La muerte lenta de la psicología organizacional
(Inicialmente publicada en El Espectador, junio de 2015)
Los profesionales de la psicología son entrenados fuertemente en técnicas de la entrevista. Se supone que una charla razonablemente extensa (40-60 minutos) debe dar luces sobre un hecho como para producir un documento que tiene una validez intrínseca de verdad por peritaje, por experticia del emisor, por ser un profesional quien la emite (algo similar a un concepto técnico de un ingeniero sobre un puente, o un médico sobre un paciente). Pero no hay tiempo para eso. ¿No ve que la próxima semana tenemos visita de auditoria?
La realidad: menos pomposa de lo que se pudiera esperar
La realidad del psicólogo en las empresas está llena de tareas administrativas que poco o nada tienen que ver con el objeto principal de su profesión: la tarea analítica.
Hay que citar a descargos y para eso separa toda una mañana a escuchar las justificaciones del que ha llegado tarde tres veces, al que llegó con aliento alcohólico el lunes y el sorprendido en cámara besando su compañera detrás de la puerta de la cocina. Pero esa escucha es más como juez que como psicólogo. No se usan las herramientas que nos enseñaron en la universidad para analizar tales conductas, simplemente se toma el reglamento interno, se impone la sanción y listo. ¿siguiente?
Para seleccionar personas necesitamos pruebas automatizadas que generan un semáforo. Si sale rojo no contratamos. El mercado está saturado de pruebas automatizadas que menosprecian la capacidad analítica de una buena entrevista, un análisis de muestra de trabajo o un juego de simulación.
Para el clima laboral nos pusimos una venda en los ojos. Ya no analizamos la cotidianidad del trabajo para tomar decisiones. Simplemente esperamos la evaluación anual que nos brinda un proveedor. ¡No se imaginan lo valioso que podría resultar sentarse a dialogar con un grupo de empleados sobre los problemas de su área y la relación con su jefe! Pero no. Se perdió la tan pretendida capacidad de observación de la conducta humana del profesional de la psicología.
Y es que talvez se pasa demasiado tiempo eligiendo el helado y los regalos para la celebración del día de los niños. La cotización de la comida y fiesta de fin de año empieza tres meses antes. Hay que ver orquestas, confirmar mesas, menús y trago.
Hay que aprobar las facturas de las pruebas 360,180 y 270. Hay que asistir a la reunión de análisis de planta de personal (pero de manera estadística) y llevar los soportes de justificación de cargos.
Hay que aprobar requisiciones de personal. Hay que reunirse con los proveedores de capacitación, evaluarlos y hacer la cotización.
¡Rayos! Ya estamos en septiembre y no está hecho el presupuesto que se entrega en octubre (para que de todas maneras lo devuelvan, con recorte en capacitación, en noviembre). Hay que mirar telas de uniforme. Hay que revisar botas, botones y sacos. Hay que elegir un uniforme bien “lindo”, ¿no ve que allí está en juego la imagen institucional?
Luego está el grupo primario, llenar las actas de calidad, la reunión con el gerente. Responder 30 correos diarios y atender el teléfono.
No nos queda tiempo para ejercer la psicología dentro de la empresa. Por lo menos el 80% de las tareas del psicólogo en una empresa las podría hacer un administrador de empresas, un abogado, un ingeniero industrial o un economista. Hasta un cura.
El 20% restante, que se supone forma parte de su formación específica y única como experto en los procesos mentales humanos se los entrega a softwares que prometen hacer lo que no hacemos: analizar la conducta humana y más que eso, predecirla.
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La salvación
Me perdonaran los y las colegas que se sienten agredidos en ocasiones con mis escritos. La verdad siento que hago mis mejores aportes a través de la crítica y quien lea mis observaciones con buen recibo entenderá que en el fondo hay una propuesta, una sugerencia de cambio, una invitación a la mejora.
-¿Por qué no usamos el método de la observación cotidiana de nuestro lugar de trabajo? ¿Porque no nos paseamos más por las diversas áreas, recogiendo información, percepciones, opiniones que nos sirvan de base para la toma de decisiones?
-¿Porque no usamos, aunque sea un poco, el método clínico para ahondar en las causas del incumplimiento de normas por parte de empleados?
-¿Porque no usamos el método de incidentes críticos para evaluar desempeño?
-¿Porque no usamos muestras de conductas de trabajo simuladas (pero adecuadas a las propias de cada organización) para someter al candidato a situaciones donde debe enfrentar las competencias relacionadas con el éxito de su cargo? La estandarización, el eje fundamental de las pruebas es enemigo de la personalización, de ese ambiente único, de esos problemas y situaciones propios de cada empresa.
Tal vez las mentes más suspicaces piensen en lo que me motiva a escribir sobre este tema hoy. La pura verdad es que fui tocado por este artículo y lo que leen hoy sólo es mi análisis particular del mismo:
No sé si sea optimista al pensar que la psicología organizacional se puede rescatar de la trampa administrativa donde está. Al fin y al cabo el que paga es el que dice que se hace.
Pero el psicólogo tiene un arma de gran calibre en su bolsillo: generalmente es él o ella quien realiza el perfil de cargos. Empecemos por allí a incluir más tiempo para la investigación, la observación participativa, las reuniones en grupos focales, la selección con menos pruebas y con mas herramientas de análisis.
Le preguntamos sobre el quehacer a un psicólogo educativo. Nos dijo que se esforzaba en entender los procesos mentales detrás del aprendizaje y que debe analizar tanto contenidos como sujetos para estar constantemente adecuando los unos a los otros. Nos contó que pasa mucho tiempo analizando problemas individuales y leyendo materiales.
Le preguntamos a un psicólogo clínico y nos dijo que su fuerza está en la palabra y en el lenguaje. Nos dijo que debía tener un fuerte sustento teórico para realizar intervenciones y que en su relación con el paciente lo que prima siempre es el análisis.
Llamamos al profesional organizacional pero estaba muy ocupado con una tabla de Excel calculando las antigüedades de sus empleados. Debe enviar las tarjetas de invitación a la celebración de los quinquenios.
Hasta pronto
Ramon Chaux
Psicologo Organizacional Freelance