Las múltiples dimensiones de la transformación digital.
La revolución digital está dando origen a una nueva era, cambiando modelos de consumo y producción, y redefiniendo los paradigmas de crecimiento y desarrollo.
Día a día, estamos transitando de una sociedad hiperconectada hacia un mundo plenamente digitalizado en todas sus dimensiones económicas y sociales. Las modalidades organizativas, productivas y de gobernanza de la economía tradicional están convergiendo con los innovadores modelos de negocio, producción y gobernanza que emergen con el apoyo de la tecnología. En este escenario, se está consolidando un sistema digitalmente integrado, donde interactúan y se fusionan modelos de ambos mundos, dando lugar a ecosistemas complejos en constante proceso de adecuación organizativa, institucional y normativa. En este nuevo entorno, los datos digitales, generados tanto por personas como por máquinas, se han convertido en un recurso estratégico fundamental para la creación de valor económico, social y ambiental.
Esta dinámica evoluciona al compás de los avances tecnológicos, conformando un proceso sinérgico donde cada progreso en un ámbito impulsa transformaciones en otro. Es un fenómeno sistémico con repercusiones profundas en la sociedad, la producción y la administración pública. Su potencial para incrementar el bienestar, la productividad y la sostenibilidad ambiental es vasto, destacando la importancia de una adopción estratégica y coherente en todas las áreas involucradas. Tres dimensiones se distinguen en este proceso: i) la economía conectada, ii) la economía digital y iii) la economía digitalizada:
Economía conectada: corresponde al despliegue de infraestructura digital (redes de Internet de banda ancha fija y móvil, puntos de intercambio de tráfico, centros de datos y demás) y la masificación de dispositivos de acceso (computadoras de escritorio o portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes). A esto se suman redes de sensores que marcan el aumento de la conexión de las personas a las máquinas mediante Internet de las cosas (CEPAL 2021).
Economía digital: es aquella parte de la producción económica basada en modelos de negocios habilitados por tecnologías digitales (Bukht y Heeks, 2017). Estos modelos de plataformas digitales propician la generación y recopilación de datos para ofrecer nuevas propuestas de valor en la oferta de bienes y servicios en diversos sectores económicos.
Economía digitalizada: se trata de la transformación de los modelos de negocios y producción de las empresas de sectores tradicionales en sistemas inteligentes conectados, gracias a la adopción de tecnologías avanzadas, como las redes móviles de quinta generación (5G), Internet de las cosas, la computación en la nube, la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, el análisis de macrodatos y la robótica cognitiva. El objetivo es incrementar la competitividad, productividad y sostenibilidad de las operaciones.
La transición hacia una economía digitalizada permitirá el consumo de productos inteligentes vinculados a servicios avanzados, ofreciendo un mayor grado de personalización y, por ende, un nivel superior de satisfacción para los consumidores.
Además, estas nuevas formas de consumo traen consigo beneficios potenciales en términos de reducción del uso de materiales y pueden fomentar decisiones de consumo más sostenibles basadas en una mayor disponibilidad de información. Por ejemplo, datos sobre la huella ambiental de los productos o incentivos por prácticas de consumo más respetuosas con el medioambiente pueden influir positivamente en las preferencias de los consumidores, orientándolos hacia opciones más sostenibles.
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En el ámbito laboral, la digitalización abre oportunidades significativas al facilitar el emprendimiento y el desarrollo profesional, además de proporcionar herramientas que permiten un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, como las plataformas de teletrabajo. Paralelamente, las actividades de interacción social y entretenimiento potenciadas por las redes sociales, los servicios de mensajería, los sitios web y las plataformas de servicios audiovisuales también contribuyen a mejorar el bienestar general.
En el sector productivo, la transformación digital impulsa nuevos modelos de gestión, negocios y producción, fomentando la innovación y el acceso a nuevos mercados, a menudo provocando disrupción en la industria tradicional. La economía digital revoluciona la propuesta de valor de bienes y servicios al aprovechar datos generados e intercambiados en plataformas digitales, reduciendo costos de transacción e intermediación. La adopción de tecnologías avanzadas, como la Internet de las Cosas, sistemas inteligentes, cadenas virtuales de valor e inteligencia artificial, está acelerando innovaciones que mejoran la productividad y la sostenibilidad. Esta digitalización no solo optimiza procesos, sino que reconfigura cadenas de valor, transformando mercados e industrias.
Para atender las demandas de la ciudadanía y optimizar las acciones gubernamentales, es esencial llevar a cabo una transformación digital en los modelos de gestión pública. La adopción de tecnologías por parte del Estado puede mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos y en la provisión de servicios como salud, educación y transporte. Además, facilita la participación ciudadana en procesos democráticos, aumenta la transparencia gubernamental y promueve prácticas sostenibles.
Las soluciones de ciudades inteligentes, en particular, tienen un impacto transformador en términos sociales, económicos y ambientales.
Aunque es innegable que la digitalización es un proceso transversal que ha estado en marcha desde los albores del siglo XXI, la digitalización ha tenido efectos notables en el ámbito productivo, impulsando nuevas formas de crear valor y mejorando la competitividad de las empresas y los países, convirtiéndose en un elemento clave para las agendas de desarrollo nacional.