La lealtad. Virtud que trasciende el tiempo y las especies.
Carlos Javier Berenguer Sánchez
Co-creador y coordinador del Proyecto BIKreando
Hace ya bastante tiempo, tuve la oportunidad de ver en televisión la película “Siempre a tu lado” protagonizada por Richard Gere y basada en la historia de Hachiko, un perro japonés conocido por su inquebrantable lealtad a más que su dueño, su amigo el profesor Hidesaburo Ueno, ya que lo esperó en la estación de tren de Shibuya todos los días, incluso después de la muerte de su querido profesor, durante casi diez años.
Siendo este un hecho excepcional, si nos detuviésemos a indagar sobre la generación de vínculos de lealtad entre especies a lo largo de la historia, nos encontraríamos con otras no menos significativas: Greyfriars Bobby en Edimburgo; Capitán en Córdoba (Argentina) o Fido en Borgo San Lorenzo (Italia), todas ellas protagonizadas por “peludos” que se convirtieron, a través de su devoción inalterable, en símbolos de lealtad y amor. Cada uno de ellos esperó pacientemente a su dueño, incluso después de su muerte, demostrando una fidelidad que muchos humanos incluso podríamos envidiar.
Hoy, donde las relaciones a menudo se ven afectadas por la rapidez y la superficialidad, en una cruel preponderancia de la practicidad sobre la amistad, la lealtad se convierte en un valor aún más preciado.
La lealtad no solo consiste en estar presente físicamente, sino lo que es mucho más importante, de ser constante en el apoyo y el afecto. De ser un refugio seguro en tiempos de incertidumbre. Estos casos, que muy probablemente habrá muchos más que desconozco, son el recordatorio de que, a pesar de los desafíos y las adversidades, la verdadera lealtad no se desvanece.
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La actitud de todos estos “fieles compañeros” nos pueden inspirar, ayudándonos a valorar y cultivar la lealtad en nuestras propias vidas.
Ser leal no es solo una cuestión de compromiso, sino de amor y respeto profundo.
En un mundo donde todo parece efímero, la lealtad nos ancla siempre, enriqueciendo nuestro sentido de identidad y propósito; aprendiendo en este caso, de aquellos que son mucho más que simples animales de compañía.
La vida no me deja de sorprender, entre paseo y paseo…