La muerte un resultado irreversible

En estos últimos años parece que la muerte tiene más protagonismo en la cúpula chavista que las políticas empleadas para mejorar al país. En esta oportunidad con el 54,2% de los votos, la ex presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena falleció de forma irreversible.

A los 58 años, Lucena se une a la larga lista de los rojos rojitos que han sido abrazados por la muerte, como una suerte de indulgencia o regalo para que estos no paguen en vida lo que le han hecho al pueblo venezolano.

Para el bloque chavista esto significa un golpe contundente en su ser, mucho más que la pantomima que han hecho para exponer a los corruptos de PDVSA durante los últimos días, un secreto a voces que han querido manifestar como una gran hazaña cuando la realidad es que todos están cortado por el mismo cuchillo.

Lucena no solo estuvo cumpliendo funciones en el CNE desde el año 2006 hasta el 2020 sino que además era vista como una mujer con temple por sus homólogos chavista, la mujer irreversible.

La muerte de Lucena llega frente a unas elecciones primarias que están pautadas para el mes de octubre del presente año, donde la nefasta oposición de Venezuela busca sacar un contundente candidato para las presidenciales.

Lucena durante 14 años estuvo claramente jugando para la banca del régimen de Chávez y Maduro, sin embargo, todo el dinero que significo por mucho tiempo el estar del lado equivocado de la historia no le fue suficiente para ganarle al cáncer, enfermedad que estuvo batallando durante varios años.

Lucena no estará sola en este recorrido, estarán sus camaradas Jorge García Carneiro, Aristóbulo Iztúriz, Lina Ron, Robert Serra, Luis Tascón, Oswaldo Barberá, Darío Vivas, Eliécer Otaiza, William Lara y por supuesto el comandante Hugo Rafael Chávez Fría, esperemos que donde estén, tengan un descanso eterno y estén mejor que en Ramo Verdes.