La seguridad está en nuestras manos

¿Puede una acción tan sencilla y barata como lavarse las manos generar un enorme beneficio para la salud y bienestar de la población? La respuesta es rotundamente sí. El lavado y la higiene de manos deberían formar parte de nuestra rutina diaria, tanto en el ámbito profesional como personal; para evitar transmitir enfermedades a otros y a nosotros mismos. Las manos son uno de los principales vehículos de transmisión de infecciones. Por eso, es primordial asegurar una eficaz higiene, como evidenciaron ya a finales del siglo XIX referentes de la sanidad como Florence Nightingale y Semmelweis, y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa promoviendo con la celebración, hoy 15 de octubre, del Día Mundial del Lavado de Manos.

Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria (infección nosocomial), constituyen un gravísimo problema para los hospitales de todo el mundo. Su elevada morbimortalidad y los altísimos costes sanitarios asociados, suponen un enorme reto para la gestión hospitalaria. Según el Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE) un 8% de todos los pacientes ingresados en los hospitales desarrollarán una o más infecciones como consecuencia de su ingreso, siendo el principal mecanismo de transmisión las manos de los profesionales sanitarios. Este problema coge aún mayor relevancia sabiendo, según estudios, que entre el 35% y el 50% de las infecciones nosocomiales son evitables solamente con aplicar los 5 momentos para la higiene de manos en los centros sanitarios: antes de tocar al paciente, antes de realizar una tarea aséptica, después de la exposición a líquidos corporales, después del contacto con el paciente y después del contacto con el entorno del paciente.

Sin embargo, la realidad nos sigue demostrando que el lavado y la higiene de manos aunque todos la consideremos como medidas elementales para la seguridad del paciente, no se realizan de forma y con la frecuencia adecuada. Varios estudios demuestran que el lavado de manos en el profesional sanitario es infrecuente y esporádico estimando que no excede el 40% las veces que deberíamos lavar o higienizar nuestras manos. Estos resultados que afectan la calidad y el coste-efectividad de los procesos asistenciales están asociado a varios factores de los cuales destaca la falsa creencia de que si usamos guantes no es necesario lavarse las manos, de que si lavamos demasiadas veces las manos desarrollaremos una dermatitis, que las cargas de trabajo dificultan realizar una adecuada higiene de las manos o que la higiene de manos es una acción que protege más al sanitario que al propio paciente. Por otro lado, los gestores sanitarios no estamos exentos de responsabilidades, es nuestra obligación buscar estrategias efectivas que permitan aumentar la adherencia a la higiene de manos, mejorar la calidad y seguridad del paciente y por consiguiente disminuir las infecciones nosocomiales.

En Vithas Las Palmas tenemos un firme compromiso con el control de infecciones nosocomiales gracias a que, desde hace años, implementamos en todos nuestros procesos el modelo de calidad asistencial y seguridad del paciente de la Joint Commission International, el más exigente y prestigioso a nivel sanitario del mundo, que establece 1.300 estándares evaluables, incluido un riguroso cumplimiento y control de los cinco pasos de la higiene de manos.

Además, si algo positivo hemos logrado con la crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2, es que, tanto los profesionales como los ciudadanos somos cada vez más conscientes y responsables con las medidas de higiene. Inconscientemente competentes, tanto los ciudadanos como los profesionales de la salud hemos comprendido que, ante la ausencia de una cura eficaz y segura de la covid-19, el mejor tratamiento del que disponemos es la prevención. El lavado de manos es fundamental en esta lucha. No cabe la menor duda de que la seguridad está en nuestras manos.

Referencias bibliográficas

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