** Entre las recomendaciones que doy a mis estudiantes está que hagan un bosquejo con las ideas. Estas ideas pueden ser los intertítulos de tu escrito.
¿Alguna vez te has sentado frente a una hoja en blanco o una pantalla en blanco y te has sentido paralizado? Ese miedo paralizante, ese vacío abismal que parece absorber todas tus ideas, es lo que conocemos como el terror de la página en blanco. Es un enemigo común entre escritores, blogueros, estudiantes y cualquier persona que necesite expresar sus pensamientos por escrito. Pero, ¿por qué ocurre esto y cómo podemos superarlo?
El miedo a la página en blanco puede tener diversas raíces:
- El perfeccionismo: Queremos que nuestra primera frase sea perfecta y eso nos bloquea.
- El miedo al juicio: Tememos que nuestros pensamientos no sean lo suficientemente buenos o interesantes.
- La falta de confianza: Dudamos de nuestras habilidades como escritores.
- La presión: Los plazos o las expectativas de los demás pueden aumentar la ansiedad.
- Abandona la idea de la perfección: La primera versión de cualquier escrito rara vez es la definitiva. Permítete escribir sin juzgarte.
- Empieza por cualquier parte: No necesitas comenzar por el principio. Salta a la parte que te resulte más fácil o interesante.
- Lluvia de ideas: Antes de escribir, dedica unos minutos a anotar todas las ideas que te vengan a la cabeza, sin filtrar.
- Escribe a mano: A veces, escribir a mano puede ser más liberador y ayudarte a conectar mejor con tus ideas.
- Lee en voz alta: Leer lo que has escrito en voz alta te ayudará a identificar los problemas de flujo y coherencia.
- Busca inspiración: Lee a otros autores, escucha música, sal a caminar o simplemente observa a las personas.
- Establece una rutina: Dedica un tiempo específico cada día a escribir, aunque sea solo unos minutos.
- Únete a un grupo de escritura: Interactuar con otros escritores puede ser muy motivador.
- Celebra tus pequeños logros: Cada palabra que escribas es un paso adelante.
- Sé amable contigo mismo: La escritura es un proceso, y todos experimentamos bloqueos creativos.
- El método Pomodoro: Trabaja en intervalos cortos de tiempo (25 minutos) seguidos de breves descansos.
- La técnica de la libre escritura: Escribe sin parar durante un tiempo determinado, sin preocuparte por la gramática o la ortografía.
- La técnica del "qué pasaría si": Hazte preguntas hipotéticas para generar nuevas ideas.
- Escribe tus ideas, haz un bosquejo. Estas ideas pueden ser los intertítulos de tu escrito.
