La suerte no toca la puerta, la suerte se construye
En mayo de 2009 cambió mi vida para siempre.
Cinco meses antes recibí una llamada de Santo Domingo. Era mi tío Tony diciéndome que se casaba mi primo André y que tenía que ir a la boda… A lo que respondí que no, porque no tenía dinero.
Pero mi tío dijo: “¡Tranquilo! Yo te pago el billete”.
Era 25 de diciembre, Tío Tony estaba se había tomado dos rones de más… y yo también. Y con la alegría del momento dije: “¡Pues voy! Y además, daré un discurso.”
¡ERROR! Nadie me dijo que habría 600 invitados.
23 de mayo, 7:00 pm, catedral de Santo Domingo… La gente ríe, aplaude, llora lágrimas de emoción. Yo… repaso mis notas, arrepentido de haber abierto la bocota… otra vez.
En ese momento estoy entre la espada y la pared. Entre subirme al escenario y arriesgar un infarto fulminante, o rajarme y defraudar a mi familia. Con cada minuto, la tensión aumenta… mientras espero un milagro de la virgencita.
Como comprenderás al leer estas líneas, hubo milagro… sigo vivo. Y no sólo eso.
Tras estudiar ingeniería industrial y un MBA en aviación, ese discurso lo cambió todo.
Gracias a esta decisión (que salió de la alegría y de algunas copas), hoy enseño a mis clientes a comunicarse de manera convincente en público, en persona o ante la cámara.
Y esa experiencia me abrió los ojos a una verdad incómoda: La excelencia no garantiza el éxito.
En un mundo plagado de competencia, ruido y TikTok, hay montones de profesionales con ideas fabulosas que no salen adelante. A veces por falta de oportunidades; en ocasiones, porque no alzan la voz, por miedo a exponerse. A mí me pasaba también.
Y si se atreven a hacerlo, no cautivan ni convencen, porque no saben cómo, limitando enormemente su recorrido profesional.
Séneca, el filósofo romano, decía que la suerte es el punto de encuentro entre oportunidad y preparación. Y las oportunidades están aquí, justo frente a ti.
Y cuando tienes la preparación para aprovecharlas, te haces imparable. Alguien que está en control y tiene opciones; capaz de realizarse a nivel laboral, económico y personal; capaz de dejar un impacto positivo.
Tras trabajar con centenares de profesionales en empresas, he descubierto que la preparación que te hace imparable depende de tres variables:
Hoy te explicaré en esta newsletter tres principios prácticos que te ayudarán a convertirte en alguien imparable, capaz de construir tu propia suerte.
Valor visible
Aquella noche sobreviví y descubrí que era… masoquista. Quería más y me apunté a un club de oratoria. Y comencé a hablar en público cada semana, y luego a mejorar y mejorar. Después empecé a soñar… Con ser orador motivacional, presentador de MTV, o mejor, hombre del tiempo.
No tenía ni idea de qué hacer… pero quería hablar.
Y un día pensé: “lo tengo, voy a enseñar oratoria”. Me emocioné tanto que al cabo de un mes… No había hecho nada.
Tres meses… nada. Seis meses… Nada… Solo soñar.
Hasta que me topé con , un alemán con garra que también enseña oratoria. Le dije: “Quiero enseñar a hablar en público, pero no sé cómo…” Y, con total convicción, dijo algo que no olvidaré nunca:
“Pon fecha y anúnciala. Si no, no lo harás nunca.”
Justo ahí lo entendí… Me había frenado el miedo a exponerme.
Y tardé otros seis meses en dar el paso, por miedo. Hasta que aprendí a gestionarlo gracias a los aviones y su capacidad para volar.
Imagina un avión con cuatro flechas que salen hacia abajo, hacia arriba, hacia delante y hacia atrás. La flecha que señala hacia abajo es la gravedad; ancla el avión al suelo. Hacia arriba, la sustentación; por la forma de las alas, el aire lo sustenta, permitiéndole volar. Hacia atrás, la fricción del aire, que lo frena. Hacia delante, el empuje, que hace que avance.
En esta metáfora, tú pilotas el avión.
👉 La gravedad es tu miedo. Puede paralizarte, impidiendo que te lances.
👉 La fricción son los obstáculos y las opiniones negativas que te frenan.
👉 La sustentación es tu propósito. Lucha contra tu miedo, dándote fuerza.
👉 Finalmente, el empuje es la acción que te llevará a exponerte.
A mí me aterraba lanzarme a dar cursos. Me frenaba la opinión negativa de algunos y la idea de dejar una carrera con proyección, por algo en lo que no tenía experiencia ni credenciales.
Pero estaba a punto de iniciar el movimiento; sólo necesitaba una cosa: ¡Dar mi primer curso!
