La orfandad de la época
El funcionamiento del mundo parece complicarse o independizarse de la bondad. Como pieza de un engranaje que gira con independencia de nosotros, nos permite seguir desayunando en calma mientras los niños mueren asesinados o por hambre en un gueto moderno, en un campamento pacifista o en una franja milenaria donde nacimos como civilización. La política normalizada se autoafixia de mirarse tanto en el espejo, de hablarse tanto a sí misma. Ya no ve como la ven, si quiera puede percibir más allá de la bruma de lo posible, de las pautas impuestas y autoimpuestas que solo actúan como corazas rígidas para la autodefensa. La protesta y la rebeldía se sienten huérfanas de sentidos de emancipación porque no saben responder frente al demonio desatado de los dispositivos livianos, sus bytes y sus doctrinas de likes desorbitados. Desalmado, acelerado, anónimo y pretencioso, en nombre de lo nuevo y su fugacidad, lo artificioso y sus artefactos arrasan con la piel, el tacto y la mirada a los ojos. Vernos no es igual que mirarnos, la cara no es el rostro.
En cada huequito de nuestras casas y lugares que inventamos para estar bien, intentamos cuidar la tienda mínima que nos protege: amigas, compañeras, personas amables con quienes mirarnos a los ojos, familia, quereres del alma. En rituales mínimos conjuramos la muerte: una cerveza, un te, en la tarde, una caminata sin rumbo, una fiesta cualquiera, un gol, un “te amo tanto”. En silencios que robamos al ruido permanente evocamos memorias, senderos, huellas, cunas. Con objetos breves, cielos estrellados y conectados al planeta nos sentimos menos solos, nos cuidamos las ganas de seguir mientras oteamos entre las ruinas de lo que fue algún día, intuyendo a veces un sueño nublado de lo por venir.
En la desnudez de certezas, tal vez nos apuramos a vestirnos con dioses, rituales y mitos deshabitados de humanidad y de historia. Aún sin embargo, acurrucado en el nido de lo posible, duerme nuestra sed de sentido y existencia. Sed de nuestra comunidad feliz, de las derrota de las pesadillas, de la ingenuidad y asombro que añoramos recuperar. A veces le ponemos nombres a esta voluntad del ser, pero siempre terminan escurriéndose, diluyéndose, derritiéndose confrontados al calor del vértigo de la época. Y así lo relevante se hace desechable y lo que parecía trascendente se hace reciclable para un nuevo suvenir en el juego instantáneo del mercado de los objetos y las ansiedades.
Pero las tiendas, siguen siendo tiendas en el desierto, afuera pocos responden o nos miran a los ojos. Algunos no entienden, otros balbucean signos que creen novedosos construidos con los escombros de la belleza de una época que fue.
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Nos falta abrir las puertas para hospedar al que nunca entenderemos, sentirnos hojas en el viento, ofrendas a algún dios ignoto, flotando a la deriva en algún mar, carentes de islas donde naufragar.
Faltan poetas y cielos despejados. Falta silencio para poder oírnos, falta compasión, cuidado, amar sin preguntar, enamorarnos de lo radicalmente
Falta sabiduría que no sea conocimiento, amor que no sea de mercado, vergüenza que no alivie las culpas a plazo fijo, bondad que no sea El Bien, razón precaria que no sea La Razón, metáforas que sigan intentando descubrir lo cierto sin clausurar lo vivo por totalidades enclaustradas. Falta inventarnos un bálsamo, caricias y abrazos que cuiden y curen, sentido de fragilidad para continuar y resistir, para conjurar el miedo a la soledad habitando la orfandad, nuestra orfandad ,la orfandad de la época.
Ingeniera química y Consultora en Procesos de transformación organizacional
9 mesesGracias Gualberto por esta reflexión. Claramente los 4 paradigmas imperantes Economia, Política, Religion y Ciencias, no tienen la solución a la "orfandad" que nosotros mismos nos creamos. Es momento de iniciar el viaje interior, de uno en uno, y cambiar de paradigma...
Ingeniera Química | Máster en Responsabilidad Social Corporativa y Liderazgo Sostenible | Sostenibilidad Empresarial
1 añoMuchas Gracias por compartir Gualberto y poner en palabras varias sensaciones y preocupaciones que nos amenazan.
Co-Founder and Director 4D Lab
1 añoMuchas gracias, me encanto
Ingeniera Quimica, PMP, Coach, Innovación, Lean Green.
1 añoGualberto Trelles muchas gracias por la lectura. Vale la pena llegar al final. Un llamado a la reflexión