La Triada de los Resultados
En la actualidad son muchas las personas que andan con el síndrome Ffffffff (lo tomo prestado de Víctor Küppers) por la vida, esto no es otra cosa más que andar sin energía, desganado o malgenio. Normalmente este estado de ánimo va acompañado de pensamientos en donde atribuimos la responsabilidad de los resultados que obtenemos a elementos externos a nosotros. Esto se debe a que los pensamientos son influenciados por elementos externos que ingresan a través de los sentidos, creando ideas en la mente los cuales se alimentan de los resultados actuales.
Estos resultados tienen una directa relación a una forma específica de pensar producto de la historia de cada uno. Por esto hay que enfocarse en cambiar los pensamientos para cambiar los resultados. No hay que dejar que los resultados de hoy controlen los pensamientos, hay que imaginar que quieres y pensar en ello.
Lo primero que hay que tener claro es que el cuerpo es el instrumento de la mente, por lo tanto todos los resultados que tenemos hoy son producto de los pensamientos y estos crean estados emocionales y estos influyen en las acciones que realizamos, por lo tanto los resultados son la expresión de la mente.
Al nacer nuestra mente está conformada solo por el inconsciente y es 100% emocional, no tiene la capacidad de elegir que dejar entrar, sino que incorpora todo aquello que se repite en su entorno y por ultimo no distingue entre la realidad y la imaginación. Es mediante la interacción con otro que es capaz de satisfacer sus necesidades básicas y según como sean esas relaciones es cómo se relacionara con su entorno más adelante. En otras palabras cuando somos niños absorbemos los estados emocionales de nuestros padres u otro significativo, a los cuales les damos contenido (creencias y valores) una vez que se va conformando la consciencia.
Por su parte la consciencia tiene la capacidad de pensar, por lo tanto puede elegir que deja entrar o no, posee facultades intelectuales, la voluntad, la percepción, la imaginación, la memoria, la intuición y la razón y producto de la imaginación es que puede crear diversos escenarios, soluciones y oportunidades.
Los estímulos externos buscan constantemente la atención de la mente, por esto hay que intencionalmente enfocarse en los pensamientos que queremos. Estos estímulos buscan ingresar por medio de los sentidos, la vista, el olfato, el tacto, el gusto y la audición. Donde todos los pensamientos que no proviene de nuestra intención, corresponden a los pensamiento de otra persona.
He aquí el gran dilema, si todo lo que proviene del exterior, que no pasa por el filtro de tu intención, se fija en tu mente entonces los pensamiento corresponden a los de otra personas, no eres tú. Decide qué clase de vida quieres tener exactamente y luego dile no a todo lo demás.
Para lograr tus metas y no las de otro, debes colocar una imagen de lo que tú quieres en tu mente y píntala con palabras. Mientras más tiempo pase esa idea en tu mente mayor fuerza tomara esa conexión sináptica y al asociarla con una emoción esta pasa del consciente al inconsciente.
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Cuando juntamos el pensamiento con el involucramiento emocional es cuando es posible modificar nuestra autoimagen. Esta se construye durante la infancia, cuando aún no hemos desarrollado la conciencia, por lo tanto no es capaz de elegir que se almacena y que no en el inconsciente. Por esto la autoimagen corresponde a creencias y valores de nuestros padres, profesores u otros significativos.
Al imprimir lo que quiero en mi mente inconsciente, se crea una sintonía entre el pensamiento y la emoción, lo que genera un cambio en la conducta y por tanto en los resultados. De esta manera amplificamos la vibración de nuestras células, alineando la vibración del pensamiento, de las emociones y de las acciones.
El pensamiento equivale al querer, las emociones al deseo y las acciones a los resultados y todos estos conforman tu actitud.
El querer, activa la imaginación, y esta crea los pensamientos que se impregnan en la emoción y esta se expresa en acciones. La energía cambia de estado pasando de pensamiento a emoción, está en acción creando los resultados.
Cuando nos imaginamos cumpliendo nuestro deseo – propósito este acto no debe limitarse a lo que puedo lograr hoy, como tampoco a lo que creo que puedo lograr, sino que debe volar libremente con un solo foco “En que es lo que realmente quiero”.
Para esto emplearemos las facultades intelectuales. La primera que emplearemos será la imaginación para luego seguir con la razón, hay que apoyarse en la intuición, percibir las oportunidades y la voluntad para mantener vivo el sueño en nuestra mente.
El libre albedrio no es más que la capacidad de poder elegir los pensamientos, bajo esta facultad es que podemos aceptar o rechazar los, solo necesitas cambiar el foco de tu atención.
¡Toma una decisión! El pasado es el pasado, se ha ido. Déjalo ir. El futuro aún no está aquí y siempre podemos cambiarlo con lo que hacemos hoy.
Verás, ¡todo lo que tenemos es AHORA!
¡Actúa en función de tu objetivo! Es hora de vivir la vida que realmente deseas.
Asesor de Proyectos y Sistemas de Gestión
3 añosExcelente información... en línea con la coherencia del pensamiento, palabra y obra sin omisión...!