La Pepa 1812 -2012. Videomapping
La Pepa
Videomapping proyectado en el interior de la cúpula del Oratorio San Felipe Neri para la conmemoración del bicentenario de La Pepa 2012, Cádiz.
Cuando me propusieron la realización de un videomapping para conmemorar acontecimiento tan -tristemente- importante no cupe en mí de gozo. El videomapping estaba de moda y ¿a quien no le apetece si le dan medios para ello?
La proyección sobre la arquitectura cóncava del interior del Oratorio supuso todo un reto.
Pero lo más complicado fue elaborar un guión que, al margen de centenarios y celebraciones, fuera riguroso con la historia. Y la historia de La Pepa no deja de ser la historia de un fracaso, la de unos estadistas que no pudieron o quisieron o supieron estar a la altura de la Historia (ésta con mayúsculas). En definitiva, la de un pueblo que perdió entre otras cosas el tren de la revolución industrial y quedó rezagado de una Europa que avanzaba hacia la modernidad.
Particularmente delicado fue tratar la figura del infame Fernando VII -un personaje especialmente nefasto para España- sin cargar las tintas en sus ignominias. En rigor a la verdad, no podíamos renunciar a plasmar el cúmulo de traiciones y manejos subrepticios que desde su entorno se ejercieron para dinamitar un proyecto constitucional que habría cambiado el curso de nuestra Historia.
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El otro gran escollo, evidentemente, fue el consabido "con la Iglesia hemos topado". Tanto el tratamiento del proyecto como el guión del audiovisual fue puesto desde un principio a disposición de los estamentos implicados para su puntual aprobación dado que a la inauguración asistirían presidentes de gobiernos varios, altos representantes de la Curia Romana y el descendiente de Fernando VII, nuestro campechano Juan Carlos I.
El montaje original contemplaba la recreación de intervenciones de tres políticos relevantes que abarcaran simbólicamente el complejo crisol ideológico de los diputados que participaron en la elaboración de La Pepa. Elegimos las figuras de Agustín de Argüelles como representante de las ideas más liberales e ilustradas; a José Mejía Lequerica como ejemplo del pensamiento de unas tierras de ultramar a punto de independizarse; y a Pedro Inguanzo Rivero como paradigma del pensamiento del clero (no hay que olvidar que un amplio porcentaje de los señores diputados eran sacerdotes). Cada uno de los personajes recitaba una selección de textos propios extraídos con gran rigor de las actas históricas. La yuxtaposición de estos retazos de discurso daba una buena muestra de los intereses de unos y otros y de cómo visualizaban el futuro de la nación. Hasta ahí, ningún problema.
Con el master acabado se realizó una proyección de prueba en el Oratorio a la que asistió algún alto representante de la curia al que no le gustó especialmente la elección de Inguanzo y sus perlas seleccionadas. Momento de pánico: o se sustituía al vehemente paladín de la cristiandad por otro menos elocuente o no había proyección. Tuvimos que volver a rodar las escenas sustituyendo personaje y actor, siendo aceptado el clérigo don Xavier Borrull como representante de Dios en las Cortes de Cádiz, con un discurso algo menos elocuente que el del correligionario "purgado".
Ni desde el Gobierno, ni desde la Casa Real -a pesar de lo malparado que evidentemente quedaba el Borbón tatarabuelo- pusieron ninguna pega sobre la elección de personajes y discursos.
Lo cierto es que el proceso de este trabajo me planteó una serie de cuestiones sobre la monarquía española y su influencia en el devenir de nuestra historia, que se han mantenido larvadas en mi cabeza todos estos años (nada grave, doctor), y tienen parte de la culpa de que intente ahora sacar adelante mi proyecto EL BULLDOG FRANCÉS mediante la fórmula del crowdfunding o micromecenazgo.