificación y sustento. Y aunque ya algunas casas de estudio superior han adoptado en sus mallas curriculares y ofertas educativas de pre y posgrado el uso de herramientas de IA, en el ámbito escolar estamos aún a gran distancia de ello, principalmente por la ignorancia y el temor que genera su uso. Teniendo en cuenta esto y dado que el ecosistema universitario se nutre de la Educación Básica Regular me pregunto: ¿No deberían las instituciones educativas de la EBR hacer los esfuerzos necesarios por adoptar esta tecnología? ¿No nos damos cuenta que el CNEB nos ha puesto la mesa servida para ello mediante la competencia antes descrita?

Como mencioné, existen miedos fundados, principalmente en los riesgos que está representa para la adquisición de competencias de análisis crítico en los jóvenes,  que generan el rechazo a la adopción del uso de la inteligencia artificial en la EBR. Algunos de los argumentos en contra de integrar la IA en los currículos son:

  1. Un riesgo latente en la integración de la IA en la educación es la dependencia excesiva de la tecnología, lo que podría conducir a una deshumanización del proceso educativo. Si bien puede optimizar procesos de enseñanza y aprendizaje, existe el riesgo de que se convierta en una herramienta de sustitución en lugar de complemento. 
  2. La integración de la IA en los currículos podría enfocarse solo en habilidades técnicas, como la programación y el análisis de datos, dejando de lado las habilidades blandas que son esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes. En un entorno laboral que valora cada vez más la creatividad, la colaboración y el liderazgo, concentrarse exclusivamente en habilidades técnicas podría limitar la capacidad de los estudiantes para adaptarse y contribuir efectivamente en diversos contextos profesionales y sociales.
  3. No todas las instituciones educativas poseen los recursos tecnológicos y financieros para implementar IA en sus currículos. Esto podría crear una brecha significativa entre instituciones, donde aquellas con mayores recursos ofrecerían una educación adaptada a las demandas del futuro, mientras que otras quedarían rezagadas. Además, los estudiantes de entornos desfavorecidos podrían enfrentarse a mayores dificultades para acceder a una educación centrada en esta herramienta, exacerbando la desigualdad y limitando las oportunidades de movilidad social.
  4. La recopilación y análisis de datos estudiantiles es un elemento central en el funcionamiento de los sistemas de IA adaptativos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y la ética en el manejo de esta información. Los sistemas que recopilan datos de los estudiantes pueden crear perfiles detallados que, si no son manejados de manera ética, podrían ser utilizados para fines de control o discriminación. Este aspecto ético es fundamental para evaluar el uso de la IA en la educación, pues cualquier error en la protección de datos podría generar consecuencias perjudiciales para los estudiantes y para la confianza pública en el sistema educativo.

A pesar de que considero que solo es necesaria un poco de voluntad para comenzar a dar pasos en la implementación de IA en nuestro sistema educativo, no puedo dejar de validar el desconocimiento y los temores de quienes toman las decisiones y de muchos padres de familia en tanto a los riesgos mencionados, sobre todo en un país como en nuestro donde todo parece ser más importante que la educación. Por otro lado, existen razones probadas como argumentos a favor de integrar la IA en los currículos, entre ellas tenemos.

  1. La IA está redefiniendo el mercado laboral a través de la automatización de tareas y la creación de nuevos perfiles profesionales. Integrarla en los currículos no solo permite a los estudiantes adquirir habilidades técnicas en programación y análisis de datos, sino también fomenta el desarrollo de competencias interdisciplinares que son esenciales para enfrentar desafíos complejos. Los graduados con conocimientos en IA están mejor preparados para participar en sectores emergentes, lo cual aumenta su empleabilidad y su capacidad de adaptación en un mercado en constante cambio.
  2. El uso de IA en el aula permite a los estudiantes desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas a través de la interacción con tecnologías avanzadas. La IA no solo puede analizar grandes volúmenes de datos, sino también proponer soluciones, lo que brinda a los estudiantes la oportunidad de cuestionar, validar y reinterpretar la información obtenida. Esto impulsa un aprendizaje activo y fomenta una cultura académica que valora la reflexión crítica y la creatividad.
  3. La IA permite crear modelos de aprendizaje personalizados que se adaptan a las necesidades de cada estudiante, mejorando así la experiencia educativa. Al integrarla en los currículos, las instituciones pueden implementar sistemas adaptativos que ajusten los contenidos y actividades en función del progreso y estilo de aprendizaje de cada estudiante. Esto no solo promueve un aprendizaje más eficiente, sino también un mayor compromiso y motivación por parte de los estudiantes, al ver reflejadas sus necesidades individuales en el proceso educativo.
  4. La inclusión de la IA en la educación abre la oportunidad para que los estudiantes comprendan las implicaciones éticas de su uso. La IA no solo implica habilidades técnicas; también requiere un análisis profundo de sus impactos éticos, sociales y legales. Al enseñar a usarla desde una perspectiva ética y responsable, las instituciones pueden formar a futuros profesionales conscientes de las consecuencias de sus acciones y capaces de tomar decisiones informadas que beneficien a la sociedad en su conjunto.

Respondiendo a la pregunta inicial, la inclusión de la IA en los currículos representa tanto una oportunidad como un desafío. Si bien existen argumentos sólidos que abogan por su implementación para mejorar la empleabilidad, el pensamiento crítico y la adaptabilidad de los estudiantes, también se deben considerar los riesgos de dependencia tecnológica, desigualdad y deshumanización. Integrarla en la educación requiere un enfoque equilibrado que contemple no solo el desarrollo de habilidades técnicas, sino también el fomento de habilidades blandas, la ética y la responsabilidad social. Las instituciones educativas deben abordar estos desafíos con un marco regulatorio y ético sólido que garantice la privacidad y el bienestar de los estudiantes, asegurando que su uso se convierta en una herramienta de inclusión y mejora educativa, y no en un factor de exclusión o control. Solo a través de un análisis profundo y crítico de estos aspectos, la educación podrá aprovechar al máximo sus ventajas, preparándose para los retos que plantea el futuro.

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