LA PÉRDIDA DE LA RAZÓN Y LA LIBERTAD
Sin bien podemos pensar que somo libres, ya que podemos viajar y consumir lo que deseamos dentro de nuestra capacidad, igualmente que tenemos razón en lo que decimos, es notable que afrontamos una pérdida de valor en estos conceptos. La razón y la libertad están interconectadas, siendo ambos conceptos fundamentales para comprender y construir sociedades que fomenten el progreso, la justicia y el respeto mutuo.
La razón en una sociedad radica en su capacidad para guiar el pensamiento crítico, la toma de decisiones informadas y el desarrollo sostenible. Una sociedad que valora y promueve la razón es más propensa a prosperar. La enseñanza de la razón es esencial para el desarrollo integral de las personas, promoviendo habilidades críticas que son valiosas en una variedad de contextos, desde la toma de decisiones diarias hasta la participación en la sociedad.
La pérdida de la razón es visible y alarmante, cuando los políticos suben a la tribuna todos tienen su razón, las personas que manipulan la redes y captan seguidores igualmente tienen su razón, pero una sociedad no se organiza y afronta sus problemas, sin fundamentar una razón para el entendimiento social. Así observamos la multitud de incongruencias en una sociedad que no se ha esforzado en la enseñanza de la razón, lo que motiva la pérdida de libertar para decidir, actuar y participar, en consecuencia, quedamos atrapados en el consumo, el sofá, la autocomplacencia, la crítica destructiva, la mentira…