A largo plazo

Una vez más voy a recurrir a un ejemplo basado en la costura para explicaros porque es tan importante tener una visión a largo plazo en todos nuestros proyectos.

Cuando me apunté a las clases en el Taller de Costura coincidí en el mismo grupo con una muchacha que estudiaba 1º de ESO que también empezaba como yo, aunque joven enseguida nos demostró que tenia sobradas cualidades para destacar en la costura, que realmente estaba interesada en aprender y no había venido a pasar el rato.

Pasados los 2 primeros meses en los que realizamos labores sencillas llego el momento de empezar "la primera prenda de verdad". Nos sorprendió a todas porque en lugar de escoger una prenda más sencilla como una falda o un vestido optó directamente por un abrigo. Y evidentemente un par de meses más tarde tenia un abrigo perfectamente acabado, moderno y juvenil que le sentaba de maravilla. Aún así, yo no podía dejar de pensar que la elección de la prenda era un error. ¿Porque? Ahora lo explico.

En ese momento, más o menos se decretó el confinamiento y las clases se interrumpieron. Tardé bastantes meses en volver a verla, para entonces la muchacha de 13 años había dado "el estirón", era más alta, y puede que incluso, usara una talla más.

En aquel momento volví a pensar en el abrigo, ¿le seguiría yendo bien? viendo lo que había cambiado, tenia mis dudas.

Estoy convencida que mientras realizaba la prenda, disfrutó y aprendió, pero en mi interior no dejaba de pensar sí no había sido una pérdida de tiempo elaborar una prenda que había necesitado tantos recursos, y que naturaleza existía una alta probabilidad que no fuera a aprovechar.

Quizás lo veo desde un punto de vista adulto y profesional, basándome en mi propia experiencia, tanto personal como laboral, porque cuando llevamos a cabo un nuevo proyecto, ya sea un nuevo negocio o una mejora o innovación a uno que ya existe, debemos efectuar una lista con los objetivos que deseamos alcanzar, y de acuerdo con los mismos, detallar los medios que necesitamos para ello y los recursos reales de lo que disponemos.

Para ello, realizamos presupuestos, hacemos estimados del tiempo que vamos a invertir en cada fase y el número de personas de cada perfil que son necesarias para ejecutarlo.

Sólo cuando una vez hemos analizado correctamente todos los puntos, decidimos si es factible o no llevarlo a cabo.

En el mundo empresarial, el abrigo no hubiese tenido futuro, por suerte, no era esta la situación, y la satisfacción por conseguir realizar el proyecto, fue, sin lugar a dudas la mejor de las recompensas.

#reflexionesenvozalta

#somosestupendos