LAS BUENAS Y MALAS ACCIONES

Lucas Reaño

En el quehacer diario, disfrutamos de buenas acciones y nos enfrentamos también a malas acciones e incluso las cometemos.

Cuando todas las acciones son buenas, todo es color de rosa y de olor perfumado, pero cuando hay una acción mala, el color y aroma se van afectando y cuanto más acciones malas hayan todo empieza a oler a podrido.

Ayer que me disponía a comer un mango escogí el más madurito, empecé a comerlo y me di cuenta de que una pequeña parte ya estaba un poco marroncita, corté esa parte y seguí disfrutando del mango. Si hubiera escogido otro mango y el más maduro se quedaba en la cesta, sin que nadie lo tome, es muy probable que terminara pudriéndose.

Lo mismo pasa cuando uno no revisa sus acciones o las acciones en su institución, las acciones buenas se ven contaminadas por las malas y cuando no se cortan estas terminan opacando las buenas. En nuestra casa o en nuestra institución es bueno levantar la voz de alerta cuando te das cuenta o te enteras de que alguna acción no es la correcta. En este caso la voz de quien alerta no es la mala, mala es la acción que se cometió.

Esto me hace acordar a los casos que suceden en las organizaciones, cuando se busca al mensajero, al que alertó sobre determinada situación para castigarlo por haber hecho lo que hizo bien.

También es bueno hacer notar que una acción se puede cometer por error y se corrige, lo cual sirve de aprendizaje, pero cuando no se corrige se comete negligencia que es lo que nos puede llevar a nuevas malas acciones.

8 de Diciembre del 2021