La vida sigue
24.09.2020
Estábamos en el norte de la Patagonia Argentina. Belu y yo alucinábamos con la libertad del aire golpeándonos en la cara. Nos despeinaba el pelo y al mismo tiempo nos peinaba el alma. No me gusta estar despeinado, pero me hace feliz que me acaricien el alma. A mí al principio me dio miedo sacar el cuerpo por la ventanilla. Aunque no me creas, hay cosas que -en ocasiones- me asustan. Los paisajes eran de película. Ale hizo la foto mientras conducía, Román estaba en la otra ventana.
El otro día, caminando por el centro de Madrid, pasé por una sala de conciertos. Las últimas actuaciones que anunciaban eran las de marzo. Neruda escribió que a veces la vida no sigue, que a veces solo pasan los días. Los conciertos (y la vida) llevan demasiado tiempo simplemente pasando. Quiero pensar que están (estamos) cogiendo fuerzas para todo lo mágico que va a venir.
Ed Maverick, en una de sus canciones, dice que quisiera que todo fuera mentira y de chingazo despertar. ¿Acaso se puede? En la misma canción, también defiende que sigamos aturrándonos la vida de recuerdos. Y es que, creo, al final es la mejor manera de pasarnos este juego. ¿Cuánto tiempo tendré que seguir esperando para escucharle en directo?
Hace un año, estaba a escasos días de subirme a un avión y empezar la aventura que tantísimo echo de menos. En cierto modo, me parece muy bonito extrañar de la manera en la que lo hago. La nostalgia me lleva de la mano a momentos inolvidables, como el de la foto.
Dentro de un año, tumbado en la cama un jueves perdido de septiembre, ¿sobre qué escribiré?