LA RELACIÓN DEL ESPACIO ULTRATERRESTRE Y EL CIBERESPACIO
LA RELACIÓN DEL ESPACIO ULTRATERRESTRE Y EL CIBERESPACIO
La relación del espacio ultraterrestre y el ciberespacio
Por: Benjamín Rosell
El General de la USAF Larry Welch (2011), en su artículo “The Fifht Operations Domain”, publicado en el portal web de la revista IDA Research Notes del Institute for Defense Analyses, hace un análisis del dominio aéreo y espacial, los cuales, según su perspectiva, no solo abarcan el 100 % de toda la superficie de la Tierra, sino que se suma una proyección ultraterrestre.
Sin embargo, aun cuando Welch señala al ciberespacio como teatro de operaciones de alcance universal y dominio transversal en todo el ámbito geográfico, necesita de una ubicación tangible para cobrar vida, ya que el ciberespacio está conformado por elementos físicos (considerados como infraestructura crítica para la seguridad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica) que necesitan posicionarse en el espacio real, independientemente de cual superficie se trate. Un ejemplo de ello lo constituyen los ordenadores, antenas, repetidoras, servidores, estaciones terrenas de control, infraestructura que soporta la telefonía móvil (hoy día tema controversial por el desarrollo de la tecnología 5G) y la red de fibra óptica, siendo elementos indispensables para la gestión de la información en el ciberespacio, los cuales necesitan posicionarse espacialmente en algún lugar de la superficie terrestre. Por otra parte, los cables submarinos internacionales que soportan la distribución intercontinental de la información digital mundial mediante la red de fibra óptica, deben posicionarse en el lecho marino, lo que significa un mayor esfuerzo desde el punto de vista tecnológico y financiero.
Sin embargo, el aeroespacio se convierte en el medio donde ha cobrado más fuerza el dominio del ciberespacio, ya que a través de toda su extensión viaja la onda electromagnética donde se transporta toda la data gestionada en el mundo virtual, motivo por el cual es considerada como recurso estratégico de primer orden. Si a esto se le suma el empleo de los satélites de comunicación colocados en órbita baja o geosincrónica, la incidencia del ciberespacio adquiere un alcance global.
Con respecto al tema que nos aborda, me permito publicar un artículo de Carlos Duarte Munóz publicado en la página web "Hacia el espacio"
5G es la siguiente revolución en las redes de comunicaciones móviles, ya que promete comunicar todo tipo de dispositivos, en cualquier lugar, todo el tiempo. 5G permitirá la interacción fluída de diferentes redes y tecnologías a velocidades y rendimientos que ninguna otra tecnología anterior ha logrado. Con 5G todos los dispositivos podrán conectarse y compartir información independientemente de cuándo y dónde se requieren y cuántos datos van a intercambiar. 5G significa estar conectado en cualquier lugar, todo el tiempo, inmediatamente y con seguridad. 5G es una tecnología que transformará radicalmente nuestras vidas. 5G ampliará aún más estos límites para permitir nuevos tipos de aplicaciones y servicios en los ámbitos de la salud, el transporte, el entretenimiento, las comunicaciones de máquina a máquina y la seguridad, por nombrar solo algunos.
Para asegurar este desempeño, 5G se apoyará en el uso de satélites ya que los sistemas terrestres no pueden garantizar cobertura ilimitada e ininterrumpida todo el tiempo. El bloqueo de las señales inalámbricas por edificios o el estar en zonas donde no hay cobertura terrestre, inhiben el servicio ininterrumpido. 5G garantizará la continuidad del servicio al integrar a las redes terrestres con las redes satelitales.
En el pasado, las comunicaciones por satélite basadas en satélites geoestacionarios, han estado en desventaja respecto a las comunicaciones terrestres por su baja velocidad, alta latencia y menor confiabilidad, lo que ha restringido su uso a aplicaciones muy específicas como dar servicio a zonas rurales y remotas en donde no es económico llegar con otras tecnologías como la fibra óptica.
