La Polémica de La Educación Virtual (ONLINE)

por Mgtr. Javier Anaya Franco

Dependiendo el enfoque en que cada quien pueda vislumbrar los acontecimientos de la vida, así mismo cada quién podrá desenvolverse y salir a flote ante las diversas vicisitudes cotidianas...

Javier Anaya Franco

Las dudas

La situación pandémica que abrazó a todo el planeta, ha demostrado cuan vulnerable somos ante la presencia de crisis masivas; y lo poco preparados que estamos ante hechos como estos.

Uno de esos grandes retos, ha sido la adaptación de la educación a plataformas virtuales o métodos a distancia. En una primera perspectiva es común buscar culpabilidad en los estamentos gubernamentales (que de cierta forma contribuyen a la decadencia de dicha adaptación); pero de igual forma encontramos diversos pensamientos que afirman que en nuestras sociedades latinoamericanas, no estamos preparados para asumir el reto de una educación virtual, o a distancia adecuadamente.

Es curioso ver que más del 85% de los quejosos de esta modalidad impuesta por la necesidad mundial (y que es la única opción por el momento), sea denunciada por los padres de familia y los docentes en todos los niveles educativos. Muy poco se puede destacar que sean los niños o jóvenes quienes se quejen o visualicen dificultades ante esta modalidad educativa.

La verdad, es que la necesidad de adaptarse a lo “online”, no recae en los estudiantes; sino, en los padres que tienen ahora una doble misión: conocer métodos en línea directamente relacionados con la tecnología. Pero el reto más sobresaliente es, su activa participación en la educación de sus propios hijos, con la presencia de los mismos 24 horas en casa.

No muy distante de ésta realidad; también encontramos a los maestros y profesores que han tenido que salir de sus zonas de confort, e iniciar una tarea que más que actualizarse; parece una resistencia al cambio. Aún existen docentes que no conciben una educación no presencial sin aulas de clase. Esto demuestra la necesidad de mejorar y adecuar los planes de estudios en las instituciones formadora de docentes. Así como hicimos la transición de pizarrones con tiza a tableros blancos; y aun algunos con métodos tecnológicos audiovisuales; también ahora la estructura online, debe ser prioridad.

Pongámonos a pensar, si la pandemia por el COVID-19 se hubiese dado sin la tecnología del internet y todas las herramientas existentes, ¿cómo pudiera hoy día la educación salir a flote? Definitivamente que mirar la situación desde un ángulo negativo, no es lo necesario. Es importante recordar premisas del marketing, en donde las amenazas y debilidades; debemos aprovecharlas, para identificar oportunidades que nos faciliten fortalezas exitosas.

La excusa.

Comúnmente notamos como en diversos medios de comunicación y redes sociales, padres y/o acudientes están insatisfechos con la implementación de métodos online para sus hijos; sin embargo, desde hace ya casi más de una década; todos los ciudadanos del planeta; estamos sometidos a la tecnología online, tanto así, que si salimos de casa sin nuestro teléfono celular, nos sentimos incompletos.

Hoy día todos los seres humanos, desde muy temprana edad, vivimos involucrados en el mundo de la tecnología online. A través de diversos dispositivos (celulares, tablets, Pc’s, laptop, etc,) realizamos compras, gestionamos citas médicas, pagamos los servicios públicos, conocemos otros países, cotizamos bienes y servicios, hacemos reclamos de productos, hacemos encuestas, nos enteramos de los famosos y los no tan famosos, y hasta hay quienes conocen su media naranja y muchos se han casado o emparejado. Pero la triste realidad es que para realizar estudios no la encontramos disponibles o efectivas. Esto nos lleva a analizar, si la tecnología la integramos desde hace mucho tiempo a nuestras vidas cotidianas; entonces, ¿la educación no puede ser parte de esa integración?

Puede ser que la respuesta a esta pregunta, resuelva la falencia educativa con la que se ha distinguido por muchos años nuestra sociedad subdesarrollada en materia de resultados académicos, y que refleja la necesidad de la mejora por el interés a la buena formación universal, que no ha sido muy satisfactoria en estos últimos años, aun asistiendo presencialmente a clases. De ser así; podríamos destacar algo positivo de esta situación de pandemia mundial, necesitábamos preocuparnos más por mejorar nuestra formación educativa y la de nuestros hijos, también reconocer que la labor docente es educar y la formación está en casa (con sus padres) como debe ser. En ese aspecto ¡gracias pandemia!

Hay que cambiar la forma de mirar los hechos y destacar los valores y las bondades de las situaciones, para no quedar extintos en el intento. La educación virtual u online, presenta muchas más ventajas ante la costumbre tradicional de clases presenciales:

·       Es más segura, puesto que no sales de casa.

·       Es más económica porque, no requiere de movilidad.

·       Permite mayor oportunidad a la investigación porque las alternativas online acceden a la consulta masiva de una gran variedad de temas educativos, a través de la web.

·       Se puede llevar desde cualquier dispositivo, incluyendo celular.

·       Tiene una gran variedad de herramientas utilizables para el proceso educativo y de aprendizaje (de hecho, con solo WhatsApp, podríamos realizar una clase exitosa, solo hay que conocer las herramientas que lo integran)

·       Es mucho más económica para los centros educativos; puesto que se reduce casi a nada la utilización de infraestructuras y personal administrativo.

·       Permite el desarrollo de la creatividad y el uso de herramientas digitales.

·       Es ecológicamente viable, puesto que la documentación es digital; evitando así, el abuso excesivo de papelería.

·       Es más saludable porque los niños y jóvenes se alimentan en sus casas y no en la calle, expuestos a comidas malsanas.

El año 2020 vino a definir una nueva era para los que residimos en el planeta Tierra; y de forma definitiva, y es importante como seres adaptables a los cambios, que logremos definir nuestro plan de acción para aceptar los nuevos estilos de vida que están saliendo a la luz; pero también hay que agradecer la oportunidad de experimentar de primera mano dichos cambios en la nueva sociedad humana y que un futuro no muy lejano, podamos transmitir a las nuevas generaciones como logramos superarlas.