Las 10 lecciones que el deporte en equipo me dio para mi vida profesional
Escrito por Dante Lindley A.. HBS GMP 21 © 2021

Las 10 lecciones que el deporte en equipo me dio para mi vida profesional

Cuando nos tocó representar competitivamente equipos deportivos, notamos que, en la cancha, ocurren cosas que se pueden trasladar al ámbito laboral. Muchas de ellas  intuitivas,  otras no tanto, pero todas ellas se pueden aplicar en el entorno profesional con muy buenos resultados. A continuación, detallo las 10 lecciones más relevantes que pude aplicar:

1.     Los mejores equipos, no son los que están formados por estrellas. Por lo general, los equipo de estrellas generan conflictos, egos personales que finalmente terminan mermando el desempeño del mismo. Esto no quiere decir que los integrantes  del equipo no tengan que ser muy buenos en lo que hacen. Esa es una condición necesaria, pero no suficiente. Los temas de carácter, empatía, trabajo en equipo, pensamiento sistémico, diversidad de talento - que se compense entre ellos - terminan siendo factores mucho más relevantes.  Es mejor formar un equipo de gente que conozca del tema, pero que no sea conflictiva, que sean amigos y además que genuinamente estén preocupados por el éxito del “equipo” y consideren que el éxito del equipo es el éxito de ellos y no viceversa…una sutil pero importante diferencia. 

2.     Cómo un jugador se comporta en la cancha en una situación límite, de la misma manera se comportará en el ambiente laboral. Quien no sea capaz de mantener la ecuanimidad en una situación complicada en la cancha, tampoco podrá hacerlo en una situación similar laboral. Quien no se esfuerza y se siente derrotado antes que termine el partido, abandonará igual aquellos retos laborales que a veces nos abruman. Quien lucha todas las jugadas lo hará de igual manera al momento del trabajo. Quien actúa deslealmente en la cancha lo hará también fuera de ella. Es clave tratar de observar estos comportamientos antes de elegir a los elementos de nuestro equipo de trabajo. 

3.     El mejor entrenador es el que logra transmitir e infundir un PROPOSITO entre los jugadores. Es aquel que logra “inspirarnos”. No es aquel que sólo nos prepara en la parte física y técnica, sino aquel que logra sacar lo mejor de nosotros en la cancha y fuera de ella y se compromete con el equipo. Es un tema emocional. No racional. Logra colocar un objetivo común diferente al de simplemente ganar. Nos inspira y en base a ello todos tenemos y compartimos un norte, una visión, un propósito nos identificamos con él 

4.     Entrenar y practicar muchas horas está muy bien y es necesario, pero la capacidad más importante de un equipo es la de adaptarse a la realidad del partido, que siempre será diferente a lo planificado. Por lo menos el 95% de las veces, las jugadas no salen como se planifican porque la realidad del juego es compleja y diversa. Es allí donde entra la capacidad de adaptación, la creatividad humana, las decisiones instantáneas, casi intuitivas, que nos llevan por el mejor camino. Un equipo tendrá esta capacidad más desarrollada mientras sus integrantes mejor se conozcan , se complementen en sus capacidades , y se respeten y valoren mutuamente. 

5.     Mientras menos instrucciones y más simples sean éstas, la probabilidad de éxito del equipo será mayor. Menos, es más. Mientras menos jugadas tenga y más simples sean las instrucciones que recibe el equipo, la probabilidad de éxito es más alta. Hay menos confusión y al final todos entienden qué es lo que tienen que hacer. Hay que hacer las cosas muy simples y no agregar complejidad. Como dicen los gringos: Simplicity is hard. Complexity comes by itself.

