LAS PYMES CRECEN Y EL CAMBIO GERENCIAL SE IMPONE
Históricamente la base del éxito de pequeños negocios y empresas ha sido en el manejo directo de su dueño o principal accionista. Lejos de incurrir en altos costos de gerentes departamentales o jefes financieros, comerciales, administrativos, técnicos, apostaron por una estructura plana y un costo fijo controlado y manejable. El mismo dueño visitaba sus banqueros; implementaba y supervisaba la estrategia y gestión de los vendedores; negociaba personalmente con los clientes y proveedores importantes; visitaba diariamente la planta y dialogaba con su personal; supervisaba la calidad de los productos y servicios; aprobaba las nuevas contrataciones de personal y entrevistaba al menos al recurso clave; se daba el tiempo necesario para revisar el listado de clientes vencidos y llamarlos, por su amistad y relación personal; se reunía con sus abogados y contadores una vez al mes por lo menos y además tenía liderazgo y control pleno de su negocio y conocimiento de los resultados mensuales y anuales. En términos generales la empresa marchaba bien y los resultados se dieron conforme sus expectativas.
Con una estrategia sustentada en el trabajo e involucramiento diario del propietario-accionista y el apoyo de un grupo humano comprometido y dispuesto a trabajar hasta el cansancio, con un gran sacrificio personal y familiar, y un manejo cuidadoso de los escasos recursos disponibles, las pequeñas empresas crecieron de manera importante en el Ecuador en los últimos años. Muchas de ellas pasaron de pequeñas a medianas y/o grandes por su volumen y monto de ventas, activos, transacciones, personal, etc., sacrificando controles e información por la escasa inversión en sistemas de información e innovación tecnológica.
No obstante el éxito innegable, vemos con mucha preocupación empresas medianas y grandes en las que todavía prevalecen estilos gerenciales tradicionales, cuyas características más relevantes se describen a continuación:
- Se toman decisiones importantes unipersonales, sin compartir ni escuchar opiniones de los funcionarios de apoyo o consultores externos.
- Se emprenden nuevos proyectos e inversiones sustentados en los éxitos y el crecimiento histórico, sin tomar en consideración nuevos elementos como: los cambios tecnológicos frecuentes, nuevas tendencias en los mercados mundiales y los cambios frecuentes en las preferencias del consumidor, la incidencia en los negocios del riesgo político mundial y las tendencias ideológicas de los gobiernos, el impacto de la conciencia ambiental y sanitaria mundial en los consumidores, la globalización y sus efectos en los negocios, etc.
- Se resta importancia a la preparación de la empresa para los inevitables cambios generacionales en las empresas familiares y el involucramiento de las nuevas generaciones, escuchando y dialogando con ellos principalmente en los casos de decisiones de impacto en el mediano y largo plazo, que finalmente afectarán de alguna manera a las nuevas generaciones.
- Se difieren las inversiones en el cambio tecnológico, la automatización de procesos, la optimización de las capacidades y nuevos sistemas de información y control de gestión
- Se crean resistencias al fortalecimiento de los cuadros gerenciales y de control interno y gobierno corporativo, que sostengan el crecimiento empresarial, a veces por solidaridad con quienes apoyaron en su momento a la empresa. Obviamente sin caer en las exageraciones burocráticas y costos innecesarios.
En momentos de estabilidad económica, la efervescencia del éxito y la disponibilidad de los recursos generados en el crecimiento empresarial histórico distraen a sus accionistas y demás actores, pero en un ambiente complicado de inestabilidad macroeconómica y cambios repentinos del mercado y la demanda, una empresa con estilos gerenciales tradicionales estará mayormente expuesta y con escasa capacidad de reacción a situaciones inesperadas, campo ideal para la toma de decisiones inapropiadas y altamente riesgosas. Existen en el Ecuador innumerables casos que podrían llenar varios tomos de una colección de libros, con ejemplos reales de problemas derivados del exceso de confianza empresarial en los resultados y el crecimiento histórico de los negocios.
Los problemas y las soluciones son obvios, el cambio se impone y resistirse a él puede ser fatal para la propia organización, sus accionistas y terceros interesados.
Las instituciones bancarias y financieras, calificadoras de riesgos, auditores externos, etc., hoy miran con gran atención el cumplimiento estricto de políticas y procedimientos que son parte vital de la evaluación del análisis de riesgo gerencial y gobierno corporativo de la empresa. Los organismos de control y supervisión empresarial deben exigir principalmente a las empresas activas en el Mercado de Valores, además de los estados financieros auditados anuales, en forma periódica, informes sustentados en una evaluación cuidadosa del cumplimiento de protocolos internos y de la calidad de la gerencia y del gobierno corporativo de las empresas, que garantice a sus propios accionistas, inversionistas, acreedores y a la comunidad en general, la inexistencia de factores que pudieran afectar la continuidad de estas empresas en el tiempo como negocio en marcha.
Miguel Crespo Villacrés, MBA
Consultor Empresarial
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