La Muerte: Maestra que enseña cómo vivir
Josefa Galván
NEUROCIENCIAS APLICADAS EN LOS NEGOCIOS / C-LEVEL COACH CONSULTORA MENTORA.
"No le temo a la muerte; solo no quiero estar allí cuando suceda." Woody Allen
Como psicóloga, he tenido el privilegio de acompañar a muchas personas en sus caminos de crecimiento y transformación. Sin embargo, ha sido la muerte, con su inevitabilidad y profundidad, la que me ha enseñado las lecciones más significativas. Esto ha ocurrido especialmente cuando he acompañado a mis seres queridos en el final de su vida. De esos momentos, aún no distingo si mi papel era ayudarles a encontrar la paz en su partida o si, en realidad, era yo quien necesitaba encontrar consuelo en la despedida, para así encontrar paz en mi propio vivir.
Un Encuentro Transformador
Hace unos años, conocí a Marta, una ejecutiva destacada en el mundo corporativo. Su diagnóstico de cáncer terminal la llevó a enfrentar la muerte de frente desde que su médico le informó. En lugar de sumirse en la desesperanza, Marta transformó su enfoque de vida, inspirando a todos los que la rodeaban. Su historia me recordó que aunque la muerte es inevitable, es en su aceptación donde encontramos la clave para vivir con autenticidad.
"La muerte empieza mucho antes del último suspiro".
Lecciones que la Muerte Enseña
1. La Fragilidad de la Vida
La muerte nos recuerda que la vida y experiencias son efímeras. En el ajetreo diario, solemos olvidarnos de lo esencial, posponiendo sueños y deseando tener más tiempo para lo que realmente importa. La conciencia de la mortalidad nos impulsa a valorar cada momento, a vivir con intención y a priorizar lo que realmente amamos y nos hace felices.
2. Prioridades Claras
Ante la proximidad de la muerte, las preocupaciones superficiales pierden su relevancia. Marta comenzó a enfocarse en fortalecer sus relaciones personales, disfrutando de momentos simples con su familia y amigos. Esta claridad en las prioridades nos enseña a invertir nuestro tiempo y energía en lo que verdaderamente enriquece nuestra existencia y la de quienes nos rodean.
3. Aceptación y Resiliencia
La inevitabilidad de la muerte nos enseña a aceptar lo que no podemos controlar. Marta desarrolló una resiliencia admirable, enfrentando cada día con serenidad y fortaleza. Aprendí que aceptar nuestras limitaciones y adaptarnos a las circunstancias nos permite superar adversidades con mayor calma y determinación.
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4. Legado y Propósito
Reflexionar sobre cómo queremos ser recordados nos motiva a vivir con un propósito claro. Marta dedicó sus últimos meses a brindar mentoría a jóvenes profesionales, dejando un generoso legado de conocimiento. Este enfoque nos invita a pensar en el impacto que deseamos dejar en el mundo, ya sea a través de nuestro trabajo, nuestras relaciones o nuestras acciones diarias.
Aplicando las Lecciones en el Entorno Profesional
En el ámbito laboral, estas lecciones pueden transformar nuestra manera de liderar y colaborar. Un líder que reconoce la importancia de la vida y las prioridades fomenta un ambiente de trabajo más humano y productivo. Promueve un equilibrio saludable entre la vida personal y profesional, alentando a su equipo a perseguir sus pasiones y a valorar cada contribución.
Además, la resiliencia y la aceptación son cualidades esenciales en un mundo laboral dinámico y a veces impredecible. Aprender a adaptarse y a mantener la calma ante los cambios nos convierte en profesionales más efectivos y en colegas más comprensivos.
Fomentando un Legado Positivo
Inspirados por Marta, en su empresa, decidieron reenfocar la cultura en las personas, en el desarrollo personal de sus empleados, promoviendo programas de mentoría y bienestar. Estos esfuerzos no solo han mejorado la satisfacción laboral, sino que también la rentabilidad, se dieron cuenta de que sin gente no hay empresa..
Reflexión Final
La muerte, aunque es un tema difícil para la mayoría y a menudo evitado, posee una sabiduría invaluable. Nos invita a vivir con mayor consciencia y autenticidad, a valorar lo que tenemos y a perseguir lo que realmente importa. Al integrar estas lecciones en nuestra vida diaria y en nuestro entorno profesional, no solo crecemos como individuos, sino que también contribuimos a crear espacios más humanos, la huella queda.
¡Recuerda que adentro está la clave!
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