LAS BIBLIOTECAS EN LA SOCIEDAD
En conmemoración al día de la Biblioteca Pública 24 de octubre
Por Jorge Ríos
Si el libro, como todo tipo de documento, es histórica y culturalmente un invento social del ser humano, la biblioteca es también una "invención social" (Shera, 1976: 13), es una "creación social" (Shera, 1970: 52). Es, en todo caso, una obra social que ha ideado la humanidad a lo largo de los siglos para servirse de ella. Así, podemos concordar con dos planteamientos generales: 1) "La biblioteca ha sido desde sus comienzos, hasta donde conocemos, un instrumento social" (Shera, 1972: 314) y 2) "La biblioteca es un fenómeno social en el mundo social con sus funciones sociales" (Rajam, 1997: 203). Dimensión sociológica de la que es factible desglosar el prototipo social de la entidad bibliotecaria en cuestión.
La fusión bibliotecas y sociedad se puede asociar con ciertos principios bibliotecológicos que planteará Thompson1. En torno de éstos figura la estrecha relación de la unidad conceptual que nos ocupa: las bibliotecas son creadas por la sociedad y, como corolario, las bibliotecas son conservadas por la sociedad, los mismos que revelan la esencia histórica de donde emerge y se desarrolla el carácter social de estos recintos del conocimiento organizado.
Egan afirmaría que el artículo de Martin10, referente a “la biblioteca como una institución social, sigue siendo la mejor –y quizás la única- interpretación sociológica de la biblioteca explícitamente en términos de conceptos aceptados por la ciencia social”.
Las bibliotecas son espacios de vital importancia para la búsqueda del conocimiento y el desarrollo de una sociedad, ya que ponen al servicio de la comunidad los libros, documentos y diversos materiales para nutrir y apoyar la educación permanente y autodidactica, además de medios y representaciones culturales, proporcionando herramientas que habilitan el conocimiento y la interpretación mejor y de manera autónoma en nuestro entorno social.
Sin embargo, es importante destacar que los llamados a fomentar el desarrollo de las bibliotecas son los gobiernos en primera instancia, y en segunda instancia las instituciones privadas (empresas, industrias, organizaciones, entre otros). el cual deberían actuar con estrategias de desarrollo social y cultural, diseñando un programa o plan nacional, que involucre a todas las comunidades, facilitando los recursos que se necesitan para ejecutar el plan, que debe contemplar básicamente el mejoramiento y adecuamiento de las infraestructuras de las bibliotecas en especial las públicas y escolares; dotándolas de libros actualizados físicos y electrónicos, de mobiliarios, equipos de computación de alta generación, material audiovisual y concebir una red con sistema de información y un software libre recomendado. Y seleccionar personas capacitadas para atender estos servicios. A partir de estas bases generar un desarrollo bibliotecario.
Si tuviéramos que destacar una palabra que resuma que está ocurriendo esta última década con las bibliotecas de la llamada sociedad del conocimiento, sin lugar a dudas ese término sería cambio, ello está implicando una transformación fundamental en la naturaleza misma de lo que hacemos y cómo lo hacemos. Por lo cual la biblioteca de hoy y de mañana debe ser proactiva, y debe involucrar a su comunidad