La Resiliencia y el aprendizaje autónomo. Terminar lo comenzado y seguir avanzando.
Hay dos cosas muy difíciles de hacer en nuestra vida, la primera es empezar algo y la segunda es terminarlo, cuantos proyectos personales se inician con gran optimismo pero nunca se llegan a terminar, como pregonaba Zoroastro: Los buenos pensamientos llevan a las buenas palabras y estas a las buenas acciones, por lo tanto la oportunidad de poder concretar muchos planes se ha dado de manera masiva en las circunstancias mas difíciles que podríamos haber imaginado.
La Pandemia dejo a muchas familias de luto, a muchas personas sin trabajo y a algunos sin sueños, atrapados en la pena y la indignación, rápidamente surgió una palabra poco conocida antes de ello “Reinventarse” pudimos ver como muchas personas dejaron de lado su enojo por lo sucedido y decidieron tomar el “toro por las astas” demostrando creatividad y entusiasmo para salir adelante, surgiendo así otro nuevo vocablo “La Resiliencia”.
En el campo de la investigación universitaria, que en nuestro país se nutre principalmente del esfuerzo de estudiantes y profesores, existen dos objetivos principales: La primera es obtener patentes de inventos u objetos de utilidad y la segunda publicar en revistas científicas indexadas, ambos requieren de mucho esfuerzo, paciencia pruebas, errores, caídas e inmediatas levantadas en otras palabras de mucha resiliencia para aprender de cada paso que damos ya sea para reafirmarlo o no repetirlo y así poder terminar lo iniciado.
En mi campo laboral como arquitecto sucede algo similar, obtener un encargo es difícil por la enorme competencia y lo pequeño del mercado, cada proyecto es un aprendizaje, la relación con los clientes, la definición de objetivos, programas y costos acompañados de los trámites y coordinaciones para obtener los permisos frente a comisiones que muchas veces pecan de conservadoras, es lo más parecido a la investigación-acción, es resiliencia pura y multiplicado por mucho en la pandemia si consideramos la variable “trabajo remoto”.
El 2020 se acabará en pocos días más, eso va a ocurrir de todas maneras y no depende de nosotros, lo que si depende de nosotros es como aplicaremos lo aprendido este año en el que viene, si nos quedaremos detenidos en nuestra pena o indignación o si seremos capaces de avanzar con resiliencia hacia el logro de nuestros objetivos, caernos e inmediatamente levantarnos, citando la última estrofa del poema Invictus de William Ernest Henley:
“Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino
Ni cuantos castigos lleve mi alma
Soy el amo de mi destino
Soy el capitán de mi alma.”
Paulo Osorio Hermoza
21 de diciembre de 2020