La transición de la sostenibilidad a la nueva política de regeneration restoration
La sostenibilidad se ha definido como la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras. Sin embargo, este concepto puede resultar insuficiente si nos preguntamos qué es lo que realmente debemos sostener en un planeta que enfrenta múltiples crisis ambientales, sociales y económicas.
Por eso, algunos pensadores y activistas proponen avanzar hacia una cultura regenerativa, que no solo busca reducir el impacto negativo de la actividad humana, sino también crear las condiciones propicias para la vida, siguiendo los principios de la naturaleza y su capacidad para desarrollar ecosistemas cada vez más complejos y diversos.
La regeneración y la restauración implican una transformación profunda de la forma en que concebimos y diseñamos nuestras sociedades, nuestras economías y nuestras relaciones con el entorno. Suponen un cambio de paradigma que nos invita a pasar de una visión lineal, extractiva y competitiva a una visión circular, colaborativa y creativa.
Algunos ejemplos de prácticas regenerativas son la agricultura ecológica, la economía circular, el urbanismo participativo, la educación holística o la gobernanza inclusiva. Todas ellas buscan generar valor social y ambiental, respetando los límites ecológicos y fomentando la diversidad y la resiliencia.
La transición de la sostenibilidad a la regeneración y la restauración es un reto y una oportunidad para construir un futuro más justo, saludable y próspero para el planeta y para la humanidad. Para lograrlo, se requiere de la participación y el compromiso de todos los actores sociales, desde los gobiernos y las empresas hasta las comunidades y los individuos.