La mejor inversión que alguna vez he hecho

La mejor inversión que alguna vez he hecho

Hubo un momento en mi vida en el que busqué obsesivamente cómo volverme más inteligente. Mi premisa era simple: aprender y saber más aumenta las probabilidades de tener una vida agradable. Aquí no hablo solamente del plano intelectual, sino que también del emocional.

Entre todas las cosas que encontré, la que me resultó más sencilla y convincente es la lectura. La evidencia científica de los beneficios de leer para el cerebro es abrumadora, a continuación un extracto del interesante artículo: “Neurobiology Research Findings:

How the Brain Works During Reading

“Como una compleja habilidad, leer involucra a todas las regiones del cerebro, porque involucra todas las funciones cognitivas de los humanos - verbales y no verbales - tales como atención, planificación, razonamiento abstracto, predicción, inhibición, uso de estrategias, resolución de problemas, memoria de trabajo, y memoria de largo plazo y recuperación de vocabulario y conceptos...”

Al parecer leer es como ir al gimnasio con la mente e incluso, la lectura “de ocio”, tiene un efecto positivo en nuestras capacidades cognitivas. A esto sumemos que hay libros que literalmente te pueden cambiar la vida, ya sea porque chocan directamente con tus creencias o porque te abren nuevas líneas de pensamiento. 

No me hice automáticamente un lector, comencé de a poco, con un par de libros al año absorbidos por mero placer y curiosidad. Con el paso del tiempo fui aumentando la cantidad, hasta que leer o escribir se convirtió en un hábito diario. Me duermo tranquilo si he hecho cualquiera de las dos cosas y a veces, leer un par de hojas de un libro es lo primero que hago al levantarme.

Escribir me parece aún más demandante que leer, escribir implica leer y releer, con el bonus de que debes ordenar tus ideas lo suficiente para ser plasmadas en el texto. Siento que el hábito de escribir ha aumentado mi claridad al momento de comunicarme cotidianamente, aunque no tengo más prueba que mi intuición.

Soy consciente de que leer y escribir no es una actividad agradable para todas las personas, de hecho tengo amigos brillantes que no son lectores. Sin duda hay múltiples formas de absorber conocimiento, solo sucede que la lectura ha sido más “escarbada” por la ciencia. Una forma de absorber información que complementa la lectura y ofrece una experiencia muy diferente, es un podcast. Escuchar programas de audio mientras viajo o hago una cosa que no ocupe mayor capacidad mental, me permite seguir aprendiendo en los tiempos muertos, repercute directamente en mi nivel de conocimiento y en la calidad de mis decisiones. 

Encuentras podcasts de las más variadas temáticas e incluso muchos libros los puedes escuchar en lugar de leerlos. Dependerá de tus gustos y circunstancias, lo importante aquí es que te expongas a nuevas ideas de una manera constante para que tu “yo del futuro” sea mucho mejor que tu versión actual.

Durante mi etapa de universidad y primeros años fuera de ella, mi obsesión era convertirme en un gran programador y ojalá dedicarme a la investigación. Era mi trabajo, mi hobbie, mi tema de conversación. Sabía que podía llegar a ser muy bueno si me esforzaba, pero no era brillante. Por otra parte, la necesidad me impulsaba no solo a programar, sino que también a preocuparme de muchas otras cosas. Tenía otra fijación que crecía aceleradamente dentro de mí: la empresa. Apoyar con mayor fuerza el crecimiento de la empresa requería agudizar mis habilidades “blandas”, necesitaba aprender a conectar fácilmente con muchos tipos de personas. Conectaba muy bien con quienes tenían intereses similares a mí, pero podía ser muy torpe para acercarme a otras personas. Mi fijación por la empresa, se tradujo instantáneamente en una urgente necesidad por vender.

Ahora tenía una montaña bastante alta que escalar, las habilidades que cultivé en mi camino de programador, que por cierto, considero uno de los trabajos más bellos del mundo y que con gusto haría en otra vida, eran diferentes a las que necesitaba para convertirme en vendedor. Busqué en Youtube y me encontré con una serie de videos cortos en un canal llamado Victor Antonio. Me gasté apenas 10 o 20 minutos en ver los videos y como sabía tan poco del asunto, esos videos cambiaron enormemente mi perspectiva de lo que significa vender. Los videos no me convirtieron en un vendedor, pero sí me llevaron a un estado mental favorable para entrar al mundo de los negocios. 

