La verdad sobre el progreso profesional
Hoy quiero compartir una pequeña historia personal que creo te hará reflexionar.
Hace un tiempo, cuando decidí lanzarme al mundo del mentoring por allá en el 2012, empecé haciendo sesiones completamente gratis.
No solo eso, sino que pagaba el café a aquellos valientes que aceptaban ser mis conejillos de indias.
Al menos así me aseguraba de no engañar a nadie; todo era sincero y transparente.
La realidad es que veía muchos como yo que, sin tener experiencia, querían cobrar por aprender y, al mismo tiempo, se quejaban de sentirse impostores.
Pues claro, les decía, no es que te sientas como un impostor, ¡es que lo eres!
Estás vendiendo humo, y eventualmente, si eres honesto contigo mismo, la fachada se caerá y los demás también lo verán.
Lección de hoy: ser auténtico.
Aquí te dejo un par de consejos prácticos basados en mi experiencia:
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1. Abraza el aprendizaje sin remuneración: al principio, ofrecer tus servicios gratuitamente puede parecer que vas contra la corriente, pero es una inversión en experiencia real, algo que ningún libro puede enseñarte.
Eso te permite iterar, mejorar y construir una base sólida sin la presión inmediata de hacer dinero.
2. Invierte en relaciones, no en transacciones: invitar a tus clientes iniciales a un café o un almuerzo es simbólico.
Esto muestra que valoras la relación y confías en el impacto a largo plazo de una conexión genuina.
Las relaciones auténticas son la base de una carrera sostenible.
Si te reconoces en alguna parte de esta historia y quieres dejar de lado el síndrome del impostor de una vez por todas, te invito a ver la entrevista del podcast Marca Profesional con la psicóloga Lidia Martín.
Allí discutimos cómo superar esa barrera y dejar de vender humo, enfocándonos en ser genuinos.
¡No te lo pierdas! Porque, al final del día, tu autenticidad es lo que resonará en el corazón y la mente de tus clientes, mucho más que cualquier humo que intentemos vender.