La revolución digital necesita fundarse sobre valores éticos
El Foro Internacional de Turismo de Benidorm se acaba de clausurar. A propósito de estas dos intensas jornadas, comparto las reflexiones que comuniqué en el acto de Clausura, además de felicitar a los organizadores porque fue un gran evento con más de 300 inscritos y 30 ponentes de primer nivel.
Este Foro ha abordado desde sus inicios en 1995 diferentes cuestiones clave para la planificación y gestión de los destinos y empresas turísticas de la Comunitat Valenciana, ha sido una plataforma de estudio y trabajo, que se ha preocupado siempre no sólo de analizar la problemática de cada momento, sino también de vislumbrar los retos que nos va a plantear el futuro próximo.
El turismo es un gran trasformador de la sociedad y la economía mundial y también es uno de los sectores en los que la revolución digital que estamos viviendo se presenta de manera más dinámica. Por eso, a nadie extrañó que la OMT eligiera este año 2018 para celebrar el Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo y transformación digital”, con el que se pretende reconocer el importante papel que la innovación, la tecnología y los avances digitales desempeñan en todas y cada una de las etapas del viaje, influyendo tanto en la forma en que nos informamos sobre el destino a visitar como en la manera en la que nos relacionamos con este durante nuestra estancia o valoramos, frente a propios y extraños, nuestra experiencia turística tras la finalización del viaje realizado.
En este contexto desde Turisme Comunitat Valenciana, reivindicamos un turismo en el que la transformación digital sirva también para fomentar nuestro comportamiento como viajeros responsables, propiciando con ello un desarrollo turístico inclusivo y sostenible a nivel global, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que promueve Naciones Unidas.
La incorporación de los avances digitales brinda sin duda al turismo grandes oportunidades para aumentar la inclusión social, el empoderamiento de las comunidades locales y el uso eficiente de los recursos en la gestión, ofreciéndonos al tiempo herramientas que nos permitan afrontar, con garantía de éxito, los retos que la globalización nos va imponiendo como sociedad.
Como he mencionado, el foro trata de estar a la última y en esta edición, se ha dado continuidad al trabajo de foros anteriores que versaron sobre smart beaches en 2016 y destinos turísticos inteligentes en 2014. La temática del foro va ligada a los pasos dados por la Comunitat Valenciana y en particular Benidorm en materia de gestión turística en los últimos años, desde la convicción de que aquellos destinos que no aborden la transformación digital estarán un poco más fuera del epicentro del turismo global.
El uso inteligente de los datos y la tecnología nos va a permitir seguir liderando un mercado cada día más globalizado y con más competencia. En estos dos días se ha hablado de:
· Atraer y fidelizar al viajero del siglo XXI, ya que un mejor conocimiento de este nos permite ofrecer productos y servicios adaptados a sus requerimientos.
· Anticiparse a las necesidades de una demanda turística segmentada mediante técnicas de análisis predictivo centradas en el comportamiento del consumidor.
· Mejorar la toma de decisiones por parte de las empresas turísticas a partir del análisis reflexivo de grandes volúmenes de datos, haciendo con ellos a las organizaciones mucho más eficientes y por tanto más competitivas.
· Optimizar el impacto de las acciones de marketing que realizan tanto los agentes públicos como privados a través de un seguimiento pormenorizado de estas, y mantenerlas o modificarlas en función de los resultados obtenidos.
· Encontrar nuevas oportunidades al comprender, más y mejor, el valor de integrar fuentes de datos internas y externas para mejorar productos existentes o el diseño de otros nuevos y poner con ello a disposición del turista digital experiencias de viaje más inteligentes y personalizadas.
· Nuevas formas de relación entre las personas y las tecnologías y nuevas fórmulas de comercialización.
Ya ha quedado claro: es innegable que el sector turístico está viviendo toda una revolución de mano del mundo digital, nuevas formas de relacionarnos con la tecnología y nuevas formas de intercambio económico... Pero también es incuestionable que no debemos quedarnos solo en dotarnos de las tecnologías necesarias para ello ya que es preciso contar también con el capital humano que las gestione de forma responsable, ética, inclusiva, con las personas que faciliten una interacción ordenada y satisfactoria bidireccional entre el prestatario de un servicio turístico y el consumidor de este.
Por eso, quienes nos dedicamos esto, hemos de reivindicar cada vez que hacemos uso de la palabra, cada vez que nos sea posible, la contribución del turismo al entendimiento y al respeto mutuos entre personas, entre culturas, entre sociedades. Así lo recuerda el Código Ético del Turismo Valenciano. Desde el buen uso de los avances que la transformación digital del sector nos proporciona, debemos trabajar cada día para que el derecho individual al turismo conviva, en armonía, con el derecho colectivo a la tranquilidad, el respeto a los propios valores, el disfrute de los espacios públicos, etc.