La Razón Por La Que En El Momento De La Verdad No Llegas Al Mismo Nivel Que En Tu Casa
Todo mi planteamiento sobre el miedo escénico se revolucionó con una frase:
«Nunca vas a ser mejor que el estado interno emocional en el que te encuentres»
Esta frase se la escuché a Xavier Pirla, y se me quedó grabada. Pero no entendí la magnitud de lo que implicaba.
Por aquel entonces lo que conocía de la gestión emocional era lo de no enfadarse, aguantar, la paciencia y todo eso. Claro, hay que saber aguantarse el enfado. Lo de ser un monje tibetano tipo Zen no me atraía demasiado, para serte sincero.
Yo había aprendido los conceptos de la inteligencia emocional, pero aquella frase no la entendía del todo. No le di el valor que tiene. Al fin y al cabo si te preparas, pues ya está ¿No? Si te sientes mal en el momento de la verdad, pues pasas un mal trago, sufres y ya está. ¿No? Se trata de ser duros y de poder con todo, y de prepararse más. ¿No?
Pues no.
Prepararse es por supuesto necesario, pero no suficiente. Si fuese suficiente, nadie que estuviese preparado tendría nervios, y sentiría confianza en el momento de la verdad. O si fuese suficiente con el dominio técnico, nadie se pondría nervioso con una obra sencilla.
La famosa frase de «Nunca vas a ser mejor que el estado interno emocional en el que te encuentres«, la volví a escuchar de nuevo unos años después. En una formación de John LaValle, pero esta vez lo explicó de una manera en que entendí la magnitud inmensa de lo que implicaba. Una manera quizá demasiado simplificada, pero que sirve para entender el concepto.
En nuestra mente todo pasa por nuestras neuronas. No solo nuestros pensamientos, sino los movimientos, coordinación, creatividad, etc.. van por conexiones neuronales.
Las neuronas no se conectan entre sí físicamente, sino que lo hacen con señales eléctricas. Estas señales eléctricas no van por cables en la cabeza, no somos robots, sino que pasan de una neurona a otra atravesando el líquido que rodea las neuronas.
Una señal eléctrica puede atravesar un líquido, pero le afecta mucho la composición química del líquido.
Si la composición química del líquido es la adecuada, tus neuronas se comunican muy bien
y tu cerebro funciona al máximo.
Si la composición química del cerebro es peor, las neuronas no se pueden comunicar igual, y
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el cerebro es como si funcionara peor.
Esta composición química del cerebro no depende ni de tus genes ni de tus habilidades, y no es siempre la misma, cambia constantemente. ¿Sabes de qué depende la calidad de ese líquido en tu cerebro?
De cómo te sientes.
Si te sientes bien, la química de ese líquido es buena, las neuronas conectan fenomenal y tú das el máximo. Si te sientes mal, la química es peor, tus neuronas conectan peor, y tu cerebro funciona peor. Por eso cuando alguien está enfadado razona mucho peor.
Por eso cuando estás nervioso tomas peores decisiones.
Por eso cuando un jefe grita a un empleado, el empleado se queda como bloqueado y no sabe qué decir.
Por eso cuando un director de orquesta le echa la bronca o ridiculiza a un músico en un ensayo, ese músico rinde menos.
Por eso cuando tienes nervios en el momento de la verdad no puedes llegar a tu nivel real, porque tu cerebro no tiene la química adecuada, las neuronas conectan peor, y tu cerebro funciona literalmente peor.
No es un tema de que pasas el mal trago y ya está, es un tema de que tu mente funciona literalmente peor. Por eso los ejecutivos y los deportistas de élite se entrenan en mentalidad, porque para dar tu máximo necesitas sentirte bien.
Es por esto por lo que en el momento de la verdad si tienes nervios no puedes llegar al mismo nivel que en tu casa.
Por cierto, los profesionales que superan el miedo escénico suelen decir que su nivel sube varios escalones preparándose menos. Pero eso te lo cuento en otro artículo.
Nos vemos,
Fernando Amaro