Las pausas son para los vagos… ¿O no?
Vivimos en una era digital, cada vez estamos más interconectados. Tenemos la información al instante y estamos acostumbrados a esperar cada vez menos por las cosas. Ahora contamos con oficinas móviles (nuestros celulares, ipads, notebooks) y si alguien no nos encuentra en nuestro Whatsapp se pone nervioso.
En este mundo tan conectado y tan acelerado, es difícil desconectarse. La pregunta es la siguiente: ¿Deberíamos fijar tiempo de pausas en nuestro día a día, trabajo, estudio o nos deberíamos dejar llevar por la inercia de nuestras rutinas?
Hay una historia que me gustaría contar respecto a esto:
En un reino lejano, se desarrolló una competencia donde se buscaba al leñador oficial del reino. Este leñador iba a vivir en el palacio real y no le iba a faltar ningún bien material.
La competencia fue ardua y de todos los leñadores que se presentaron sólo dos llegaron a la instancia final.
En esta instancia, el mismo Rey fue el que puso las reglas: “Para poder ser el leñador oficial del reino deberán pasar esta última prueba, tienen 3 días, el que saque más madera será el ganador”.
La competencia comenzó, los dos leñadores empezaron en iguales condiciones, y así pasaron los días sacando madera y dando todo para ser el ganador.
En medio de la competencia, uno de los leñadores decidió espiar a su contrincante y ver cómo le estaba yendo, menuda sorpresa se llevó cuando lo vió tirado en la sombra jugando con su hacha, tenía una pila de árboles derribados muy similar a la suya entonces decidió correr a su lugar y seguir con su trabajo aprovechando el descanso de su competidor.
Al tercer día, la competencia había llegado a su fin y era hora del veredicto, para sorpresa del leñador “espía” el ganador fue su contrincante; ¡por una gran diferencia!
Este no lo podía creer, ¿luego de todo su esfuerzo y tiempo dedicado resulta que el leñador vago fue el que logró ganar? Tenía que ir a hablar con su contrincante, estaba seguro que había hecho trampa. Cuando le preguntó como había hecho para ganar la competencia si lo vió que estaba descansando, la respuesta lo dejó pasmado. “Querido, no es que estaba solamente descansando, sino que estaba sacándole filo al hacha”
Podemos aprender bastante de esta historia, necesitamos nuestras pausas para poder hacer las cosas mejor, para “sacarle filo a nuestra hacha”, las pausas mejoran nuestro rendimiento, nos ayudan a enfocarnos en las cosas que importan y reconectarnos.
Las pausas se pueden aplicar a varios aspectos de nuestra vida, todos necesitamos una “isla de tiempo” en nuestra vida, una desconexión para volver a conectarnos.
Un buen ejercicio es tomarse una pausa del celular, por lo menos unas horas (además del tiempo en el que dormimos). Otro ejemplo es tomarse una pausa si no podemos enfocarnos en un proyecto o un ejercicio no nos sale, luego de ese tiempo podemos traer ideas nuevas y mejorar nuestro rendimiento.
Por lo que me preguntó: ¿Las pausas son para los vagos o no?