El haber invertido apenas algunos minutos viendo videos, me permitió “ser menos desastroso”. Seguía estando lejos del óptimo, pero al menos ahora tenía algunas ideas base. Hacer ese ejercicio una y otra vez, me permitió seguir creciendo a lo largo de los años. Hasta el punto en el que encontré interés por cosas que alguna vez eran para mí totalmente ajenas, como las ventas y que finalmente se convirtieron en algo desafiante, apasionante y tan difícil como aquellas cosas que yo admiraba.

Cometí un montón de errores como vendedor, pero el consumo de contenido (libros, videos, podcasts, etc) y variedad de reuniones, me fueron puliendo, año a año fui incrementando mis ventas, desbloqueando ventas cada vez más grandes. Me fui lentamente mimetizando, hasta sentirme muy a gusto haciendo negocios. Me convertí en una persona con habilidades muy diferentes a las que tenía al iniciar el proceso.

Me di cuenta de que el ser humano “ama lo que conoce”, con esto quiero decir que una misma persona según las circunstancias, podría desarrollar preferencias de profesión muy diferentes y disfrutar cada una de ellas con intensidad similar. Mi conversión a vendedor y a gerente, no siguió una ruta “eficiente”. Si volviera al pasado habría realizado la transición bajo la guía de un mentor, además habría contratado en una etapa temprana a un vendedor con mucha experiencia, por costoso que hubiese sido: pulir el proceso de ventas, puede acelerar en años el crecimiento de una empresa.

Dificilmente habría experimentado estos cambios, si no hubiese invertido muchos pequeños bloques de tiempo en abrir mi pequeño mundo a través del consumo de contenido. El beneficio de invertir tiempo en aprender, ya sea a través de libros o contenido multimedia, es ser una mejor versión de uno mismo en muchas dimensiones distintas: desde tu capacidad para relacionarte con los demás, hasta tus capacidades analíticas ¡hay un libro o un video para casi cualquier área que necesites mejorar! Si dedicas tiempo para absorber y digerir información es seguro que mejorarás tus habilidades intelectuales, tal como una persona que practica deporte con regularidad mejora su estado físico.

En ningún caso considero que he llegado al tope de una habilidad, de hecho veo en el horizonte un gran camino pendiente de recorrer para seguir mejorando. También me doy cuenta de que cuando pasé de “casi cero” a “un poquito”, en algún momento sentí que ese poquito era más de lo que realmente era. Me da la impresión de que por emocionantes que parezcan los avances que uno hace en una nueva zona de habilidad, es mejor mantener el escepticismo: la sensación de avance es relativa a uno mismo. La vara del “mundo” siempre será más alta… Quienes alguna vez jugaron videojuegos entenderán que cuando jugabas con tus amigos o en tu entorno, podías ser super bueno, pero si llegabas a Internet siempre había alguien mejor que tú y la cantidad de entrenamiento / habilidad necesaria para alcanzar a los mejores, era abrumadora.

Sí debo decir que si quieres llevar tu crecimiento al extremo, tendrás que aceptar una cosa: la rutina y el aburrimiento. Me quedo con lo que menciona James Clear en su libro Atomic Habits ¿Qué diferencia a quienes logran grandes resultados en el gimnasio de los que no? Resistir grandes dosis de aburrimiento, estar allí, repitiendo esas rutinas una y otra vez. Supongo que lo mismo sucede con cualquier disciplina, tal como Kasparov, campeón mundial de ajedrez entre el año 1985 y el año 2000, menciona: “La capacidad de trabajar duro durante días y días sin perder el enfoque es un talento. La capacidad de seguir absorbiendo nueva información después de muchas horas de estudio es un talento.” Kasparov llegó a lo más alto en el ajedrez no solo porque tenía el potencial, sino que también porque estaba dispuesto a aburrirse y esforzarse de una manera sobrehumana. Su deseo era lo suficientemente intenso, como para resistir la constante tentación de “dejarlo para mañana”.

