La que camina a mi lado
La que camina a mi lado, pasó de ser Diana la cazadora, a ser presa fácil.
No sé… no puedo… no tengo fuerza… preciso ayuda... La que camina a mi lado, en los albores del tiempo, era tan fuerte como lo era yo: las lanceras montadas de Atila no pesaban 50 kilos, las escuderas vikingas no eran unas flaquitas que si se caen se quiebran, tenían el lomo que yo tengo, mi fuerza y mi poder; las mujeres de tiempos antiguos no se congelaban de miedo cuando les ladraba un perro, luchaban con un oso y lo atravesaban con su lanza.
Ellas, como nosotros, nunca decían: No sé… no puedo… no tengo fuerza…, preciso ayuda… Ese es el miedo el que habla, porque eran y siguen siendo, los seres más poderosos de todo el universo conocido, pero claro, después de mil años de vivir adentro de un táper lleno de algodoncitos, se ha debilitado, tanto, que se olvidó de que nació siendo reina, en la cima de la pirámide, y jura que nació siendo débil, y que un pitbull, que mide 20 centímetros y pesa 5 kilos, puede con ella; y tanto es así que, a esta altura, al perro le basta con emitir un sonido, para que se congele de miedo.
Mil años, desde la edad media, cuando entregaron las armas para quedarse en la seguridad del castillo, dejaron de realizar todo ejercicio físico y a quedarse tranquilitas no más, rezando; 50 generaciones pasaron en esa, y la evolución ha hecho su trabajo, debilitando su cuerpo y llenando de miedos su mente. Miedo al dolor, miedo a lastimarse, miedo a la muerte… quien tiene miedo no lucha, quien no lucha, es fácil de someter.
Han perdido todo su poder, y así, se volvieron fáciles de dominar.
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Ahora la que camina a mi lado, ya no me puede seguir el ritmo, y me grita, para que yo camine más despacio.
Se le ha olvidado lo poderosa que era, y cree que nunca lo fue, ni podrá serlo porque nació débil y no tiene mi fuerza, tú, la que caminas a mi lado desde hace 5 millones de años, la que corría y atrapaba a los animales matándolos con sus propias manos, si tú, la que cree que no tiene mi fuerza, recuerda, que naciste para ser la reina de todo este universo, así de grande es tu poder. Recupera lo que te han quitado lo que tú misma, has perdido, por negarte al deporte, a la lucha, por preferir la tranquilidad y la seguridad… que, con el tiempo, te debilitan.
Porque no le sirve a nadie el tener que caminar más despacio para estar contigo, sirve que tu corras más rápido que yo, para que tenga que esforzarme si quiero alcanzarte, y que la próxima generación sea más fuerte que la nuestra, no más débil. Ya has pagado en carne propia el precio de la debilidad, vuélvete fuerte, haz deportes competitivos y de contacto, grupales e individuales; lucha, transpira y sangra, reduce tu miedo a lastimarte, reduce tu miedo a la muerte, toma conciencia de lo que eres capaz de hacer con tu cuerpo y tu mente; recupera el poder que has perdido.
@pictograma @Campodonico @delasemana
Assistant Director at North American Academy of Spanish Language (ANLE). Former Associated Press writer
1 añoEstupendo relato en el Día de la Mujer. Felicitaciones.