“Las Inteligencias Múltiples: ¡Qué gran Neuromito!”
La teoría de las inteligencias múltiples propuesta en 1983 por Howard Gardner, psicólogo estadounidense, es una de las grandes marcas que se han aportado a la historia de la psicología. ¡Es una gran hipótesis! ¡Por Dios santo qué tremenda idea!
El texto en que el psicólogo publica se titula “Las Estructuras de la Mente” y allí expone su modelo. Modelo, que enfaticemos, remeció a la psicología y especialmente al campo educacional. ¿Por qué? Porque desafía la concepción unitaria, rígida y lineal que se poseía hasta entonces del concepto “inteligencia”.
Son conocidas las 8 inteligencias que propone el autor, la última, la Naturalista, fue adicionada 14 años después del estreno de su obra y se sumaron a la lingüística, musical, lógico-matemática, espacial, corporal-cinestésica, intrapersonal e interpersonal. Este enfoque ha generado, todavía, un intenso debate en la comunidad educativa y científica sobre su validez y aplicabilidad.
El gran mérito del nacido en Pensilvania en 1943 es ampliar la concepción y comprensión de un constructo tan complejo como inteligencia y dotar de esperanza, fe y alivio a todos aquellos que no clasificamos, desde el punto de vista cognitivo, como brillantes, según el CI propuesto por Binet. Es un aporte instalar la creencia que hay diferentes maneras en que se manifiestan las distintas capacidades y que dichas inteligencias son independientes entre sí. Según su teoría, las personas pueden exhibir diversas combinaciones y niveles de las mismas, lo que significa que el aprendizaje es un proceso personal y adaptativo.
El profesor de Harward se basó en observaciones personales, estudios de caso de personas excepcionales, algún estudio nada concluyente y en la evolución de la comprensión de la mente humana en varias culturas.
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¿Existe un respaldo neurocientífico que apalanque esta propuesta? La tendencia es lapidaria. La mayor parte de los estudios neurocientíficos no validan ni aceptan esta división imaginaria de la mente.
Surge entonces, un dilema semántico. ¿De qué hablamos cuando hablamos de inteligencia? ¿Inteligencia, mente y cerebro es lo mismo? ¿La inteligencia ocurre en el cerebro? ¿Dónde está la mente? ¿Inteligencia y mente tienen una ubicación exclusiva en el organismo? Las distinciones tal vez pueden aclarar conceptos, a veces, difusos y mal comprendidos.
El cerebro es el órgano a cargo de los procesos cognitivos como el pensamiento, las sensaciones, etc. Sus lóbulos están relacionados con las funciones del cuerpo, entre otras cosas, pero el conjunto es lo que permite el funcionamiento del todo. Las redes neuronales son la mente puesto que ésta es inmaterial. Un constructo. La inteligencia está por cómo resolvemos problemas, desde cocinar, un teorema, afrontar un conflicto personal o tener (o no) la capacidad de pedir perdón; Por ende, la teoría de Gardner es una gran teoría, por Dios santo que sí, pero ocurre que no posee base empírica porque el cerebro no funciona con “cajas separadas”, es decir, si yo resuelvo un problema matemático no hay que comprenderlo como que el resto de las partes “no hacen nada”, al contrario. No funciona, NUNCA, una sola zona y las pruebas científicas no han podido demostrar, aún, que las inteligencias múltiples poseen correlación con ciertas áreas del cerebro.
¡Qué potente idea, qué tremendo aporte explicativo! Y hay que entenderlo así. Como los estilos de aprendizaje visual, auditivo y cinestésico… Ideas sin base. No obstante, lo anterior, son muy didácticas para explicar una manera que puede ayudarnos a explorar nuestro potencial. ¿El problema? Cuando hay gente que lo cree como un hecho, los divulga como un hecho y no sabe que no es un hecho.
¡Hasta el próximo Lunes!
Entrenador master en competencias socio emocionales y ejecutivas para directivos, educadores, líderes y gerentes, foco en mejora de resultados. Autor de 7 de Libros de Liderazgo y Coaching. Conferencias Coaching y Humor
4 mesesPatricio, desde mi experiencia el cerebro también es un concepto. Hoy se ha demostrado que los neuropéptidos están en todos los tejidos dle cuerpo y viaja. En consecuencia podríamos afirmar que el cerebro es un fluido y la mente un plasma (otro estado d ela energía) conectado con su ecosistema. Lo curiso es que lo que tu declaras y es aceptado por una comunidad se convierte en una realidad. He experimentado con mi hijo; un embarazo no vaible, hoy de 27 años, que el amor transforma y genera vida más alla de la ciencia.