La jornada laboral de 4 días es mucho más que un cambio de horario
Se define Jornada Laboral como el cómputo de horas que un trabajador destina al desempeño de su trabajo a lo largo de un día, aunque podría contemplarse en periodos semanales o mensuales. Esta cifras en ocasiones disten mucho de la realidad, pero en España actualmente lo que un trabajador por cuenta ajena contratado a jornada completa debería trabajar son 40 horas semanales.
La realidad es que en nuestro país, España, trabajamos más horas de las necesarias, una media de 1.695 horas al año. Sin embargo, otros países como Alemania, Dinamarca o Noruega, el empleado promedio trabaja entre 250 y 350 horas menos al año. A pesar de esto, países como Noruega, logra más del doble de la productividad española, concretamente un 79,9%. ¿Cómo es posible?
A lo largo de la historia, tanto en España como en otros países desarrollados, la productividad ha ido aumentando paulatinamente debido a múltiples factores que se han ido desarrollando conjuntamente. En el siglo XIX muchos trabajadores de oficina solían ir a trabajar seis o siete días a la semana y fue a finales de este siglo cuando la mayoría tenía el domingo libre.
Posteriormente en 1926, Henry Ford decidió dar a los trabajadores dos días libres a la semana, argumentando que comprarían más coches si tuvieran más tiempo libre. Lo hicieron y, a finales de la década siguiente, la mayoría de los fabricantes estadounidenses habían seguido su ejemplo.
Actualmente nos encontramos con un incremento notable de la popularidad de la jornada laboral de 4 días, donde por ejemplo Íñigo Errejón, logró acordar con el Gobierno de coalición la creación de un fondo de 50 millones de euros para ayudar a las empresas que quieran implantar la jornada laboral de 32 horas semanales de manera voluntaria. Por supuesto, esta medida como carácter general, no contempla un recorte en el salario ni mucho menos en el volumen de trabajo a realizar, por lo que la empresa no debería verse afectada más allá del auténtico rompecabezas que seria ajustar los nuevos horarios.
No puedo negar que la jornada laboral de 4 días produce cierto vértigo. Quizás a los empresarios les suena a sublevación o robo, pero paremos un momento a pensar. Si en un país como España con altas tasas de paro y productividad baja, les damos a nuestros trabajadores un día libre más, esto les hará conciliar mejor la vida laboral y familiar, permitiéndoles, por ejemplo, realizar actividades, deportivas o turísticas con mayor asiduidad. De este modo el consumo aumentaría incrementando por esta razón la necesidad de contratar más empleados.
Dejando la economía para los economistas, lo que sí que está demostrado es que esta medida podría traducirse en un incremento notable de la productividad, reduciendo así el absentismo y el presentismo. También se produciría un aumento del sentimiento de pertenencia e identificación con la compañía. Esto haría que nos encontráramos con una menor rotación de los empleados y una mayor capacidad para atraer talento. Estas mejores condiciones laborales también desembocarían en mayor satisfacción del empleado y en mayor motivación provocando mayor facilidad para concentrarse y capacidad para detectar nuevas oportunidades e innovar. Y si hay alguna duda sobre esto, pregúntenle a Google que tal les funciona el 70/20/10. No es más que una jornada de 4 días un poco más light.
Obviamente para que esto suceda tiene que haber un ambiente organizativo adecuado. Como hemos dicho muchas veces, cuando hablamos de la dinamización de los recursos humanos, no vale solo aplicar medidas en una sola dirección y en un solo aspecto, hay que trabajar al unísono para garantizar el resultado que queremos, pero esto quizás hay que hablarlo en otro momento.
Para finalizar, quiero cerrar este texto diciendo que este tema ha despertado mi interés y me ha dado grandes ideas para futuras líneas de investigación que pronto, quizás, exponga aquí. Quien sabe, igual me sirve para el TFM.