Ahora, la convergencia entre las tecnologías de la información y las comunicaciones, TICs, con la tecnología espacial está produciendo una nueva generación de constelaciones de satélites de comunicaciones de órbita baja mucho más poderosa en comparación con los tradicionales satélites geoestacionarios, que podrá realizar tareas inimaginables hace unos años. Con más capacidad, mayor ancho de banda y antenas más pequeñas, las nuevas generaciones de constelaciones satelitales serán protagonistas de una revolución en las telecomunicaciones a nivel mundial al conectar todo el planeta por tierra, mar y aire.
Por ejemplo, la constelación de OneWeb promete entregar 2.5 Gbps a hogares en cualquier punto de la Tierra. Con estas características, la capacidad proyectada de OneWeb se asemeja más a los sistemas de comunicaciones terrestres que a los satélites geoestacionarios convencionales, ya que OneWeb ofrecerá 7 Terabits por segundo (Tbps) en su primera constelación, más de 120 Tbps en su segunda, y se acercará a un Petabit por segundo (1000 Tbps) para el año 2025. En comparación, la capacidad total actual de todos los satélite GEO es únicamente de varios Tbps.
Con estas características, las nuevas generaciones de satélites serán una parte esencial de la infraestructura 5G, en donde la tecnología satelital se integrará a las comunicaciones globales. El tráfico se dirigirá dinámicamente a las mejores opciones de transporte disponibles según el ancho de banda, la latencia, las condiciones de la red y otras necesidades de las aplicaciones, y todo esto sin que se de cuenta el usuario. Esto permitirá que muchas aplicaciones que hasta ahora parecen ciencia ficción como el monitoreo y control de vehículos autónomos en cualquier parte del mundo y la medición de variables ambientales en todo el planeta sean hagan pronto realidad.
Una vez que se implante, el estándar 5G brindará una oportunidad única para una integración de los satélites con las redes terrestres. Estamos a tiempo para capitalizar esta oportunidad y generar servicios y sistemas que se adapten a este estándar.
Todo esto supone un impacto tremendo en el ejercicio de la soberanía para los Estados en todo el mundo. El manejo exclusivo de esta tecnología ubicada en el espacio ultraterrestre, con incidencia en todos los aparatos conectados que manejan los seres humanos (el internet de las cosas) obviamente atentará contra la soberanía ejercida por los poderes públicos de los Estados. El el Estado Corporativo Global sobre el Estado-Nación concebido desde aquella lógica surgida de la Paz de Westfalia.
Sobre este aspecto, ha escrito en profundidad Antonio Negri y Michael Hardt en sus entregas "Imperio" y "Multitud", donde hacen entrever la lucha existente entre el biopoder que surge del Estado Corporativo Global, lo que ellos denominan "Imperio" y el poder insurgente de una clase global emergente que ellos llaman "Multitud". Este conflicto será de dimensiones insospechadas a través de la acción comunicacional que puede surgir de la tecnología 5G apoyada en el espacio ultraterrestre.
Esta realidad prospectiva, hará cambiar radicalmente nuestra visión del mundo, ya que la acción comunicativa moldeará la realidad tal como la vemos. Tal aseveración está sustentada por la teoría de la acción comunicativa de Habermas, quien definía que la unidad fundamental de la sociedad no es el ser humano, sino su capacidad de comunicarse. De acuerdo con este teórico de la 2da Escuela de Frankfurt, las realidades se transforman no por los seres humanos per se, sino por la capacidad de comunicarse entre ellos, tomando en cuenta la cultura, el pasado histórico y el contexto. Todo esto se redimensionará a través de la red de 5G, es decir, si la invención de la escritura, de la imprenta, de los ordenadores y de la internet sacudieron a la sociedad, nada de esto tendrá comparación con lo que hará la tecnología 5G sustentada por la tecnología satelital. Las implicaciones son imposibles de predecir.
Esto transformará las relaciones entre los Estados, los intercambios culturales y económicos entre las sociedades, y el Imperio y sus relaciones de biopoder se enfrentarán contra la insurgencia de la Multitud señalada por Negri y Hardt.
El pueblo venezolano debe tener presente esta realidad, para que la percepción de nuestro aeroespacio y ciberespacio sea radicalmente distinta. Es la prospectiva que podamos hacer de esta realidad, la garantía de nuestra proyección generacional. Nuestra juventud debe prepararse en áreas tan esenciales que pueda permitir el desarrollo de las TICs, y de la tecnología aeroespacial propias, según sean nuestros intereses y aspiraciones como Nación.
