La Tercera Guerra Mundial: La Misma Canción de Siempre ©

La Tercera Guerra Mundial: La Misma Canción de Siempre ©

¿La Tercera Guerra Mundial? Por favor. Ni siquiera ha terminado la segunda. Esa paranoia colectiva de que “la tercera guerra está a la vuelta de la esquina” es una broma de mal gusto. La verdad es que nunca dejamos de pelear. Lo llevamos en la sangre. Somos expertos en encontrar excusas para sacar los puños, aunque sea de manera figurada.

Peleamos con la familia, con los amigos, con la pareja. Nos agarramos del chongo con los compañeros de trabajo, con los vecinos, con el del banco que nos cobra intereses absurdos. Peleamos con desconocidos en redes sociales, con los que no piensan como nosotros, con los que tienen otra religión, otra orientación sexual, otro equipo de fútbol. Hasta nos peleamos con el perro del vecino porque ladra demasiado.

La guerra es nuestro deporte nacional.

Ni hablemos de la política. Izquierda, derecha, centro, arriba, abajo, lo que sea. Todos en guerra, todos creyendo que tienen la razón. Y no importa si eres de los que se indignan en Twitter o de los que se gritan en la calle, el punto es pelear. Porque no importa si el mundo se está yendo al carajo, lo importante es que tú tengas razón.

¿Y la economía? Otra guerra. Nos la pasamos compitiendo por quién gana más, quién tiene el coche más caro, el celular más nuevo, o quién sube la foto más envidiable en Instagram. Porque sí, las redes sociales también son un campo de batalla.

Ah, pero no olvidemos a las grandes potencias. Ellas están en su propia guerra: la de las ventas, la de la tecnología, la del control de recursos, la de quién manda más drones y quién maneja mejor los datos personales. Amazon vs. Alibaba, Apple vs. Samsung, China vs. Estados Unidos. Guerra tras guerra, solo que con corbatas, computadoras y cifras astronómicas. Pero guerra al fin y al cabo.

Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando decimos “Tercera Guerra Mundial”? La tercera empezó el mismo día que terminó la segunda. Porque nunca dejamos de pelear. No aprendimos nada con las dos primeras. Ni Hiroshima, ni Auschwitz, ni Nagasaki fueron suficiente. Seguimos siendo un montón de cavernícolas con traje y corbata.

El problema es que la guerra no la hacen los pueblos, la hacen los ambiciosos. Esos pocos que controlan países, empresas y mercados. Los que te venden la guerra como patriotismo, como progreso, como defensa de los “valores”. Y mientras ellos cuentan billetes, nosotros seguimos peleando entre nosotros como idiotas.

Lo irónico es que vivimos en un planeta que podría ser un paraíso. Podríamos tener paz, justicia, y hasta felicidad. Pero no, eso no nos gusta. Lo nuestro es pelear, dividirnos, destruirnos. Nos fascina la guerra porque es lo único que realmente sabemos hacer bien.

Entonces, cuando escuches a alguien decir: “la Tercera Guerra Mundial está cerca”, respóndele: — ¡Cerca, mis polainas! Ya estamos en ella. Y la estamos perdiendo todos los días, porque la guerra más grande es contra nosotros mismos.

Así que no te engañes: no habrá un gran “despertar” global, ni un momento mágico de paz mundial. La guerra es el soundtrack de la humanidad, y lo peor es que seguimos bailando al ritmo de la misma canción. Y mientras no dejemos de pelear entre nosotros, no importa cuántas guerras mundiales hayan: todas son la misma.

Hagamos de la guerra una verdadero ‘Harte* Colectivo’, puede ser un buen comienzo.

 

huggo romerom™

Dra. Kathy Lunagómez Rocha

Propietario, Consultorio de Psicologia

2 semanas

No importa si el mundo se está yendo al carajo....lo importante es que tú tengas la razón. Estas líneas con mucha sabiduría. Gran lección con grandes palabras. Excelente dia

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