Las Reglas del Juego

 El original está en el blog ;)

He escuchado a personas jóvenes y mayores de diversos niveles de sofisticación e ingresos, quejarse sobre la realidad de las organizaciones en las que trabajan. Indagando en el tema, la disconformidad en muchos casos, parece venir de un punto ciego común. Estas personas no están conscientes o no son aceptantes de la idea de que al obtener un empleo y firmar un contrato, empiezas a trabajar dentro de una organización, que si bien quiere escucharte, crecer y cocrear proyectos contigo, también tiene reglas y asuntos que podrían no cambiar por la opinión de un solo individuo.

A diferencia de los independientes o dueños, que ponen sus propias reglas en sus propias empresas, al vivir dentro de la organización respetas las reglas de ésta. Ellos te dicen qué y cómo hacer. También te dirán quiénes y cuándo han hecho las cosas bien. Por lo tanto y de la misma forma, quien tiene autoridad, quién es promovido y que remuneración, bono o aumento recibe, por supuesto su tope también.

Tampoco fantaseemos con la idea de que existe gente que hace lo que le da la real gana. Casi todos necesitamos ajustarnos a algo, clientes, leyes, normas, regulaciones, ... etc., incluso los más libres, pues vivimos en sociedad.

Podría resultar importante, antes de empezar a rumear en la queja, reflexionar ¿para qué nos ponemos en esa situación?, ¿qué nos da? o ¿qué equilibrio satisface?

Si la posibilidad de desequilibrio te da pánico. Empieza a agradecer el poder estar ahí, recibir un cheque a fin de mes, crecer como profesional bajo un alero y en la seguridad de seguir los pasos de otro.

Ahora si la disconformidad supera el pánico, llegó el momento de movilizarse o reformular, quizás volver a mirar de forma distinta el lugar donde me encuentro.

No descarguemos la responsabilidad de nuestra realización, plenitud y desarrollo económico en una organización, que malamente se hará cargo de solucionar algo tan personal y propio. No lo dejes en manos de otros, que sea tú elección.

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