Las Mentiras Blancas: Veneno que mata lentamente
No existe nada de digno, ni de justificable en una mentira. Independientemente del color que le demos para justificar la deshonestidad, las mentiras son una prueba contundente de que no somos personas confiables.
Seguramente, muchos se molestarán al leer estas palabras, ya que la mentira blanca es algo totalmente aceptado en nuestra sociedad. La mayoría de las personas las usan para no quedar mal, para no herir los sentimientos de otros, o como una costumbre prácticamente inconsciente. No obstante, la verdad es que quien dice mentiras se hace mucho daño y daña a los demás, contribuyendo a que este mundo sea cada vez más falso.
Une vez leí un pensamiento que decía:"Quien es medio honesto, es deshonesto". No se puede ser honesto a medias, ya que la sola idea de engañar a otros "por su bien" denota una doble moral que nos degrada como seres humanos.
Tampoco quiero decir que uno deba ir por el mundo contándole a todos sus asuntos personales, pero existen otras alternativas que nos permiten callar una verdad sin caer en la mentira.
No estamos obligados a decir todo lo que pensamos, pero sentir realmente todo lo que decimos nos hace personas sinceras, libres de la hipocresía de esta sociedad que aplaude las máscaras y castiga severamente a los honestos.
Por eso, si quieres encontrar la verdadera felicidad muéstrate al mundo tal como eres, siempre habrá gente que te sepa valorar.