La muerte de un trabajo

La muerte de un trabajo

Hoy era el día del padre en clase. Oscar, recién había terminado de hablar sobre su papá, de como trabaja llevando gente de un lado a otro con su coche, siempre atento al teléfono móvil, que le indica donde y cuando le esperan para llevar a su pasajero al destino deseado.

Ahora era el turno de Sara, que salió al frente de sus compañeros, dejando la pizarra a su espalda comenzó a hablar algo bajito, con la mirada desenfocada y dejando caer uno de sus rizos que le tapaba parte de la frente y algo de la vergüenza.

La profesora, al notar la voz tenue de su alumna, le pregunto:

¿Puedes repetir más fuerte Sara, para que te oigan tus compañeros?

Ella, levantó algo la mirada, echo el rizo para un lado y dijo:

-         El trabajo de mi papá se está muriendo.

¿Cómo puede ser eso?, dijo la profesora, -explícate:

-         Pues sí, porque mi papá trabaja en lo mismo desde hace muchos años, pero antes el siempre llegaba con energía, con una sonrisa en la boca y con ganas de jugar conmigo y de hablar con mamá. Ahora no es lo mismo. Mi papa llega cansado, muy tarde, ya no le apetece charlar ni cenar con nosotros, solo ducharse y meterse en la cama. Está malhumorado, nunca quiere jugar conmigo y no para de contestar mensajes por el teléfono.

¿Y por eso piensas que el trabajo de tu papá se está muriendo?,

-         No, no es eso. Es cosas que le escucho decir. Antes él decía que ayudaba a la gente. Que se sentía orgulloso de su trabajo y, aunque fuese duro, le encantaba poder acostarse pensando que estaba contribuyendo a que las personas viviesen mejor. También decía que podía decidir, que su opinión era importante, ah si, y que su palabra era la mejor firma de contrato que había.

¿Y ahora no es así?

-         No señorita, ahora todo son problemas. Su opinión no cuenta, todo está medido, al dedillo, dice él. Las relaciones personales no importan y los trabajadores ya no pueden opinar, sino ejecutar. Pero lo peor de todo es que ahora le he escuchado decir que ya no ayuda a nadie, sino que debe “crearles una necesidad”, es decir, que compren algo que no necesitan, para así poder llegar a cumplir ese mes y que no lo echen como a muchos de sus compañeros. Creo que mi papa ya no sirve para su trabajo, que para no decidir y solo ejecutar pronto se darán cuenta que no necesitan a una persona trabajadora y preparada como él, y que cualquiera sin preparación lo hará mejor, ya que no pensará en las consecuencias de sus actos, solo implementará, o como se diga eso. Por esto digo que el trabajo de mi papá se está muriendo, porque creo que lo que hace ahora, no es aquel trabajo que él empezó y tanto le llenaba.

La profesora se quedo mirando a Sara fijamente, se levantó y agachándose a su lado le dio un fuerte beso en la mejilla. Tras esto, le dijo al oído, tu trabajo ahora Sara, es hacerle pasar este difícil trago a tu padre mas fácil, siendo cariñosa con él y comprendiéndolo. Y para todos nosotros clase, hemos aprendido del relato de Sara, que no podemos morir junto a nuestros trabajos. Que vida solo hay una, pero que trabajos, con esfuerzo y ganas de aprender, puede haber muchos. No los acompañemos a la muerte, dejémoslos a tiempo y no pensemos que cambiarán…, nos están haciendo cambiar a nosotros.

Paul Saliba

Market Maker | Seed Investor | Speaker | Teacher

6 años

Chapó! 

EDUARDO MARTÍN VILLAYANDRE

Asesor Financiero EFA por IEAF-FEF-MIFID II

6 años

Totalmente identificado ,han matado el trabajo de banca.....gracias a todos esos DG sin escrúpulos .No solo la mataron si no que son culpables de muchos de los problemas que se han generado

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