La LEMES (Ley del Espacio Madrileño de Educación Superior): una gran oportunidad para la Universidad madrileña.

Recientemente se ha enviado a la Asamblea de Madrid como proyecto de Ley, la Ley del Espacio Madrileño de Educación Superior (conocida como LEMES). Este proyecto de Ley, más allá de las críticas que desde algunos sectores reaccionarios está recibiendo, presenta numerosas propuestas que pueden ayudar al sistema universitario madrileño a posicionarse como el mejor de España. A continuación, para aquellos que no han podido leerse el articulado, se hace un resumen de algunas de sus planteamientos.

En la LEMES se defiende la Universidad como servicio público. Servicio público que debe garantizarse independientemente del “operador” del servicio (que puede ser público o privado), que debe desarrollar actividad docente, investigadora, de innovación y de transferencia, de calidad.

En la ley se establece un modelo de financiación para el sistema público, con una parte variable vinculada a resultados, una vez asegurada una parte fija que cubra el servicio público básico. La parte variable se estructurará a través de contratos programa que tendrán en cuenta indicadores ligados a buenas prácticas internacionales (algunas de las cuales se derivan de otras partes de la ley y que se esbozan en el articulado). Las universidades públicas  también podrán ser financiadas a través de convocatorias vinculadas a productividad, pero competitivas. Se establece como suelo para la financiación básica, la del año 2011 (la más alta antes de la crisis).

En la LEMES se apuesta abiertamente por la docencia innovadora y la investigación de calidad. Para ello se pone en manos de las universidades instrumentos que les permitan mejorar su competitividad internacional a través del propio sistema de financiación (que primará indicadores en este sentido) y herramientas como la definición de distintos sellos de calidad, como los “grupos de investigación de alto rendimiento”, los “centros de investigación de alto rendimiento” y los “doctorados de excelencia”. La potenciación de estos grupos/centros permitirá a las universidades madrileñas competir mejor en convocatorias como la María de Maeztu o Severo Ochoa.

La ley pretende sentar las bases para que el distrito madrileño sea más abierto y adaptado para la atracción de talento. En este sentido se promueven las convocatorias de plazas de profesorado más abiertas y que permitan una mayor competitividad. Para poder atraer profesores que estén fuera del sistema español y darles la oportunidad de adaptarse a nuestros sistemas de acreditación para poder optar a plazas permanentes, se crea la acreditación de Profesor Visitante Distinguido (figura permitida en la LOU, e inspirada en el Investigador Distinguido de la Ley de la Ciencia y que deberá ser regulada por convenio colectivo). Esta figura permitirá a las universidades la atracción de talento al sistema universitario madrileño asegurando  a ese talento la posibilidad de poder optar a su estabilización a través de sistemas de convocatorias de plazas abiertas y competitivas.

La LEMES también aborda la “calidad universitaria”. Es muy innovador el hecho de que se reconozca la posibilidad de que las universidades, a través de convenios, puedan verificar sus planes de estudio en agencias de calidad de fuera de la comunidad de Madrid, siempre que estén acreditadas por ENQA. No obstante, dado el tamaño del Sistema madrileño, se debe asegurar que exista una agencia que de ese servicio, y se determina que sea la Fundación Madrid+d. En cualquier caso, la responsabilidad de los procesos de calidad recae en el Consejo Universitario, siendo las agencias meros ejecutores administrativos de los procesos de calidad (sea acreditación, verificación, evaluación,…). En este sentido se crean distintas comisiones en el Consejo Universitario que serán las responsables de muchos de los procesos vinculados con la evaluación.

Además, se establece la posibilidad de que la Agencia Acreditadora madrileña pueda evaluar, no solo titulaciones, sino también centros, grupos y personas, especialmente en el ámbito de la investigación (por ejemplo calificación I3 madrileña, que permitiría establecer cuotas en las universidades, más  allá de la tasa de reposición, para estabilizar personas captadas en programas de atracción de talento)..

También se persigue con la LEMES poner un poco de orden en el sistema universitario madrileño, que es el más grande de España y no cuenta con una normativa propia. En temas de ordenación del sistema, es muy novedoso la creación de un sistema de inspección y de sanciones. La ley “pone un poco de orden” en un sistema muy complejo y grande (con muchos proyectos de universidades privadas, centros adscritos, centros extranjeros ubicados en la comunidad, enseñanzas no presenciales,…), y en la coordinación del sistema universitario (mapa de titulaciones, papel del Consejo Universitario de la Comunidad de Madrid,…).

En temas vinculados a los Estudiantes, es muy importante que se garantiza por ley el distrito único universitario. Se crean posibilidades de movilidad en lo que podría ser un Erasmus madrileño. Además, se refuerza el papel de los estudiantes en la evaluación del profesorado. La Ley aboga también por la movilidad del PAS y de su especialización y refuerza el papel de control de los Consejos Sociales (dándoles más protagonismo en la auditoría externa).

Por último, se tiene en consideración a los Institutos Sanitarios y su relación con la Universidad, y la situación de las Enseñanzas Artísticas y la Formación Profesional Superior en el Espacio Madrileño de Educación Superior. Estos tres últimos capítulos tendrán que ser desarrollados con normativa regional.

En definitiva, la LEMES es una gran oportunidad para el sistema universitario madrileño que no debemos desaprovechar.

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