La clave para exponerte a pesar de todo está en reducir la fuerza del miedo y los obstáculos y aumentar la del propósito y la acción.
Y esa conversación con Florian fue el detonante. Su consejo me ayudó a entender que, igual que un clavo saca a otro clavo, un miedo saca a otro miedo.
Hizo que me doliera más no hacerlo que sí hacerlo. Tras elegir una fecha y anunciarla, estaba en juego el compromiso con mis primeros alumnos.
El miedo es útil, sí. Pero sólo si no te paraliza.
Por eso, si tienes miedo, haz que te duela más no hacerlo que sí hacerlo, gracias al compromiso público.
¿Te cuesta dar ese primer paso hacia tu meta? Pon fecha y anuncia en el chat de tus amigos que vas a dar esa charla, hacer ese vídeo, presentarte a esa entrevista… Y, si no cumples, pagarás 10 euros a cada uno. Ya verás cómo mueves el trasero.
Capacidad de conexión
Ocho años antes de aquel discurso, estudiando en la universidad, conozco a Miguel. Un tipo alto, moreno, muy popular.
Miguel llega a cualquier sitio y es un imán. Siempre rodeado de gente, tiene una larga lista de pretendientes… Claramente, Miguel es carismático.
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En aquella época, viendo a Miguel me decía: “Cuando sea grande, quiero ser como él”. Luego recapacitaba: “No seas iluso. Miguel tiene un don especial; tú no”.
¿Seguro? ¿Es el carisma una cualidad innata, exclusiva de los extrovertidos? ¿O es una habilidad que se aprende y te ayuda a influir positivamente en los demás?
Piensa en una interacción que hayas tenido con alguien a quien consideres positivamente carismático. ¿Qué pasó? ¿Qué te hizo sentir?
Cuando pregunto esto en mis cursos, oigo respuestas como:
Afirmaciones que no requieren un don especial. Tú, en algún momento, has hecho sentir eso mismo a otras personas. Por eso, todos tenemos la base para desarrollar una personalidad carismática.
Para ello, entiende que, desde que el ser humano existe, hemos necesitado identificar rápidamente las intenciones de los demás, por supervivencia.
En un primer encuentro, mostrar abiertamente tus intenciones positivas permite que las personas se sientan cómodas contigo.
Lamentablemente, en contextos profesionales existe una regla no escrita que reprime lo “no profesional”. Y llevamos una máscara protectora que nos impide ser auténticos por miedo al ridículo o al qué dirán. Yo la llevaba… pesa mucho.
Y como Ben Stiller en la película Zoolander, con la misma mirada cuando está feliz, triste, enfadado, nos cuesta mostrar abiertamente nuestras emociones, dificultando la conexión humana.
¿Y si pudieras quitarte esa máscara? ¿Qué ocurriría?
He aprendido que la respuesta está en un truco mental poderoso: Trata a la gente como tratas a tus amigos. Esto no implica que siempre surgirá la amistad, porque es imposible gustar a todos. Tampoco significa pasarse de bromas o usar un lenguaje inapropiado.
Significa tratar a todos con la actitud que tienes cuando tratas a tus amigos. Funciona porque necesitamos conectar con los demás y sentirnos bien en el trato con desconocidos facilita la interacción.
Piénsalo: ¿Cómo interactúas con tus amigos? ¿Con distancia, formalidad, recelo…? ¿O de manera auténtica, relajada, divertida…?
Pero lo más importante: con tus amigos tienes cosas en común; vínculos que se expanden con el tiempo.
Resulta que el vínculo comienza con el primer contacto.
👉 ¿Vas a reunirte con alguien? Busca en LinkedIn contactos y experiencias comunes y menciónalos en la reunión.
👉 ¿Vas a dar una charla? Investiga a tu público y celebra eso que os une.
Chris Voss, experto en negociación de secuestros del FBI, dice: “Si consigues caer bien, aumentan por seis las probabilidades de llegar a un acuerdo.” Porque potencias un mejor estado de ánimo.
Trata a todos como amigos en potencia, buscando siempre el vínculo. Conectarás más rápido y te escucharán abiertamente.
Comunicación persuasiva
Nacido en 1924, en Jeremías, una aldea de República Dominicana; un hombre delgado, bajito, sin cuatro dedos en una mano, se cría con complejos de inferioridad.
Cuarto de ocho hijos en una familia de pocos recursos, va descalzo durante sus primeros años. Cuando acaba el bachillerato, sale a buscar trabajo para poder pagarse la universidad.
Combinando varios empleos, apenas le alcanza para una pensión sin electricidad. De noche, estudia a la luz de las velas, dedicación que le cuesta la vista, obligándole a llevar gafas gruesas para siempre. Pero eso no le frena y acaba haciéndose ingeniero.
