La urgencia del debate 4.0 en Argentina
En la Argentina, a día de hoy, se debaten temas tales como la influencia del Estado, la presión impositiva, la balanza comercial, la seguridad, entre otros. Hace años que venimos discutiendo como resolver nuestros problemas económicos y de administración pública. Sin embargo, en medio de estas disputas, el mundo sigue girando, la tecnología sigue avanzando y nuestra administración pública se sigue quedando atrás de la vanguardia tecnológica.
¿Es realmente importante discutir sobre tecnologías convergentes en un país que se sigue hundiendo en las mismas disputas? O quizás muchas de esos problemas que generan disputas puedan resolverse mediante la implementación de nuevas tecnologías en la administración pública. No podemos pensar en un país para el presente, si no podemos debatir una gestión pública apta para el siglo 21.
La dirigencia actual está muy lejos de comprender el beneficio que representan las nuevas tecnólogias y los cambios de paradigmas sociales y políticos que generan en la sociedad, esto se debe a que la mayoría de ellos no son nativos digitales y siguen gobernando, legislando y entendiendo fenómenos como el blockchain, como si nuestra sociedad siguiera funcionando como en la era analógica, este desfasaje es tan grave que llega a afectar la representatividad de la dirigencia política.
Muchos temas importantes como: que consecuencias tendrá la automatización en la sociedad y como podremos abordarlo, como modificar nuestro sistema educativo para acceder al trabajo en la era de la inteligencia artificial, como incluir a los ciudadanos en la nueva economía descentralizada, o la importancia de una política de ciberdefensa y ciberseguridad para la correcta protección de los datos de los ciudadanos. La importancia de estos debates en la sociedad acual es crucial, no solo por la urgencia de una época que no nos espera, sino por que mediante la misma podemos resolver mayoría de problemas que hasta la actualidad nos sumergieron en debates infinitos que no concluyeron en ninguna solución. La tecnología nos permite ir mas allá en cuanto a los limites humanos, con la inteligencia artificial podemos reemplazar las tareas repetitivas de los seres humanos si sabemos orientar la pregunta. En este mismo sentido, podemos transferir dinero a cualquier parte del mundo, sin límites y sin control a través de criptomonedas. Al mismo tiempo, se comienzan a testear implantes cerebrales especiales para ampliar las capacidades cognitivas del cerebro y para incorporar realidad virtual y manejo de redes sin la necesidad de un celular, lo cual nos sumerge en infinidad de debates éticos que aunque este tipo de dispositivos existen, nuestra dirigencia no esta interesado en darlos.
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Todo esto que mencionamos sucede mientras nosotros seguimos profundizando en debates del siglo XX. Mientras debatimos si debemos tener educación pública, impuestos bajos o si debemos invertir en ciencia y tecnología, la revolución tecnológica nos pasa por encima, lo cual nos afecta en nuestro día a día. Nuestro proyecto de mercado laboral y de Estado se quedó en el siglo pasado y es nuestro deber promover un cambio verdadero.
Las tecnologías convergentes (o nuevas tecnologías) no tienen por qué ser nuestras enemigas. Podemos hacer que el Estado incorpore a las mismas en su quehacer diario para ser mas eficiente y menos vulnerable, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos. Si utilizamos inteligentemente esta irrupción podemos potenciarlas al máximo para el bienestar de la población, pero para eso debemos zanjar debates del pasado y comenzar a incorporar al debate público el rol de las tecnologías tanto en el hacer político como en el funcionamiento del Estado y la legislación.
En este uso inteligente previamente planteado está la clave, ya que podemos utilizar estas nuevas herramientas para solucionar los problemas que aún padecemos como argentinos, tales como la inestabilidad monetaria, la inseguridad y la privacidad. Por ejemplo, , la implemetacion de una mejor poliítica en cuanto a la ciberseguridad entre otras, nos permitiría asegurar los datos del Estado de manera más eficiente y sin quedar expuestos como semanas atrás, con el hackeo registro del RENAPER, donde miles de datos de argentinos fueron vulnerados. A su vez, podemos incorporar la inteligencia artificial en los procesos burocráticos del Estado con el fin de dar respuestas más personalizadas a las necesidades ciudadanas, ya que creamos una herramienta imparcial que permite agilizar los procesos estatales. Para ser más concretos: esto implicaría poder chatear, por ejemplo, con un bot que articule la totalidad de códigos y normativas administrativas con el fin de dar respuestas más certeras a la hora de poner un negocio, revisar la transferencia de dominio automotor o hacer un reclamo administrativo. Las tecnologías convergentes son solo herramientas a disposición las cuales debemos direccionar a nuestro favor.
La revolución tecnológica es hoy, y si no dejamos de profundizar en los conflictos cíclicos que acarreamos del siglo XX vamos a quedar expuestos a las desigualdades que surgen en cada revolución industrial, de las cuales la cuarta no será la excepción y deberá ser abordada con urgencia. La administración pública hoy, junto a la mayoría de los servicios brindados por el encuentra funcionando en el siglo pasado. Utilizar de manera inteligente las herramientas que esta Cuarta Revolución industrial nos brinda y potenciar al máximo su uso, es el futuro de nuestro país. Tenemos una ventana de oportunidad única que como sociedad no podemos desperdiciar y debemos avanzar hacia ella.