Las injusticias y sus perpetradores. Historia de una felonía.

Era necesario montar un circo mediático, para que se dejase de hablar de los felones que actúan contra España, y contra nuestro sistema político, que tantos años de paz y progreso ha proporcionado a este país de desagradecidos. La máquina de la progresía se ha puesto en marcha, y qué mejor cortina de humo, que para esconder sus vergüenzas, se aproveche la ocasión y se ataque al elemento estabilizador de dicho sistema, en la persona del Rey Emérito D. Juan Carlos I.

Me gustaría dar unas pinceladas sobre la actuación y las acciones de D. Juan Carlos en el contexto histórico que le ha tocado vivir a él y también a nosotros, especialmente a los que fuimos testigos de la transición. Voy a intentar explicarlo a mi modo, quizá un tanto simplista, pero creo que quien lea esto, lo va a entender.

 El 22 de julio de 1969, Franco designa a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a la Jefatura del Estado, con el título de «Príncipe de España». D. Juan Carlos mantiene un perfil bajo hasta que el Caudillo fallece. La izquierda española, cuyos líderes habían estado en la clandestinidad, está convencida (excepto contados personajes) que D. Juan Carlos va a ser continuista con el Régimen del Caudillo, tal y como se supone correspondía a un estómago agradecido. Por supuesto, la derecha mas firme, estaba convencida profundamente de ello.

Y comienzan los movimientos. Una vez asume la jefatura del Estado tras ser nombrado Rey de España, ciertos líderes exiliados desde el fin de la contienda regresan a España, así como otros líderes también de izquierdas, que no habían vivido la guerra civil pero se habían formado en una militancia de izquierdas desde finales de la década de los 40, hasta la restauración de la monarquía. El Rey lleva a cabo, por él mismo y a través de terceros (Adolfo Suarez, principalmente) una serie de contactos y reuniones con representantes de la mayor parte del espectro ideológico de la España de la época. Y de otro lado, intentando campear las malas caras de los miembros de la cúpula militar, que no ve con buenos ojos el desarrollo de los acontecimientos.

Para colmo, no hay que olvidar que en esos momentos, se producían en nuestro país, una serie de movimientos sociales-laborales-ideológicos que generaban un ambiente convulsivo. Grandes manifestaciones, huelgas de multitud de sectores empresariales, y violentos enfrentamientos de los grupos extremistas de izquierdas y derechas, con el resultado de varios muertos. Paralelamente, grupos terroristas, principalmente ETA, pero también GRAPO y FRAP, desarrollan campañas de atentados de forma continua, siendo en aquellos momentos sus principales objetivos, las fuerzas de seguridad y el estamento militar. Mas tarde, ETA sobre todo, extendería el abanico de objetivos a jueces, fiscales, políticos y ciudadanos anónimos. También grupos organizados de extrema derecha desarrollan una violenta actividad que se fragua en atentados contra militantes de izquierdas ( el atentado más sonado, el realizado contra un despacho de abogados laboralistas de Atocha en enero de 1977).

En aquel ambiente, D. Juan Carlos, lejos de amilanarse, intensifica su actividad y ya no es un secreto para nadie, que el Rey se ha propuesto llevar a España a un régimen democrático, pese a quien pese. Y le pesaba a mucha gente, sobre todo a gente mas posicionada en el ambiente de quienes habían ostentado cargos de responsabilidad durante la última época de la vigencia del régimen anterior. Y le pesaba también a una gran parte de esa cúpula militar antes mencionada, que consideraba las acciones de D. Juan Carlos como un acto de traición, llegándose a producirse una actividad conspirativa que intentó abortar la hoja de ruta establecida por el Rey y que tuvo su mas relevante demostración en la intentona golpista del 23-F., aunque hubo otros capítulos menos conocidos como la llamada operación Galaxia en noviembre de 1978 y el frustrado intento conocido como el 'Golpe de los Coroneles', en octubre de 1982.

Todas estas circunstancias y muchas más, que no vienen a cuento, tuvieron que ser capeadas por D. Juan Carlos I y el grupo de personas que le apoyaron. Cabe quizá destacar especialmente, que en la noche del 23 al 24 de febrero de 1981, su aparición en la televisión pública y el mensaje que desde ese medio difundió, puso fin a la aventura golpista que desde ciertas instancias militares y algunas civiles, se había iniciado en la tarde del 21 en el Congreso de los Diputados, principalmente. No es necesario decir, creo, que de no haberse producido esa intervención, nunca sabremos a ciencia cierta, cual hubiese sido la suerte del pueblo español, pero las cosas habrían sido de seguro muy diferentes. Y tampoco quieren saber muchos, y menos los jóvenes, la histórica importancia de aquella intervención para la estabilidad, progreso y paz en España.

En los años siguientes, y con gobiernos principalmente del PSOE y del PP, España avanzó de una manera espectacular, pasando a ser una dictadura hasta 1975, a un “Estado Democrático de Derecho”, consolidado tras la reválida del 23F. España pasó a formar parte de los organismos internacionales y comenzó su carrera para convertirse en uno de los países claves en la UE.

