La mentira de la caja negra (IA)

La mentira de la caja negra (IA)

La inteligencia artificial (IA) ha llegado para revolucionar el mundo empresarial, y no hay duda de que lo hara, esto inevitablemente ha abierto nuevas posibilidades en la optimización de procesos, la personalización de experiencias y la toma de decisiones basadas en datos. Sin embargo, es crucial entender que la IA no es una caja mágica que simplemente arroja soluciones perfectas al instante. Detrás de cada resultado generado por una IA, hay un complejo proceso que involucra la recopilación y procesamiento de grandes volúmenes de datos, el diseño y ajuste de algoritmos sofisticados, y una gran cantidad de trabajo técnico y humano para asegurar que todo funcione correctamente. Este proceso no es automático ni instantáneo; requiere una planificación cuidadosa, pruebas rigurosas y una vigilancia constante para adaptarse a las circunstancias cambiantes.

Por eso, antes de confiar ciegamente en lo que nos dice una IA, debemos conocer y validar el proceso que corre detrás de esta "magia". No se trata solo de aceptar un resultado porque proviene de una tecnologia sofisticada; se trata de entender cómo se llegó a ese resultado y si realmente es aplicable y beneficioso en el contexto particular de nuestra empresa. La IA puede ofrecer recomendaciones, pero la interpretación y la validación de esas recomendaciones aun siguen siendo responsabilidades humanas.

Para que una implementación de IA sea exitosa, es imprescindible que las empresas y los profesionales tengan claro que no se trata solo de clickear un boton y esperar resultados maravillosos. La IA, en su esencia, es tan buena como los datos y los algoritmos que la alimentan, esto significa que los datos deben ser de alta calidad, representativos y relevantes para el problema que se desea resolver. Los algoritmos, por su parte, necesitan ser afinados y ajustados constantemente, ya que incluso pequeños errores en su diseño pueden llevar a resultados incorrectos o sesgados. Es crucial contar con un equipo de profesionales que no solo comprenda la tecnología, sino que también sepa cómo adaptarla a las necesidades y objetivos específicos de la empresa.

Uno de los mayores peligros es la tendencia a tratarla como una "caja negra", ¿Qué significa esto? Que en muchos casos, los usuarios no saben ni entienden cómo la IA llega a sus conclusiones. Esto puede ser particularmente problemático cuando se toman decisiones críticas, imaginemos que estamos utilizando un sistema para tomar decisiones estratégicas en nuestra empresa, si no entendemos cómo funciona ese sistema, ¿cómo podemos estar seguros de que sus recomendaciones son correctas y fiables? ¿Cómo podemos confiar en que no hay sesgos ocultos o errores en el proceso que podrían llevarnos por el camino equivocado?

Es aquí donde la transparencia se vuelve fundamental. En lugar de confiar ciegamente en un sistema que no comprendemos, es esencial que nos acerquemos a este concepto con una actitud crítica y reflexiva. Debemos hacer preguntas fundamentales: ¿De dónde vienen estos datos? ¿Cómo se han entrenado estos algoritmos? ¿Qué variables se están considerando en el proceso de toma de decisiones? ¿Qué tan confiables son los modelos que estamos utilizando? Entender estas preguntas y buscar respuestas nos ayudará a ver la IA no como una caja mágica, sino como lo que realmente es: una herramienta compleja y poderosa que, cuando se usa correctamente y con conocimiento, puede ofrecer enormes beneficios.

Además, esta comprensión no solo debe estar en manos de los expertos en tecnología de las empresas, los líderes, los gerentes y todos aquellos implicados en el trabajo diario también deben tener un conocimiento básico de cómo funciona. Esto no significa que todos deban convertirse en expertos, pero sí es necesario que comprendan los principios fundamentales y los posibles riesgos asociados con su uso.

Josep Ribal

Industrial design automation

1 mes

Hola Alejandro. He encontrado éste texto por casualidad y debo decir que estoy 100% de acuerdo. La IA no es a día de hoy una solución mágica, tal como la quieren vender. En el sector del software para automatizar procesos y diseño industriales donde yo me muevo. Por ejemplo, para calcular las cargas sobre una estructura metálica, es necesaria la intervención de ingenieros, porque aunque la IA fuera capaz de interpretar normativas complejas (que no lo dudo), aun así se requiere tomar decisiones en base a experiencia y datos que no son de ámbito público -sino en BDD de cada empresa-, por tanto, la IA por sí sola no puede inventar procedimientos que nunca fueron publicados. Si bien si podemos automatizar a través de "software tradicional" digámoslo así, el proceso, con la ayuda de analistas e ingenieros. Eso sí.

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