Las grandes tendencias de digitalización industrial que no podemos perder de vista… ni a pesar del Coronavirus

A pesar de la crisis y la incertidumbre que nos rodea en los últimos meses y que permanecerá con nosotros un tiempo, comparto este artículo para poner el foco en la tecnología como aliada crucial de nuestros negocios. Aunque cada empresa tiene sus propias circunstancias y su nivel de madurez tecnológica, las soluciones de digitalización empresarial e industrial seguirán siendo cruciales en la era post Covid-19. La competitividad empresarial depende en buena de medida de nuestra capacidad de optimizar procesos y hoy es más importante que nunca revisar nuestras organizaciones para apostar por la eficiencia y la tecnología es una gran herramienta para ello. 

Como cada año, la consultora Gartner presentaba hace unos meses su top 10 de tendencias tecnológicas estratégicas, que constituyen una guía y una llamada de atención sobre lo que está pasando ya en el sector tecnológico y hacia dónde pueden y deben moverse las inversiones.

Está claro que algunos podréis verlas como un fenómeno de momento lejano (ahora más, todavía) por cuestiones económicas o de madurez; otros estaréis ya en el proceso de implementarlas; y otros, tal vez, os preguntéis qué pueden hacer términos como IIoT, inteligencia aumentada o hiperautomatización por vuestro negocio. En este artículo me gustaría aclarar algunos de esos conceptos utilizando las tendencias que señala Gartner como base.

La era de la hiperautomatización

Con todo el cambio tecnológico que ya estamos viviendo hemos llegado a una era determinada por la hiperautomatización, que no es más que la combinación de esa automatización, en la que ya llevamos años trabajando a partir de la introducción de tecnologías como el machine learning o la inteligencia artificial, con todos los pasos de la automatización en sí misma (descubrir, analizar, diseñar, medir, monitorizar…) y el impacto que ello tiene en las personas. Es, en definitiva, pasar de la automatización de procesos robóticos, los RPA, a la combinación de herramientas que respalden esa automatización con el trabajo de las personas para obtener los máximos beneficios.

Este concepto nos conduce de manera necesaria a la inteligencia aumentada, mucho más que la inteligencia artificial, que es la suma de la IA o el ML con las capacidades que las personas pueden aportar a nuestras empresas. Cuanto más aumente la inteligencia en nuestras empresas, más mejorarán nuestros procesos y, con ello, nuestro negocio.

Y esta inteligencia es a su vez el reflejo de un fenómeno que empieza a extenderse: la democratización de la experiencia tecnológica. A medida que la visualización y el uso de los softwares más complejos se simplifican, logramos democratizar el desarrollo gracias a las herramientas de IA, el diseño (gracias a low code y el código sin automatización) y, con ello, el conocimiento. Porque hoy no hace falta ser un profesional de TI para tener acceso a herramientas y sistemas expertos que nos permitan explotar nuevas habilidades con nuestras personas.

El gemelo digital (la ‘copia’ digital de nuestras fábricas, edificios o procesos de producción) es un gran ejemplo de esa nueva experiencia tecnológica y de cómo la rutina multisensorial y multimodal es una realidad que ya está aquí, ayudada en gran parte por la realidad aumentada, la realidad virtual o la sensorización, y que nos permite cambiar la forma en que percibimos el mundo digital.

El lado más humanista

Desde una perspectiva más humanista, Gartner también introduce componentes que hasta ahora podríamos haber atribuido solo a las personas: la integridad, la apertura, la rendición de cuentas, la consistencia o el desarrollo de competencias son una tendencia más, una serie de aspectos que debemos garantizar en nuestros procesos de digitalización. Lo hacemos por el bien de nuestras organizaciones y de nuestros clientes, que cada vez confían en nosotros más datos e información y esperan que trabajamos con ellos manteniendo esos valores y apostando por la transparencia y la trazabilidad. Aquí, el blockchain también tendrá mucho que aportar, aunque esta tecnología todavía está en una fase inicial.

Y no sería justo no reconocer que todos estos avances también abren la puerta nuevas brechas de seguridad. La tecnología, mal aplicada, puede exponernos, y por eso la IA y la ciberseguridad se convierten en un binomio inseparable, en una obligación en cualquier proceso de digitalización, sea industrial o no.

Computación en el extremo y en la nube

Siguiendo con la perspectiva puramente tecnológica, el edge computing continúa avanzando, el procesamiento de la información en el extremo es un fenómeno que crecerá gracias a tecnologías exponenciales como el 5G y que permitirá cada vez conectar más y mejor cualquier objeto. Es fácil pensar en drones o wearables, pero imaginad en todo lo que una máquina conectada sin latencia, capaz de tomar decisiones rápidamente ante cualquier problema o cambio del entorno, puede hacer por vuestros procesos productivos. Y cada vez, más y más cosas se conectarán gracias al internet de las cosas, pasando de ser islas a funcionar como enjambres, como auténticos equipos IoT que trabajan juntos y hablan entre sí para maximizar la eficiencia y la productividad.

Con todo ello, la nube distribuida, o la distribución de servicios cloud en diferentes ubicaciones, se extenderá también. La nube será nuestra aliada para garantizar, por ejemplo, las soluciones de movilidad y accesibilidad de la información en cualquier lugar a las que muchos se han visto obligados a recurrir en estos meses de teletrabajo y de las que deberíamos beneficiarnos siempre.

La tecnología avanza y tendencias como estas se asiente para convertirse en factores de disrupción empresarial. Está en nuestra mano saber elegir cuáles de entre todas estas grandes herramientas para el cambio aportan un valor real a nuestra empresa y aplicarlas, de la mano de los mejores partners y poniendo siempre en el centro a nuestras personas, para optimizar y hacer crecer nuestro negocio.