LA TAZA DE TÉ: Una historia de apertura y humildad
Cierto día, el sabio Nan-in recibió en su casa a un vanidoso profesor universitario. Al presentarse, el profesor hizo alarde de todos los títulos que había conseguido a través de los años. Luego de unos minutos externó al sabio que el motivo de su visita era aprender los secretos de la sabiduría zen.
Sin dar explicación alguna, el sabio invitó al profesor a tomar asiento y comenzó a servirle una taza de té. El sabio, aparentemente distraído, siguió vertiendo la infusión de manera que el líquido comenzó a derramarse por toda la mesa.
Mientras tanto, el profesor miraba atónito cómo el líquido se derramaba, pensando para sí, que el sabio era un verdadero tonto. Finalmente no pudo contenerse y exclamó: –Está colmada, ¡ya no cabe más té en la taza!
El sabio Nan-in hizo a un lado la tetera y dijo –Usted es como esta taza, llegó colmado de sus propias opiniones y prejuicios, ¿cómo puedo mostrarle la verdadera sabiduría si no ha vaciado antes su taza?
Para aprender, crecer, evolucionar y avanzar tanto en nuestra vida personal como profesional necesitamos vaciar nuestras tazas.
Pregúntate: Con la intención de crecer y avanzar a una mejor versión de ti como persona, profesionista y/o líder, ¿cuáles son algunas creencias, ideas, juicios y aprendizajes que te limitan y por ello necesitas dejar atrás? ¿Qué te ayudaría a estar más abierto a nuevas ideas y formas de ser y actuar?
Deseo que las respuestas que encuentres a estas preguntas te acerquen un poco más a tu mejor versión.
"Protégeme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños. –Khalil Gibran