La Perspectiva Bíblica sobre la Intersexualidad: Orientación y Acompañamiento Pastoral

La Perspectiva Bíblica sobre la Intersexualidad: Orientación y Acompañamiento Pastoral

Hace unos días, tuve la oportunidad de conversar con algunos miembros de la iglesia durante una reunión informal. Entre bocados y risas, surgieron varios temas de conversación, algunos más cotidianos y otros menos comunes. Para mi sorpresa, alguien mencionó la intersexualidad, un tema sobre el cual pocos parecían tener claridad, incluyéndome a mí. Me di cuenta de que este es un asunto que merece ser abordado con mayor conocimiento y sensibilidad, así que me dediqué a investigar y reflexionar al respecto. A continuación, comparto algunos de los descubrimientos preliminares que he hecho, sin pretender agotar el tema, pero con el deseo de ofrecer una base para el diálogo y la orientación pastoral.

La intersexualidad es una condición biológica en la que una persona nace con características sexuales (genitales, cromosómicas o hormonales) que no se ajustan de manera típica a las categorías de masculino o femenino. La intersexualidad no es una elección ni una preferencia, sino una condición natural que existe desde tiempos antiguos y en diversas culturas alrededor del mundo. Es esencial que la comunidad de fe aborde este tema con sensibilidad y conocimiento para poder acompañar pastoralmente a las personas intersexuales y sus familias.

1. ¿Qué es la Intersexualidad?

La intersexualidad no debe confundirse con la identidad de género o la orientación sexual. Se refiere estrictamente a características biológicas o fisiológicas que pueden incluir, por ejemplo, variaciones en los órganos sexuales o combinaciones cromosómicas como XXY en lugar de XX o XY. Estas variaciones pueden hacer que las personas intersexuales no se identifiquen completamente con los patrones corporales tradicionales de "hombre" o "mujer". La intersexualidad representa la complejidad de la biología humana, algo que, aunque poco conocido, no es un fenómeno nuevo ni extraño en el contexto de la creación.

2. Intersexualidad y Orientación Sexual: ¿Es Homosexualidad?

La orientación sexual es un tema aparte de la intersexualidad. No todas las personas intersexuales experimentan atracción por el mismo género; algunas sienten atracción hacia el sexo opuesto, otras hacia el mismo sexo, y otras pueden tener orientaciones distintas. Por lo tanto, no es correcto asumir que todas las personas intersexuales son homosexuales o bisexuales.

Desde una perspectiva bíblica, no se puede etiquetar automáticamente la intersexualidad como una cuestión de orientación sexual, ya que las condiciones intersexuales se refieren a la biología, mientras que la orientación se relaciona con la atracción emocional y romántica. De hecho, la iglesia está llamada a distinguir entre estas realidades para evitar juicios incorrectos o suposiciones que puedan lastimar a las personas que buscan entender su identidad y orientación bajo la luz de la fe.

3. ¿Cómo Acompañar y Orientar a las Personas Intersexuales en Cuestiones de Género?

Para muchas personas intersexuales, la pregunta de "inclinación de género" o identidad de género puede ser una realidad desafiante. La iglesia puede ayudar a las personas intersexuales a explorar sus propias experiencias de género en un ambiente seguro, reflexivo y de oración. Esto implica:

📌Escuchar sin prejuicios: Ofrecer un espacio seguro donde las personas puedan expresar sus preguntas y experiencias. A veces, una persona intersexual puede sentir que su género no se define plenamente por sus características físicas, y esto merece ser escuchado y comprendido en la comunidad de fe.

📌Guiar hacia una identidad en Cristo: En lugar de presionar a una definición rígida de género, la iglesia puede recordar a cada persona intersexual que su identidad principal es la de hijo o hija de Dios. Esto ayuda a encontrar una identidad más profunda que las etiquetas humanas.

📌Evitar la presión sobre la elección de género: En situaciones donde una persona intersexual está explorando su identidad de género, es prudente evitar imponer decisiones de género. Los líderes cristianos pueden invitar a una reflexión teológica que coloque a Dios como centro, de modo que la persona se sienta acompañada y no juzgada.

4. La Orientación Pastoral: Respetar la Complejidad Biológica y el Acompañamiento Espiritual

Para responder a la pregunta sobre “qué inclinación de género deben tener,” es importante reconocer que no existe una respuesta unívoca. Cada caso es individual y merece ser tratado con una profunda sensibilidad pastoral, sin juzgar apresuradamente. Algunas recomendaciones para la orientación pastoral incluyen:

📌Evitar etiquetar o diagnosticar: Los líderes de la iglesia no están en posición de determinar cuál debería ser la identidad de género o la orientación sexual de una persona intersexual. La función pastoral aquí es guiar espiritualmente y orientar, permitiendo que la persona busque dirección en oración, estudio de la Palabra y diálogo.

📌Consultar y colaborar con especialistas: Las personas intersexuales pueden requerir orientación médica y psicológica. La iglesia puede cooperar con estos profesionales para brindar apoyo holístico, manteniendo una posición de amor y comprensión. No se trata de “resolver” la intersexualidad, sino de caminar junto a la persona para que se sienta plenamente aceptada y valorada.

5. La Iglesia como Comunidad de Sanidad e Inclusión

Como comunidad que acoge a los marginados y vulnerables, la iglesia puede y debe crear un espacio donde las personas intersexuales no solo se sientan aceptadas, sino también valoradas. Este rol incluye educar a la congregación sobre la diversidad humana y recordar que las particularidades biológicas de una persona no afectan su valor a los ojos de Dios. En este sentido, la intersexualidad se convierte en una oportunidad para que la iglesia viva su misión inclusiva de amor y justicia.

A modo de conclusión:

La intersexualidad, aunque compleja, ofrece a la iglesia una oportunidad de practicar el amor cristiano en toda su amplitud, brindando aceptación y acompañamiento. Las Escrituras no abordan explícitamente esta realidad, pero la ética bíblica de dignidad y compasión sí nos guía a ser sensibles y solidarios. Como iglesia, estamos llamados a reconocer a las personas intersexuales como portadoras de la imagen de Dios, dignas de amor y respeto. La comunidad de fe debe ser un lugar seguro donde, en vez de exigir respuestas, se ofrezcan oídos comprensivos y corazones dispuestos a caminar junto a cada individuo en su búsqueda de identidad en Cristo.

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