La limitación del tiempo.
Empecemos con un par de datos interesantes. El cerebro humano tarda aproximadamente 80 milisegundos en percibir e interpretar cualquier evento. En otras palabras, lo que percibimos como “ahora” sucedió hace 80 milisegundos. Es decir, los humanos vivimos en el pasado, aunque el retraso sea mínimo. Por otro lado, nuestro cerebro tarda 100 milisegundos en generar una primera impresión de las personas que acabamos de conocer. Y debes tener en cuenta que no existe posibilidad de cambiar esa primera impresión, siempre será única.
¿Y qué tienen en común estos dos hechos? El tiempo, elemento esencial que marca y condiciona nuestras vidas. Por otra parte, el tiempo también es un factor determinante durante el proceso creativo, es un arma de doble filo con la que debemos convivir los diseñadores. A veces un aliado, ya que proporciona la oportunidad para incubar ideas, investigar, planificar y desarrollar un proyecto, pero también puede ser un enemigo, ya que puede limitar la creatividad y la calidad del trabajo si no se gestiona adecuadamente.
"La creatividad toma tiempo. Déjate el tiempo para ser creativo." - Twyla Tharp
El proceso creativo es complejo y puede ser desafiante. La gran mayoría de las veces, cuando dedicamos más tiempo a un proyecto, obtenemos mejores resultados, ya que se tiene la oportunidad de pensar en las ideas, investigar, planificar, desarrollar y perfeccionar el trabajo. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que pasar demasiado tiempo en un proyecto puede llevar a la obsesión y la falta de perspectiva, lo que puede afectar negativamente el resultado final.
A la hora de empezar un nuevo proyecto, relájate, tardarás lo que tengas que tardar, es mejor entregar un trabajo al 100%, que otro hecho más rápido y plagado de errores.
Y sobre todo, deja que la creatividad fluya, no te pongas barreras. “Quítate los auriculares y desenchufa el ordenador, la auténtica inspiración procede de la vida real y no de una versión pixelada de ella. Y recuerda, para hacer obras interesantes se necesitan personas interesantes.” (frase de Sir John Hegarty).
Imposiciones temporales.
Cuando alguien te impone un tiempo irrealista o poco razonable en un proyecto creativo, es importante cuestionarlo y tratar de negociarlo lo antes posible, ya que esto puede llevar a una sobrecarga y agotamiento a largo plazo.
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Si te cruzas con un cliente o jefe que te impone plazos poco realistas durante tu trayectoria profesional, es importante considerar buscar otras oportunidades.
A veces, puede ser necesario cumplir con un plazo ajustado debido a las circunstancias, pero cuando los plazos son sistemáticamente reducidos, esto afectará negativamente la calidad del trabajo final. Esta mala práctica conllevará a que los proyectos que realices sean similares a los de un trabajador en una cadena de comida rápida, donde la prioridad es la rapidez y la presentación, en lugar de la calidad. Si te cruzas con un cliente o jefe que te impone plazos poco realistas durante tu trayectoria profesional, es importante considerar buscar otras oportunidades, ya que esa situación solo te causará consecuencias negativas.
En resumen, cuando tu modelo de negocio se basa en hacer las cosas lo más rápido posible y sin cumplir unos mínimos de calidad, y solo piensas en una rentabilidad inmediata, estás limitando tus oportunidades futuras, ya que solo “quemas clientes”. En este sector, la calidad es más importante que la cantidad. Y la mejor publicidad que puedes tener es la de un cliente satisfecho.
El valor del tiempo.
El diseño se valora y se paga por el tiempo que se tarda en hacer el trabajo multiplicado por la tarifa por hora. Hay trabajos que requieren más tiempo, como la búsqueda de un naming o la creación de una identidad corporativa. Pero hay otros más mecánicos que no requieren de una implicación tan grande. Ten en cuenta que siempre podemos reducir los tiempos de estas tareas si tenemos un método y un orden de trabajo establecido. No seas caótico, mecaniza tus sistemas creativos, se ordenado con todo lo que rodea tu trabajo y verás como poco a poco tus tiempos a base de experiencia y dedicación cada vez serán más cortos.
Acabemos con una última reflexión. Cuando no valoramos el tiempo de un profesional le estamos faltando al respeto. Pongamos un ejemplo, un día llevas el coche al mecánico y este en dos minutos encuentra y soluciona tu problema, y por un trabajo de dos minutos te cobra 100€, ¿lo ves correcto? Alguno puede sentirse estafado, pero la realidad es totalmente opuesta, para que este profesional pueda solucionar tu problema en el menor tiempo posible es necesario que éste tenga una gran experiencia en su campo, fruto de años de formación y de trabajo. Ten en cuenta que el valor es subjetivo. Por ejemplo, 100€ pueden ser considerados baratos si el servicio o producto ofrece un gran beneficio o rentabilidad, mientras que 1€ puede ser considerado caro si el beneficio o rentabilidad es bajo.
¿Alguna vez te has cruzado con un cliente o jefe que te ha impuesto plazos de entrega irracionales? ¿Cuántas veces te han cuestionado el valor de tu trabajo? ¡Déjame tu opinión!