Quedarse con esta idea de “trabajo duro”, puede ser frustrante, porque rara vez alguien viene programado para trabajar duro. La mayoría de los comunes mortales, deseamos trascender de alguna manera o ser al menos mejores que el promedio, pero muy pocos tienen ese gen y esa visión de túnel que te permite renunciar a todo para perseguir un objetivo. La buena noticia es que trabajar duro también es una habilidad que se puede aprender y mejor aún, que casi cualquiera puede aprender. Recomiendo los libros “Atomic Habits” y “Deep Work” a quien desee profundizar. 

Solo ten en cuenta dos cosas: si mejoras algo solo un 1% todos los días, en un año aumenta más de 37 veces y si registras de algún modo qué haces en el día para alcanzar tus objetivos, los datos te pueden impulsar a cambiar. Estas ideas me motivaron a llevar una bitácora de comportamiento en excel, desde hace años. Allí registro semana a semana cuántas veces leí, cuántas veces hice deporte, cuántas veces escribí, etc. Si hice algunas de las cosas que estoy monitoreando, anoto un 1 en la celda correspondiente, finalmente sumo el puntaje y obtengo mi número semanal. Me da lo mismo si leí una página o 20. No apunto a resultados (para eso tengo otro registro), aquí lo que me importa es simplemente hacerlo y mantener el proceso funcionando. La gran trampa en la que todos caemos es enfocarnos en resultados “quiero bajar 20 kg”, en lugar de “voy a hacer un poquito de deporte todas las semanas”. Estas ideas y otras mucho más profundas, estan elegantemente explicadas en “Atomics Habits”.

Una persona que cultiva sus habilidades intelectuales, tiene más chances de ascender en el trabajo o crear un negocio exitoso. Su mayor preparación le permite crear más opciones de vida y herramientas para enfrentar sus problemas. Es común encontrar a quienes aprenden activamente en funciones clave de nuestra sociedad, de hecho muchas de las personas más inquietas intelectualmente que conocí durante mi paso por la universidad, hoy trabajan en empresas espectaculares en otros países y llevan una vida bastante interesante.

En mi caso, aprender me ha permitido convertirme en una persona muy distante a mi versión de 3 o 5 años atrás y asumo que este proceso se puede prolongar por mucho tiempo. Me encanta saber que mi yo del presente será avasallado por mi futura versión: la distancia será tan grande como el tiempo que yo dedique al aprendizaje. 

El haber presenciado mi propia transformación y la de muchas personas que he conocido, me hace intentar convencer a otros de hacer lo mismo: dedicar tiempo todas las semanas y ojalá todos los días a aprender. Aprender es la mejor inversión que una persona puede hacer y lo que marca la diferencia en las posibilidades que cada uno tendrá en su vida.

Johans Samsing

SEO & digital analytics

3 años

Excelente artículo, muy natural de leer y entender. Una apreciación personal, es factible caer en la "trampa" de enfocar una actividad en resultados si experimentaste en carne propia ese trayecto que te llevó a lograr el tan anhelado objetivo.

Francisco Suárez Salas

Construyendo CuidaPet: Veterinarios a domicilio • Escribo en franciscoss.com

3 años

Me encantó. Personal e inspirador. ¿Para cuándo el libro?

Carlos Zamorano Pizarro

🔎INSPECTION BUREAU [IB] CHILE | GENERAL MANAGER | Survey | Testing | Certification | Marine & Cargo Surveyor | Breakbulk cargo | Heavy lift, Project & Oversize Cargo | Drybulk Cargo | Phone +56 9 7998 1633

3 años

Muy buen articulo Juan, es increíble como en un breve texto apuntas a una variedad de temas clave para el desarrollo personal. Te felicito un vez mas.

Adolfo Cardelus

Machine Vision Product Manager

3 años

Gracias Juan, la lectura de su post me ha sido enriquecedora, y me ha recordado muchas cosas que por el ritmo del día a día quizá no paro a pensar.

Theo Homo

Gerente Comercial / Subgerente Zonal / Jefe Ventas Zonal / Jefe de Sucursal 27 años de Experiencia Liderando Equipos de Ventas

3 años

Interesante lo expuesto, una revolución a los tiempos de ayer y un buen comienzo a los tiempos de hoy , donde aprehender a reconstruir tu mente , tus lazos y tus tiempos . Los valiosos está en perseverar , aprender y contribuir desde tu mundo para el mundo . Felicidades

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