La relación del espacio ultraterrestre y el ciberespacio
Por: Benjamín Rosell
El General de la USAF Larry Welch (2011), en su artículo “The Fifht Operations Domain”, publicado en el portal web de la revista IDA Research Notes del Institute for Defense Analyses, hace un análisis del dominio aéreo y espacial, los cuales, según su perspectiva, no solo abarcan el 100 % de toda la superficie de la Tierra, sino que se suma una proyección ultraterrestre.
Sin embargo, aun cuando Welch señala al ciberespacio como teatro de operaciones de alcance universal y dominio transversal en todo el ámbito geográfico, necesita de una ubicación tangible para cobrar vida, ya que el ciberespacio está conformado por elementos físicos (considerados como infraestructura crítica para la seguridad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica) que necesitan posicionarse en el espacio real, independientemente de cual superficie se trate. Un ejemplo de ello lo constituyen los ordenadores, antenas, repetidoras, servidores, estaciones terrenas de control, infraestructura que soporta la telefonía móvil (hoy día tema controversial por el desarrollo de la tecnología 5G) y la red de fibra óptica, siendo elementos indispensables para la gestión de la información en el ciberespacio, los cuales necesitan posicionarse espacialmente en algún lugar de la superficie terrestre. Por otra parte, los cables submarinos internacionales que soportan la distribución intercontinental de la información digital mundial mediante la red de fibra óptica, deben posicionarse en el lecho marino, lo que significa un mayor esfuerzo desde el punto de vista tecnológico y financiero.
Sin embargo, el aeroespacio se convierte en el medio donde ha cobrado más fuerza el dominio del ciberespacio, ya que a través de toda su extensión viaja la onda electromagnética donde se transporta toda la data gestionada en el mundo virtual, motivo por el cual es considerada como recurso estratégico de primer orden. Si a esto se le suma el empleo de los satélites de comunicación colocados en órbita baja o geosincrónica, la incidencia del ciberespacio adquiere un alcance global.
Con respecto al tema que nos aborda, me permito publicar un artículo de Carlos Duarte Munóz publicado en la página web "Hacia el espacio"
5G es la siguiente revolución en las redes de comunicaciones móviles, ya que promete comunicar todo tipo de dispositivos, en cualquier lugar, todo el tiempo. 5G permitirá la interacción fluída de diferentes redes y tecnologías a velocidades y rendimientos que ninguna otra tecnología anterior ha logrado. Con 5G todos los dispositivos podrán conectarse y compartir información independientemente de cuándo y dónde se requieren y cuántos datos van a intercambiar. 5G significa estar conectado en cualquier lugar, todo el tiempo, inmediatamente y con seguridad. 5G es una tecnología que transformará radicalmente nuestras vidas. 5G ampliará aún más estos límites para permitir nuevos tipos de aplicaciones y servicios en los ámbitos de la salud, el transporte, el entretenimiento, las comunicaciones de máquina a máquina y la seguridad, por nombrar solo algunos.
Para asegurar este desempeño, 5G se apoyará en el uso de satélites ya que los sistemas terrestres no pueden garantizar cobertura ilimitada e ininterrumpida todo el tiempo. El bloqueo de las señales inalámbricas por edificios o el estar en zonas donde no hay cobertura terrestre, inhiben el servicio ininterrumpido. 5G garantizará la continuidad del servicio al integrar a las redes terrestres con las redes satelitales.
En el pasado, las comunicaciones por satélite basadas en satélites geoestacionarios, han estado en desventaja respecto a las comunicaciones terrestres por su baja velocidad, alta latencia y menor confiabilidad, lo que ha restringido su uso a aplicaciones muy específicas como dar servicio a zonas rurales y remotas en donde no es económico llegar con otras tecnologías como la fibra óptica.
Ahora, la convergencia entre las tecnologías de la información y las comunicaciones, TICs, con la tecnología espacial está produciendo una nueva generación de constelaciones de satélites de comunicaciones de órbita baja mucho más poderosa en comparación con los tradicionales satélites geoestacionarios, que podrá realizar tareas inimaginables hace unos años. Con más capacidad, mayor ancho de banda y antenas más pequeñas, las nuevas generaciones de constelaciones satelitales serán protagonistas de una revolución en las telecomunicaciones a nivel mundial al conectar todo el planeta por tierra, mar y aire.