Tras su graduación, trabaja en varias empresas del gobierno: una fábrica, un banco, una mina. Inicia varios proyectos que fracasan, pero sigue intentándolo. Tiene claro lo que quiere y no parará hasta conseguirlo.
Y en 1962, con 38 años, lo consigue.
Gracias a unas ganas tremendas, a las habilidades aprendidas y a las oportunidades aprovechadas, funda una empresa que dará de comer a tres generaciones e iniciará toda una industria en su país.
Víctor, mi abuelo paterno, fue un tipo imparable. Entre otras cosas, por tener una visión clara de lo que quería, capaz de motivarlo y entusiasmar a otras personas.
Para conseguir que los demás se convenzan de tus ideas y te elijan a ti, tienes que ayudarles a ver tu visión de futuro y a entusiasmarse con ella.
Y la mejor manera de explicar esto la descubrí en el libro “Drive” de Daniel Pink:
Caminaba un hombre por una calle cuando se topó con un albañil trabajando. Paró y le preguntó: “¿Qué hace usted?”. Extrañado, el albañil contestó: “Pongo ladrillos.” Continuó su camino y, unos metros más adelante, vio a otro albañil trabajando en la misma construcción y preguntó lo mismo: “¿Qué hace usted?”. El segundo albañil dijo: “Construyo una pared.” Siguió caminando y, al cabo de unos metros, vio a un tercer albañil y preguntó: “¿Qué hace usted?”. Este último le miró a los ojos y dijo: “Estoy construyendo una catedral.”
Es obvio cuál de los tres tiene mayor capacidad para auto motivarse y motivar a los demás. Igual que el albañil y su tarea repetitiva, tu idea, tu proyecto, tu función equivalen a poner ladrillos.
El valor que aportas y el resultado que consigues con tus ideas y proyectos, es la pared. Por bien que lo hagas, no es más que una bonita pared para quienes no saben lo que sabes tú.
Para convencer a la gente de tu idea, tienes que ayudarles a ver más allá de lo evidente; a ver la catedral. Primero, porque para entender tu idea, necesitamos verla. Segundo, porque saber que formamos parte de algo grande motiva muchísimo.
La clave está en la pregunta “¿Para qué?”. Usada varias veces en continuo, te ayuda a convertir un ladrillo en una catedral.
👉 ¿Para qué aprender habilidades de comunicación? Para convencer a las personas de tus ideas.
👉 ¿Para qué convencerlas de tus ideas? Para que salgan adelante tus proyectos.
👉 ¿Para qué sacar adelante tus proyectos? Para posicionarte en tu empresa.
¿Para qué posicionarte…? Y así sucesivamente hasta que la motivación sea significativa.
¿Cuál es la catedral que quieres construir? Pregúntate “para qué” una y otra vez y tocarás un corazón, paso previo para tomar acción.
Nunca imaginé que un discurso de boda me ayudaría a construir todo lo que he hecho hasta ahora
No todo en la vida es color de rosa… E incluso siendo imparable, vivirás situaciones difíciles que te harán perder el foco y revivirán tus inseguridades.
En ese momento, no te quedes ahí, haz como mi abuelo Víctor y las personas imparables que conozco. Mantén la frente en alto y saca pecho, recuerda que valiente no es quien no tiene miedo, sino quien actúa a pesar de este.
Usa estas tres claves que he compartido contigo para encontrar las oportunidades y lograr que estas se fijen en ti, a pesar de esas limitaciones que te hacen humano.
Notarás cómo se comenzarán a abrir puertas, porque serás capaz de mostrar al mundo eso que te hace grande, llegarás al corazón de la gente y lograrás que crean en ti, tanto como para decirte, “sí, vamos adelante”.
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1 año"Valiente no es quien no tiene miedo, sino quien actúa a pesar de este." motivador, muy motivador, gracias <3
Customer Success Specialist
1 añoSi estás palabras de hoy, son producto de las que salieron gracias a aquel discurso… cual es la fila para anotarme? 👏👏👏
Gerente General en Servicios Profesionales de Rehabilitacion SAC
1 añoGenial 👍 amigo Sebastián Lora todo pasa por tener constancia totalmente de acuerdo. Me guardo este reportaje.. Muchas gracias por está historia tan inspiradora.
Doctora en Ecología, Licenciada en Geografía
1 añoMuy motivador! Excelente! Siempre para adelante!!
Digital Marketing / Strategy and Consulting / Digital Media / Media Buying Profesional (Trafficker)
1 añoGracias Sebastián Lora , leer estas palabras me animan a tener mas accion y siempre lo he pensado una de las claves para seguir avanzando es tener una comunicacion asertiva, persuasiva .... no es facil pero ahi voy paso a paso. gracias 🙏 🤝