La recuperación de la adicción es progresiva
La recuperación de la adicción es una mejoría progresiva, en sentido inverso a la adicción, que es un empeoramiento progresivo. Conocerse a profundidad da como resultado el conocimiento de talentos y desarrollo creativo que habían estado ocultos debido a los comportamientos autodestructivos. Hay un cambio de calidad de pensamientos que impide obrar impulsivamente ante los remordimientos. Han construido tolerancia a la ansiedad y un estilo de afrontamiento no adictivo. Además, implica el reconocimiento de la forma de reaccionar, es decir, la nominación del sentimiento ante cierto estímulo, la comprensión de que se puede cambiar el tipo de reacción que se tiene ante errores y retos, encontrar estilos saludables de confrontar situaciones difíciles y formar hábitos de reconocimiento de las situaciones a resolver.
El modelo de identificación que ofrece el psicoterapeuta o el grupo de autoayuda tiene como esencia una nueva experiencia de relación que permite la reestructuración psíquica.
Los factores psicológicos que dan cuenta de la mejoría del autoconcepto a través de etapas sucesivas de la recuperación o tratamiento de la adicción son el perdón, la empatía, el amor, la fe, la esperanza, la gratitud, la independencia y la flexibilidad. Todos estos factores habrán de progresar en la persona que decide recuperarse y la psicoterapia ayudará a cumplir este objetivo.
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En el transcurso de un tratamiento psicoterapéutico enfocado a la adicción, se obtiene conciencia plena de la importancia de mejorar vínculos y no atacarlos. Así es como se logra mejoría en la socialización. Se establecen relaciones significativas con el propósito primordial de la ayuda mutua en la recuperación. Con esto se afirma que una de las mejores evidencias que se ha progresado es que las relaciones que ahora se tienen son de mejor calidad.
La recuperación siempre es un trabajo en progreso, puesto que se aprovechan los logros para tener mayor crecimiento en el desarrollo personal y en el servicio a los demás. Desde aquí y de forma constante se genera una mayor conciencia de los cambios logrados en la personalidad.
Tomar conciencia del cambio positivo ocurrido en la personalidad durante la recuperación, produce un yo observador. De aquí parte la noción de que la adicción es crónica, y está enraizada a una determinada estructura de personalidad. De lo que deviene que se necesita tratamiento constante para mejorar. Hay conciencia del riesgo de repetir patrones autodestructivos. Vivir "sólo por hoy" está relacionado con la reducción de la ansiedad y posibilita estar más sereno y con ello tener habilidad para el afrontamiento de situaciones disruptivas. Cuando se reconoce el cambio y se tiene conciencia de la mejor capacidad adaptativa de la persona gracias a su proceso de crecimiento personal, cabe pensar que esto no se estancará si se tiene una vigilancia permanente pero flexible.