6.     Los mejores jugadores, o los más inteligentes, no son los más técnicos o habilidosos, sino aquellos que siempre están intuyendo-siempre mirando- la jugada que sigue, llegan a entender la naturaleza sistémica del juego. Un goleador siempre se encuentra la pelota y eso no es casualidad, Siempre está pensando en la jugada que sigue y por ello siempre está bien ubicado donde es más probable que pueda ir la siguiente jugada. Esos que son capaces de ver la jugada que sigue son fundamentales en los equipos. Hay que tenerlos, aunque sea un par.

7.     Los equipos que desarrollan valores claros y ética consiguen mejores resultados.  No es ganar por ganar a todo costo. Es ganar bien. Dentro de los límites y códigos del deporte. No nos alegra que el rival pierde. Nos alegra que nosotros ganamos.  No festejamos la derrota del rival, celebramos nuestro triunfo. Y debemos ser humildes en el triunfo y en la derrota y aprender mucho, sobre todo, en las derrotas. El debriefing luego de un fracaso, es fundamental.

8.     Al rival/competidor hay que conocerlo a fondo. Hay que entender sus puntos débiles. En qué son buenos, en qué somos mejores. Las habilidades y falencias de cada integrante del equipo. A detalle. En base a ello, cómo podemos hacer para ganarles? Recuerdo épocas en que si trabajabas en Backus o Coca Cola, no podías consumir productos de la competencia. Yo pienso que siempre es todo lo contrario. Hay que consumirlos, conocerlos, entender a fondo sus productos, etc. Es la única manera de conocer a la competencia y poder competirles y superarlos.

9.     La Confianza lo es todo. Un equipo que no confía en sus integrantes o en sus líderes tendrá menos posibilidades de ser exitoso. Y la mejor manera de que esto ocurra, es dejar las jerarquías de lado y tratar de construir una Amistad genuina dentro y fuera de la cancha. Debemos superar esos paradigmas de que chamba y Amistad no pueden ir juntos. Eso sí, siempre teniendo claro que el objetivo es alcanzar los resultados para cumplir el propósito. Es perfectamente factible ser lideres, colaboradores amigos y a la vez responsables con las tareas que se nos han asignado para alcanzar los resultados.

10.  La diversidad y complementariedad son fundamentales. Un equipo con talento diverso y distintas habilidades tendrá mejores posibilidades de ser exitosos. Y esa diversidad tendrá que compensar las falencias de capacidades de algunos de los miembros. Pero en conjunto se debe buscar el equilibrio. Todos los miembros del equipo no pueden tener las mismas capacidades para ser exitosos. Para tener un “equipo” que funcione como tal, debe complementarse. Normalmente cuando juntamos jugadores con los mismos talentos o habilidades terminan enredándose entre ellos. En la diversidad de habilidades, talentos e incluso ideas está la clave del éxito.

Estas 10 enseñanzas las he llevado siempre conmigo en el trabajo y siempre he tratado de trasladarlas a mis colaboradores. En líneas generales, nada es una verdad absoluta, pero estos conceptos trasladados al ámbito laboral me permitieron configurar equipos de trabajo con los que alcanzamos excelentes resultados, con amistad, respeto y profesionalismo.

Hermoso articulo, que nos deja muchas enseñanzas para mejorar nuestra vida laboral en el crecimiento de nuestra empleabilidad, que me ha permitido compartir con mis colaboradores para optar por las mejores oportunidades. Gracias por sus valiosas apreciaciones.

Emilio Antonio Fantozzi Temple

CEO Excellia Grupo Romero - Director Independiente - Advanced Management Program (AMP 195) Harvard Business School Executive Education -

2 años

Muy buenos mensajes Dante.... Un abrazo

Francisco Galdos Anduaga

CEO / Gerente General / Director

3 años

Buen artículo Dante¡¡¡¡

Jose Denegri

Director Comercial IBR Latam

3 años

Me gustó mucho el artículo Dante, muy buena manera de hacer la analogía

Javier Almandoz

Asesor y Corredor de Seguros Generales y de Vida Embajador de la marca Quálitas Perú Compañía de Seguros

3 años

Excelente Dante.

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