D. Juan Carlos, que tenía magníficas relaciones y contactos internacionales, avaló activamente la expansión de las empresas españolas en multitud de proyectos en diferentes latitudes del planeta. Igualmente, intermedió en el establecimiento de un importante número de empresas multinacionales en España, que crearon millones de puestos de trabajo.

En proyectos en el exterior y quizá por haberse producido dentro del siglo XXI, podemos citar, entre otros, que medió para que un consorcio de empresas se llevaran el contrato de 6.736 millones de euros, en la línea de ferrocarril a la Meca, ganando el terreno a sus competidores más duros como lo eran el TGV francés y el proyecto SIEMENS alemán. La adjudicación de las obras del canal de Panamá a empresas españolas, lideradas por Sacyr, supusieron contratos por un valor final de 3.500 millones de Euros. También ha mediado el rey para la implementación y proyección de empresas de telecomunicaciones en Iberoamérica, lo que se ha traducido en concesiones por valor de cuantísimas cantidades de miles de millones de euros. El despliegue de las petroleras españolas en países árabes, también se ha visto favorecido por la acción del ahora monarca emérito. Y muchos más logros que se han conseguido en todos estos años, llegando a estar España en un primerísimo plano de la actividad económica, industrial y empresarial.

Pues todos estos logros, se deben en gran medida a esta persona, que ahora es vilipendiada por los sectores mas absurdos, prepotentes y traidores de la progresía española. Mucha gente, habla de que el rey ha robado, que se lo ha llevado crudo, etc. Falso todo.

Al emérito, se le podrán achacar y afear algunas conductas producidas en su ámbito privado. Se le podrá, quizá imputar (ya veremos) una acción no muy “patriótica” por tener supuestamente, una importante cantidad de dinero, que no hay que olvidar que la recibió de la monarquía saudí por su labor de mediación en la construcción de la línea de tren de Ryad a la Meca, en bancos de países considerados como paraísos fiscales. Y quizá la libre disposición de ese dinero para regalárselo a quien él haya considerado, es lo que se le puede reprochar. Si ese dinero no ha estado nunca en España, no se le pueden imputar obligaciones fiscales con el fisco español, por tanto no estaríamos ante supuestos, ni de fraude, ni delito fiscal, ni nada.

Haciendo un análisis de todo lo expuesto, considero que se están ensañando con el Rey Emérito, toda clase de felones, traidores, delincuentes y demás elementos que odian a España, a sus instituciones y a quien desde su posición al frente de la Jefatura del Estado, ha hecho un impagable servicio a su país.

Todos estos elementos desagradecidos, que forman parte de la red de apoyos al gobierno de España, y que no hacen más que despreciar al país al que deberían servir, no son más que una relea de elementos, que han progresado muchos de ellos, gracias a la flaqueza, en ciertos momentos de los gobiernos de este país y desde muchos años. Obviamente, desde el desembarco de Zapatero en la Moncloa y a partir de entonces, se ha producido tal cúmulo de despropósitos, que lo que se ha hecho mal, mucho va a tardar en recuperarse. Regreso a las dos Españas enfrentadas en un acto de memoria guerracivilista, apoyos o pactos con Bilduetarras, sin que hayan perdido perdón a las víctimas de las carnicerías que perpetraron sus antecesores correligionarios, “los marranos de la serpiente y el hacha”. Apoyos o pactos con los nacionalismos, que desde años atrás solo han cedido a cambio de un trato económico favorable si los comparamos con las comunidades autonómicas que no se salen del tiesto. Cantidades de casos de corrupción de diversos partidos, en los que en muchos casos, los encausados han logrado eludir su ingreso en prisión y casi en todos los casos sin la devolución del dinero que robaron, malversaron, se apropiaron indebidamente, defraudaron, repartieron a sus amigos, familias, amantes, se gastaron en drogas y prostitutas o incluso en muchos casos, evadiendo lo robado, etc. Casos de favorecimiento de amigos y colegueo en el reparto de cargos en Instituciones, colocándolos a dedo sin ningún tipo de requisito, etc, etc, etc.

Y todos estos, se ensañan con D. Juan Carlos, porque se ha llevado a no sé que banco, de qué país, un dinero que recibió por sus servicios, y por que le ha regalado un pastón a una amiga, o lo que sea.

Visto está, que este ensañamiento está proyectado y ejecutado por los enemigos de España. Espero que la ciudadanía no se deje manipular por todos esos descritos y sus legiones de seguidores, que actúan guiados por cantos de sirena apoyando a unos líderes que solo quieren poder y eternizarse en sus poltronas, para desgracia de la mayoría.

Aparte del sectarismo que evidentemente hay, sería bueno que la ciudadanía conociera la verdad objetiva, y no las milongas que les cuentan estos mesías de papel y con pies de barro. Algunos engañaron al pueblo, con pantomimas como el movimiento 15M o indignados, para conseguir apoyos y tras no mucho tiempo después, olvidarse de quienes clavaron la tienda de campaña en la Puerta del Sol, aguantando los elementos y no mucho después, marchándose a un casoplón desde su pisito de Vallecas y enterrando sus principios, quien sabe dónde.

Poniendo en perspectiva la realidad, si D. Juan Carlos ha sido obligado a dejar su país, ¿A cuantos de los demás había que obligar a que se fueran incluso más allá de la Vía Láctea?.

VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY