La Otra Cara de la Innovación: La Gestión de Residuos en Medellín ante el Crecimiento Urbano.
Medellín es la Segunda ciudad más importante de Colombia, es conocida como "la tacita de plata”, ya que se distingue por una cultura ciudadana ejemplar, a comparación de algunas otras ciudades de Colombia. Sus habitantes demuestran su sentido de pertenencia y civismo, en el cuidado de los espacios públicos, el respeto a las normas de tránsito y una notable conciencia ambiental, además de una cultura social bastante notoria. Esta actitud positiva y responsable ha sido clave para transformar a Medellín en un referente a nivel nacional.
Medellín, por sus atractivos climáticos, culturales y económicos, en los últimos 50 años tuvo un crecimiento desbordado, pasando de 1 millón de habitantes a 2.6 millones, lo que ha representado un crecimiento del 260%. Este aumento acelerado tiene consecuencias significativas tanto para el entorno ambiental como para el tejido social.
El servicio público de aseo en Medellín se encarga a grandes rasgos de las actividades de recolección, transporte y disposición final de los residuos sólidos en la ciudad. Está gestionado por varias empresas prestadoras del servicio, y un gran operador del relleno sanitario La Pradera, ubicado a 57km de Medellín, en el municipio de Don Matías – Antioquia, cuyo prestador es Empresas varias de Medellín (EVM)
Desde la normatividad, usuarios estamos en la obligación de separar sus residuos desde la fuente en 3 categorías principalmente: orgánicos (50%), reciclables (35%) y no aprovechables (15%). Frecuentemente se promueve la educación ambiental para fomentar la reducción y el reciclaje, se implementan puntos de entrega para materiales reciclables y campañas de sensibilización sobre el manejo adecuado de residuos, sin embargo, a la disposición final en el relleno sigue siendo la principal forma de gestión de los residuos.
Medellín, atendiendo a la realidad mundial, y la situación de contingencia que ha vivido en los últimos años, buscan reducir o al menos limitar la disposición final como la principal alternativa de gestión, toda vez que comprende los altos costos que conlleva la operación del relleno en cuanto a las externalidades ambientales que le son inherentes, valga decir, contaminar el suelo y el agua; y generación de emisiones de gases de efecto invernadero (como el metano); el espacio para nuevos rellenos se vuelve escaso, lo que genera conflictos de uso del suelo; plagas y malos olores; afectación de la calidad de vida de las comunidades cercanas. Las regulaciones ambientales están cada vez más estrictas lo que hace que operar rellenos sanitarios sea más complicado y costoso.
Muchas de las acciones locales tienen un creciente enfoque en la reducción de residuos, buscando minimizar la cantidad de residuos se envía a rellenos, sin embargo, en la exploración de alternativas como la valorización de residuos, compostaje, aprovechamiento y reducción de la generación de desechos, el sistema y la ciudad se han encontrado con grandes retos a resolver.
-La tarifa: La tarifa por disposición de residuos sólidos juega un rol determinante toda vez que, es una de las principales fuentes de ingresos para cubrir los costos operativos asociados a la recolección, transporte, tratamiento y disposición final; nuestra tarifa por disposición es considerablemente económica (aproximadamente 20 USD/ ton), teniendo en cuenta que no considera el impacto ambiental, con este competidor en el mercado se hace muy difícil que otras alternativas de negocio pueden tener equilibrio financiero.
-Desarrollo de tecnología de soluciones: nNuestro sistema no incentiva modelos de negocio que prioricen la disminución de generación de residuos, como: la servitización, la virtualización y la extensión de la vida útil de los materiales, eliminando, por ejemplo, la obsolescencia programada.
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-Desarrollo de modelos de negocio: Los incentivos económicos y fiscales para promover la economía circular son limitados. No tenemos un ecosistema que incentive los modelos de negocios basados en ciencia tecnología e innovación, que les permitan a los productores de bienes y a los consumidores conocer y aprovechar al máximo todos los derivados de su cadena de la producción. Los patrones de consumo son predominantemente lineales, basados en la cultura de "usar y tirar".
- Incentivo a la separación en la fuente: nuestro sistema de transporte y recolección, hoy carece de rutas de recolección y aprovechamiento selectivas, por lo que, no obstante, los usuarios estamos obligados a separar en la fuente, la mayor empresa prestadora del servicio de aseo, recolecta indistintamente todos los residuos y los dispone en el relleno sanitario, lo que los usuarios identifican como carencia de reciprocidad al esfuerzo que les implica la separación de los residuos en la fuente.
-Cambio de priorización del enfoque de las acciones: Culturalmente entendemos la economía circular de manera muy limitada, las grandes estrategias de las entidades están centradas en incentivar el reciclaje, que no supera un porcentaje del 20% en los análisis más optimistas; sumando el hecho que la demanda de materiales reciclados es limitada, lo que dificulta la viabilidad económica de los proyectos enfocados solo en esta actividad. Debemos conquistar el desafío de ampliar el espectro de comprensión y desarrollar estrategias que promueven, por ejemplo, prácticas que restauren y regeneran los ecosistemas.
-Escasa infraestructura: Lla falta de plantas de clasificación y procesamiento de residuos limita la capacidad de reutilizar y reciclar materiales, o tratar los recursos orgánicos.
-Transferencia de conocimiento técnico: La transferencia de conocimiento y tecnología desde países desarrollados hacia Colombia es un proceso lento y complejo
-Desigualdad Social:
· Impacto en las comunidades más vulnerables: La transición hacia una economía circular puede generar impactos sociales negativos en las comunidades que dependen de actividades económicas relacionadas con la gestión informal de residuos
· Realidad social de nuestro país: Solamente en Medellín y según datos recientes, la pobreza multidimensional se estima en alrededor del 25% de la población, mientras que la pobreza monetaria puede estar en torno al 15% a 20%; en la pirámide de Maslow la a medida satisfacemos nuestras necesidades más básicas, surgen otras que cambian y/o modifican el comportamiento del mismo, considerando que solo cuando una necesidad está “razonablemente” satisfecha, se disparará una nueva necesidad (Colvin y Rutland, 2008); así las cosas, lograr motivar el cambio de hábitos de consumo, en comunidades que no tienen las necesidades básicas satisfechas (seguridad alimentaria, vivienda, empleo, alimentación, descanso, seguridad física, salud) es simplemente poco razonable, ya que sus esfuerzos e intereses estarán enfocados en otras prioridades, y la separación en la fuente, la cultura ciudadana o la responsabilidad ambiental será la última de sus prioridades.
Seria importante evaluar la gestión realizada por las empresas Recicladores de oficio; ya van 8 años de la expedición del decreto 596 de 2016, esta señala que estas organizaciones de reciclaje deben cumplir con ciertos requisitos técnicos y operativos, con el fin de garantizar la prestación del servicio. Ahora bien, en cuanto la separación en la fuente, son los mismos usuarios los obligados a presentar los residuos separados en la fuente, el problema radica, en que no hay campañas masivas de sensibilización a los usuarios para que aprendamos a separar y presentar los residuos separados en la fuente al prestador del servicio de acuerdo al PGIRS y a la 596.
Asesor | Advisor
2 mesesSon muchos los retos que tiene Medellín en materia de gestión de residuos. Excelente radiografía.