La inteligencia de la vida
Quiero compartir este video donde Fritjof Capra – autor de libros imperdibles como “La Trama de la Vida” y “The Systems View of Life” - y Daniel Wahl – “Culturas Regenerativas” - dialogan en torno a la regeneración como esencia de la auto-organización de la vida.
Ambos ligados al Schumacher College navegan por conceptos que formarán parte de las clases 1 y 2 de la 5ª edición del Programa Leading Complexity que iniciaremos el próximo 11 de abril.
La inteligencia de la vida nos conecta con la manera en que la naturaleza y todos los seres vivos hemos evolucionado a lo largo del tiempo: de una manera no lineal creando orden desde el desorden, en un movimiento evolutivo siempre más complejo y sofisticado.
Crear novedad es una capacidad inherente de la vida y esto ocurre de manera emergente y auto-organizada.
Aprender a ver a las organizaciones como sistemas humanos complejos que se rigen por los mismos principios de la vida nos abre un nuevo espacio de posibilidad, el de encontrar avenidas que faciliten su evolución dejando de sentirnos atrapados en la complejidad para comenzar a usarla como fuente de innovación.
El desafío no es solo intelectual. Los sistemas complejos demandan una forma más integrada de conocer para poder capturar los patrones y relaciones no lineales que los caracterizan.
Para hacerlos inteligibles no nos basta la aproximación intelectual. Necesitamos los sentidos, la intuición y la percepción holística e integrada dentro de un contexto. Estos aspectos no han sido parte del pensamiento fragmentado de occidente dominado por el paradigma mecanicista y la dualidad cartesiana de separación cuerpo-mente.
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Pero los paradigmas científicos también evolucionan.
El neurocientífico italiano Antonio Damacio en su libro “El Error de Descartes”, la emoción, la razón y el cerebro humano desafía la afirmación cartesiana de “cogito ergo sum” para decir que es al revés, porque existimos en un cuerpo que siente y sufre es que el pensamiento es posible. La mente no está separada del cuerpo, sino que se nutre de la información sensible que se origina en él, esta información es una base de referencia para la mente e incide en el proceso de decisión y anticipación.
Somos y después pensamos y solo pensamos en la medida en que somos.
El error de Descartes es la separación abismal entre el cuerpo y la mente, la sugerencia errónea de que el razonamiento y el juicio moral, y el sufrimiento que proviene del dolor físico o de la conmoción emocional pueden existir separados del cuerpo. Más específicamente que las operaciones más refinadas de la mente están separadas del cuerpo biológico. Damacio afirma que la idea cartesiana de una mente separada del cuerpo bien pudo haber sido el origen, a mediados del siglo XX, de la metáfora de la mente como un programa informático.
El concebir a las computadoras como una metáfora para el cerebro humano -entendiendo al cerebro como el procesador de información -, se asemeja bastante al paralelismo del reloj como mecanismo y metáfora del cuerpo. Reduce la cognición o proceso de conocimiento, al procesamiento de datos, lo que refuerza la concepción mecanicista del ser humano. Ahora sabemos que conocer implica un proceso diferente. Conocemos con todo el cuerpo, con los sentidos y las emociones que estructuran nuestra experiencia. Es de esa experiencia que emergen las ideas como patrones integradores. La mente humana piensa con ideas no con información, construye significado a través del lenguaje interpretando el contexto que le da sentido. El lenguaje es metafórico y lo que se comparte es el significado construido en la red de relaciones y cultura de la que se es parte. La mente no es ya una cosa, sino un proceso de cognición que se identifica con el proceso de la vida.
La inteligencia de la vida es natural, la artificial es harina de otro costal.