Por ejemplo, la constelación de OneWeb promete entregar 2.5 Gbps a hogares en cualquier punto de la Tierra. Con estas características, la capacidad proyectada de OneWeb se asemeja más a los sistemas de comunicaciones terrestres que a los satélites geoestacionarios convencionales, ya que OneWeb ofrecerá 7 Terabits por segundo (Tbps) en su primera constelación, más de 120 Tbps en su segunda, y se acercará a un Petabit por segundo (1000 Tbps) para el año 2025. En comparación, la capacidad total actual de todos los satélite GEO es únicamente de varios Tbps.
Con estas características, las nuevas generaciones de satélites serán una parte esencial de la infraestructura 5G, en donde la tecnología satelital se integrará a las comunicaciones globales. El tráfico se dirigirá dinámicamente a las mejores opciones de transporte disponibles según el ancho de banda, la latencia, las condiciones de la red y otras necesidades de las aplicaciones, y todo esto sin que se de cuenta el usuario. Esto permitirá que muchas aplicaciones que hasta ahora parecen ciencia ficción como el monitoreo y control de vehículos autónomos en cualquier parte del mundo y la medición de variables ambientales en todo el planeta sean hagan pronto realidad.
Una vez que se implante, el estándar 5G brindará una oportunidad única para una integración de los satélites con las redes terrestres. Estamos a tiempo para capitalizar esta oportunidad y generar servicios y sistemas que se adapten a este estándar.
Todo esto supone un impacto tremendo en el ejercicio de la soberanía para los Estados en todo el mundo. El manejo exclusivo de esta tecnología ubicada en el espacio ultraterrestre, con incidencia en todos los aparatos conectados que manejan los seres humanos (el internet de las cosas) obviamente atentará contra la soberanía ejercida por los poderes públicos de los Estados. El el Estado Corporativo Global sobre el Estado-Nación concebido desde aquella lógica surgida de la Paz de Westfalia.
Sobre este aspecto, ha escrito en profundidad Antonio Negri y Michael Hardt en sus entregas "Imperio" y "Multitud", donde hacen entrever la lucha existente entre el biopoder que surge del Estado Corporativo Global, lo que ellos denominan "Imperio" y el poder insurgente de una clase global emergente que ellos llaman "Multitud". Este conflicto será de dimensiones insospechadas a través de la acción comunicacional que puede surgir de la tecnología 5G apoyada en el espacio ultraterrestre.
Esta realidad prospectiva, hará cambiar radicalmente nuestra visión del mundo, ya que la acción comunicativa moldeará la realidad tal como la vemos. Tal aseveración está sustentada por la teoría de la acción comunicativa de Habermas, quien definía que la unidad fundamental de la sociedad no es el ser humano, sino su capacidad de comunicarse. De acuerdo con este teórico de la 2da Escuela de Frankfurt, las realidades se transforman no por los seres humanos per se, sino por la capacidad de comunicarse entre ellos, tomando en cuenta la cultura, el pasado histórico y el contexto. Todo esto se redimensionará a través de la red de 5G, es decir, si la invención de la escritura, de la imprenta, de los ordenadores y de la internet sacudieron a la sociedad, nada de esto tendrá comparación con lo que hará la tecnología 5G sustentada por la tecnología satelital. Las implicaciones son imposibles de predecir.
Esto transformará las relaciones entre los Estados, los intercambios culturales y económicos entre las sociedades, y el Imperio y sus relaciones de biopoder se enfrentarán contra la insurgencia de la Multitud señalada por Negri y Hardt.
El pueblo venezolano debe tener presente esta realidad, para que la percepción de nuestro aeroespacio y ciberespacio sea radicalmente distinta. Es la prospectiva que podamos hacer de esta realidad, la garantía de nuestra proyección generacional. Nuestra juventud debe prepararse en áreas tan esenciales que pueda permitir el desarrollo de las TICs, y de la tecnología aeroespacial propias, según sean nuestros intereses y aspiraciones como Nación.