"La post-it-itis"
Muchos nos hemos encontrado con entretenidas y lúdicas herramientas como estrategias que complementan, desde modelos como el Canvas o el Design Thinking, nuestras formas de desarrollar el quehacer en nuestro trabajo utilizando estos papelitos de colores, sin embargo, ¿nos hemos detenido a pensar que estamos promoviendo con estas prácticas cuando se vuelven obligación o "la forma" que salvará la productividad?
Hace un par de años, en un proceso de mentoring en el que utilizamos la estrategia del design thinking en una pizarra, surgió espontáneamente la "necesidad" de utilizar post-it para cambiarlos de posición según el mapa que estábamos desplegando. Una vez terminado vimos como impactaba la flexibilidad y las posibilidades del "papelito de colores despegable" de mostrar visualmente aquello que en comprensión (flexibilidad y posibilidades) no era siempre posible entender directamente desde el discurso. Surgió para nosotros un elemento de apoyo, y profundizamos en las aplicaciones metodológicas desarrolladas, en un campo que empezó a darle estructura pero también limite a estos papelitos de una utilidad más amplia que las descubiertas y empaquetadas, hasta hoy.
Sin embargo, es necesario comprender que no basta con "la" idea central, clave, corta, palabra, metáfora, impacto; no, muchas veces es necesario saber distinguir, comentar y compartir el mundo de interpretaciones y por ende de entendimientos que hay detrás de quien la da, no sólo para ir cultivando y haciendo florecer el jardín del estilo y cultura del equipo que está trabajando juntos, sino también para ayudar a ampliar la mirada y crecer en términos justamente del pensamiento creativo (y divergente).
Muchas de las metodologías que actualmente están "agilizando" las reuniones, están coartando y por ende impidiendo el enriquecimiento humano y social del grupo y del equipo:
" No me importa de donde sale, tírate una buena idea"... así podría decirse perfectamente esta forma si no acompaña la reflexión, el interés y principalmente el compartir la experiencia y el entendimiento cultural que fundamenta y acompaña el fondo de esa "idea", incluso una que podría parecer mala podría ser excelente si se entiende, comprende y comparte desde donde surge.
Todas nuestras intervenciones en innovación y diseño creativo, han surgido desde una escucha más profunda que superficial, una que observa al otro y sus dolores, pero que no lo interpreta o inventa en su mundo una idea de lo que le sucede, sino que lo interroga, lo comprende y surge especialmente la empatía y la colaboración para ayudarlo genuinamente.
Luego, recién después de eso, de construir la confianza, la colaboración y el deseo de un proyecto común, el resto de las metodologías surgen para complementar y potenciar lo primero, no podemos arrogarnos conocer el mundo del otro sin haber entrado en su mundo o al menos saber algo de él.